El sanantonino que se prostituyó para pagarse la universidad
Ricky asegura que apenas termine su carrera de ingeniería dejará este "trabajo" para dedicarse de lleno a su profesión. Asimismo reconoce que ejercer este oficio no lo enorgullece, pero dice que en su caso "el fin justifica los medios".
Ricky tiene 25 años y hace cuatro se dedica a la prostitución. Reconoce que practicar este "oficio" no es algo que lo llene de orgullo, pero según el joven de 25 años, "el fin justifica los medios".
"Quiero dejar en claro que no me siento orgulloso de lo que hago ni por mentirle a mi familia, pero quiero ser alguien en la vida y si ellos no tienen los medios para pagarme la universidad, yo buscaré la forma de hacerlo", dice tajantemente antes de aceptar cualquier pregunta.
Por razones obvias no accede a entregar su verdadera identidad ni a mostrar su rostro, así que sólo lo llamaremos por su nombre "artístico".
"Entre mis clientes soy conocido como Ricky", confiesa con voz profunda.
A pesar de la seguridad que demuestra al hablar este joven sanantonino asegura ser muy tímido y por esa misma razón jamás decidió ofrecer sus servicios de forma masiva.
"Mi clientela la he formado piola. No me interesa publicitarme en los diarios ni nada parecido porque no quiero funarme. Así de simple. Además que yo no busqué convertirme en puto, ya que sólo fue algo que pasó ", explica, y luego agrega: "cuando termine de estudiar dejaré de prostituirme, pero ahora no puedo, porque necesito la plata para pagar mis estudios".
Propuesta indecente
Cuando tenía 21 años, Ricky acudía frecuentemente a unas fiestas gays que se realizaban donde antiguamente funcionaba el pub "Míster Lucas", en Llolleo.
"A mi polola le gustaba ir a esas fiestas con sus amigos. Yo la acompañé varias veces porque jamás he tenido rollos con los gays, a pesar de que en esas fiestas era acosado constantemente por sujetos porque, según lo que dicen mis clientes, soy bastante guapo. Mido 1,80, soy moreno, bien dotado y gracias al ejercicio que hago en el gimnasio he logrado tonificar mi cuerpo" (ríe).
Ricky recuerda que en una de esas fiestas, uno de los asistentes se acercó a él para proponerle un "negocio".
"Esta persona me ofreció pagarme una buena suma de dinero si yo me acostaba con él. Al principio me pareció asquerosa su propuesta y de verdad me ofendí, pero cuando uno necesita la plata los principios se van a la cresta y, tras harta insistencia de este sujeto, finalmente accedí".
-¿Cómo fue esa "primera" vez?
-Para ser honesto pensé que sería peor, pero la verdad es que no fue tan malo porque uno pone sus límites. Yo no doy besos a mis clientes hombres porque no soy gay. Sólo beso a las mujeres. Tampoco dejo que me penetren porque no me gusta y si el cliente me pide hacerlo, el encuentro queda hasta ahí nomas. Quiero dejar en claro que yo soy heterosexual y que en las relaciones con mis clientes hombres sigo siendo el "hombre" por decirlo de alguna forma.
-¿Atiendes a hombres y mujeres?
-Sí, pero la mayoría de mis clientes son hombres. A las mujeres les cuesta pagar por sexo porque es mal visto, pero algunas se atreven igual.
El joven asegura que la mayoría de sus clientas son mujeres solas, que aún tienen algo que decir con respecto a su sexualidad.
"Yo atiendo a mujeres sobre los 55 años que por distintos motivos han tenido mala suerte en el amor. Me gusta hacerlas sentir bien porque son muy cariñosas, además yo sé que lo pasan bien. Por algo me llaman cada vez que pueden", confiesa.
-¿Y los hombres qué buscan?
-Todos mis clientes son gay, de eso no tengo dudas. Es cierto que algunos están casados y tienen hijos, pero eso pasa porque jamás salieron del clóset y al final no tienen más opciones que tener una doble vida. También tengo clientes que se asumieron hace rato, pero ya no son tan cotizados como cuando eran jóvenes, así que por eso se atienden conmigo. Además saben que están seguros porque siempre uso protección y cada seis meses me hago los exámenes de rutina.
-¿Cuánto cobras por cada servicio?
-Eso es relativo porque tengo muy buenos clientes y ellos me pagan un poco más, pero en general cobro 50 mil pesos por todo servicio.
-¿Qué incluye el "todo servicio"?
-Sexo oral y penetración.
-¿Y los besos?
-Como te dije antes, yo no doy besos en la boca a mis clientes hombres tal como lo hacía la Julia Roberts en la película Pretty Woman (ríe). Si yo le diera besos a mis clientes la wea sería mariconeo y yo, como lo he dicho en toda la entrevista, no soy gay. Sólo le doy besos a las mujeres porque eso sí me gusta.
-¿Dónde atiendes a tus clientes?
-Mis clientes son los encargados de pagar el lugar y el traslado. Cuando estaba en San Antonio iba a los moteles que hay en la zona o a la casa de mis clientes, pero ahora la mayoría de mi "trabajo" está en Valparaíso. Acá me junto con ellos en las afueras del Casino de Viña. Muchas veces nos vamos a tomar un trago y después nos vamos para otro lado.
-¿Es un buen negocio la prostitución?
-Para mí lo ha sido ya que gracias a mi trabajo he logrado pagar la universidad y todo lo relacionado con mis estudios. También hay que tener en cuenta que la prostitución de hombres no es algo que se vea en todos lados, por lo mismos es bien pagada. Mis clientes son gente de dinero y están dispuestos a pagar por un buen servicio.
Estudios
Ricky asegura que en los cuatro años que lleva estudiando en la universidad sólo ha reprobado tres ramos y eso lo tienen muy contento.
"Los resultados académicos avalan la "cochiná" que hago por plata. Sólo espero que pase luego el tiempo ya que apenas me reciba dejaré la prostitución porque a pesar de que me ha ido bien en este "oficio" no es algo que me llene de orgullo, aunque tampoco es tan malo porque gracias a esto pude arrendar un departamento y pagar la universidad porque no tengo crédito", confiesa.
-¿Tienes polola?
-Sí, pero ella ni se imagina a lo que se dedica su pololo, así que mejor dejémoslo así. No quiero ni imaginarme qué pasaría si ella me descubre.
-¿Cómo has logrado ocultar tu doble vida a tu familia y a tu polola?
-Mi familia está en San Antonio y jamás viene a Valparaíso a verme. Con ellos ha sido más fácil porque los veo bien poco y cuando yo viajo a San Antonio, en las noches atiendo a mis clientes, así que no se dan cuenta. Con mi polola ha sido más difícil, pero como ella ha visto los buenos resultados que tengo en la U, cree que la mayoría del tiempo la paso estudiando o en el gimnasio. Además ella también estudia, así que no tenemos mucho tiempo para vernos, por lo menos en la semana.
-¿Entonces tú también llevas una doble vida como muchos de tus clientes?
-Bueno, si lo vemos así, claro, yo también tengo una doble vida, pero lo mío es por un fin, y aunque mucha gente no entienda mi posición, no me interesa estar explicando algo que finalmente sólo me incumbe a mí porque ninguna de esas personas me ayudará a pagar mi carrera en la universidad.
Tras más de media hora de entrevista, Ricky pide dejar la conversación hasta ahí, ya que debe estudiar para una prueba muy importante que rendirá este lunes. "Esta semana tengo harto trabajo, así que estoy adelantando estudio porque al final lo único que realmente me interesa es convertirme en un buen profesional y que mis papás se sientan orgullosos".