La profesora de chino mandarín que en San Antonio se llama Eva
Tiene a su cargo los talleres de chino mandarín que se imparten a los alumnos de la enseñanza media del Instituto Comercial. Antes de venir a Chile, lo único que conocía del país eran los moais de Isla de Pascua.
Cuando la ciudadana china Zhao Baihui llegó a Chile el pasado mes de marzo, lo primero que hizo fue adoptar un nombre occidental, algo que hace la mayoría de los asiáticos que emigra a este lado del mundo.
Escogió el nombre de Eva y así es como la conocen actualmente los alumnos y profesores del Instituto Comercial (Inco) de San Antonio, establecimiento donde realiza clases de chino mandarín para los estudiantes de primero a cuarto medio y para un grupo de apoderados.
Eva tiene 23 años y llegó a San Antonio proveniente desde la ciudad de Beijing, capital de la República Popular China, y que cuenta con más de 21 millones de habitantes.
Por eso, lo primero que le llamó la atención de la ciudad puerto fue su tranquilidad. Nada en San Antonio podría compararse en lo más mínimo a la frenética vida que se desarrolla en la capital de aquella potencia mundial.
"Esta es una ciudad muy tranquila. Chile era el país que quería elegir para hacer mi voluntariado y es un destino que muchos voluntarios buscan en Sudamérica, así que estoy agradecida por venir a este país, ya que los que no quedan para Chile tienen que ir a Argentina, Perú, Bolivia, entre otros países", explica Eva en inglés, siendo traducida por el profesor de Biología del Instituto Comercial, Pablo Maulén, quien por su manejo en el idioma de Shakespeare se ha convertido en una gran ayuda para que la profesora de chino mandarín pueda adaptarse.
Eva no usa micros, y desde su residencia en el sector de Llolleo viaja hacia el Instituto Comercial solamente en colectivo. De Chile lo único que conocía antes de venir eran los moais que veía por fotos en internet o mediante videos de Youtube. "Y justamente en el próximo mes de julio podré ir a Isla de Pascua, lo que será realmente un sueño. Luego iré a Calama, así que podré ir conociendo lugares de Chile poco a poco", comenta.
Paciencia china
Eva llegó a San Antonio como voluntaria para enseñar el idioma chino mandarín en el Inco, institución que desde hace nueve años realiza este taller para los alumnos de enseñanza media.
Pero llegar aquí no fue fácil. Para entrar a la universidad en China primero hay que pasar por una prueba de selección bastante complicada. Luego, una vez dentro del Instituto Confucio (institución no lucrativa cuyo objetivo es promover la lengua y la cultura china, dando apoyo para la enseñanza del chino en todo el mundo), hay que tener un excelente rendimiento para poder ser uno de los voluntarios que puedan emigrar a cualquier punto del mundo.
Respecto a lo que ha podido palpar sobre la educación chilena en estos tres meses en el país, lo que mayor sorpresa ha causado en Eva es el alto costo que significa matricularse y pagar el arancel de una carrera universitaria.
"He visto que es muy cara, muy costosa, y eso en China no ocurre. Allá la universidad no es gratuita, pero tampoco es algo tan elevado como acá. Es lo que más me ha llamado la atención en estos pocos meses en Chile", expone la profesora de chino mandarín.
Chilenas orientales
Eva le hace clases a 15 alumnos de primero medio; seis de segundo medio; 20 de tercero medio; y cuatro de cuarto medio. Una de esas alumnas es Constanza Pardo. Tiene 15 años y ha encontrado en el taller de chino mandarín una excelente posibilidad para acercarse a la cultura del gigante asiático.
"He podido ir aprendiendo gracias a la profesora Eva de a poco el chino mandarín. Mi sueño es algún día poder viajar y conocer China, sobre todo la Gran Muralla, porque debe ser algo impresionante", reconoce la alumna de segundo medio.
Lo bueno para Constanza es que su avance en el chino mandarín ya le está entregando sus primeras satisfacciones. Los días 25, 26 y 27 de mayo, participó del prestigioso concurso "Puente Chino 2016" que se realizó en la universidad Santo Tomás en Santiago con la presencia de 32 escolares provenientes de La Serena, Santiago, Quilpué, Valparaíso, Viña del Mar, Chillán, San Nicolás, Cauquenes, Coronel, Los Ángeles, Mulchén, Paillaco, Puerto Natales y por supuesto de San Antonio.
"Había que presentar un discurso en chino de tres minutos y una demostración artística china. Yo elegí una canción de una conocida cantante de allá, y en el discurso expliqué la razón por la que elegí dicha canción y una reseña de su intérprete. Estuvimos preparando el discurso varias semanas antes con la profesora Eva y para mí fue una excelente experiencia", reconoce la estudiante Constanza Pardo, que si bien no logró ganar el concurso, fue destacada por el jurado por su buen desarrollo del chino mandarín.
El año pasado, el alumno del Instituto Comercial Cristián Pino tuvo más suerte, y pudo viajar a China debido a su buen resultado en el concurso "Puente Chino 2015".
Para la profesora Eva, o más bien dicho, la voluntaria china Zhao Baihui, esta ha sido una experiencia que a sus 23 años la tienen muy contenta. Así lo refleja cuando conversa llena de risas junto a sus alumnos. Ya ha aprendido algunas palabras en español y las pronuncia con su particular acento.
"Los alumnos son bastante estudiosos, pero con los que más me he sorprendido es con los apoderados, ya que anotan todo y están pendiente de todo. Estoy muy feliz de poder enseñar chino mandarín en un país como Chile", afirma una entusiasta Eva.