Triste testimonio de pareja que vive en la calle: "Estamos botados, mojados y pasando frío"
Margot Ortiz y Cristián Pulgar cumplieron un mes durmiendo en una carpa, en las cercanías del consultorio de Bellavista.
La "Shakira", una perra de pelo blanco y negro, duerme plácidamente en una caja de plátanos mientras Margot Ortiz revuelve una olla llena de patas de pollo. Junto a su pareja, Cristián Pulgar, improvisaron una cocina a leña con una vieja lavadora semiautomática y con lo que parece ser la parte trasera de un refrigerador.
Hace dos días cumplieron un mes viviendo en un sitio eriazo a metros del consultorio de Bellavista.
Con las pocas monedas que juntan limpiando autos afuera del recinto médico tienen lo suficiente como para alimentarse, pero no como para tener techo donde refugiarse. Claman por ayuda.
"Yo los conozco. Ustedes son del diario. Quieren quedarse a almorzar", dice Margot entre risas mientras destapa la olla y le da otra vuelta al estofado.
-No gracias, no se preocupe. Pensábamos que se habían ido. ¿Ha venido alguien a ayudarlos?
-Sólo la gente que vive por acá. Después que salimos en el diario nos dieron una carpa, pero no tenemos nada más.
La alegría inicial de la mujer se convierte rápidamente en tristeza. Busca opciones en su mente, pero no halla soluciones para su terrible drama: no tiene absolutamente ningún lugar donde vivir.
"Lo único que quiero es salir de acá, una piececita para dejar de pasar frío", cuenta entre lágrimas.
Cristián la tranquiliza con algo más de resignación. "Cálmate, amor", le habla al oído y haciéndole cariño por la espalda.
"Si tuviéramos algo para donde irnos, ya lo habríamos hecho, pero no nos ha quedado otra que quedarnos acá. Hemos pasado todas las lluvias acá, nos acostamos y nos quedamos esperando a que pase el aguacero", confiesa él.
"Estamos solos en el mundo. Yo era una cantante, una muy buena cantante, si la gente me escuchara no pensaría que estoy viviendo en una carpa en la calle, pero acá estamos solos, botados, mojados y pasando frío", agregó segundos antes de volver a estallar en llanto.
La pareja llegó hace unos meses a la zona buscando mejores oportunidades, pero no les fue nada de bien. En Santiago trabajaban limpiando los jardines del Regimiento de Telecomunicaciones del Ejército, en la comuna de Peñalolén, hasta que por distintos problemas, que ellos prefieren mantener en reserva, decidieron empezar una nueva vida en el litoral.
"Nosotros podemos trabajar, claro que queremos trabajar, pero no hemos hallado nada. No queremos abusar de nadie, de la ayuda de nadie, pero queremos pedir a la gente de la Municipalidad que nos dé una mano con una piezas, con una mediagua, con lo que sea, da lo mismo lo demás, pero acá no se puede vivir. Estamos pasando miedo en las noches a la intemperie", confiesa Cristián.
-¿A qué le teme?
-Es el miedo a estar solos en la noche, en la oscuridad. Además del frío y de la humedad. Por eso tratamos de acostarnos temprano y de no meternos en nada. No sabemos qué hacer, así ya no podemos seguir viviendo.


