Hasta los 17 años no sabía que la danza era su mayor talento
Bastián Tapia Retamal tiene una historia increíble. Hoy está a punto de titularse como bailarín de danza contemporánea y en julio se irá a Nueva York de intercambio.
Hasta los 17 años, Bastián Tapia Retamal no tenía ni la más mínima idea de lo que era la danza. Con suerte había movido su cuerpo en alguna discoteca sanantonina con el ritmo que en esos momentos estaba de moda. Más bien era un joven estudiante que se dedicaba a repasar las materias en las tardes y mirar televisión en su casa familiar de San Antonio. Tampoco hacía algún deporte específico ni realizaba muchos pasatiempos durante sus horarios libres de clases.
Una historia impensada de su pasado que no pega ni junta con el actual presente de Bastián, quien con 22 años de edad (1 de mayo de 1992) está a punto de egresar de la carrera de Danza y Coreografía en la Uniacc en Santiago y en un par de semanas, en el mes de julio, viajará a Estados Unidos para realizar un intercambio universitario en la ciudad de Nueva York.
"Estar en Nueva York es como estar en la capital de la danza y la cima del arte. Allí hay espectáculos en muchos lados, academias, escuelas, e incluso en las calles con los ritmos urbanos. La danza se vive de una forma diferente, muy apasionada. Es un mes de intercambio, por lo que lo aprovecharé al máximo, no solamente con las clases, sino que asistiendo a todos los lados que pueda", afirma Bastián Tapia.
¿Pero cómo fue que un joven sanantonino que no había bailado nunca hasta los 17 años está actualmente en la primera línea de la danza contemporánea nacional? La respuesta tiene nombre y apellido: la coreógrafa Marisol Rojas.
"Estaba en cuarto medio el 2011 en el colegio Lions´ School de Cartagena cuando supe que un compañero iba a la academia que Marisol Rojas tenía en Llolleo. Fui y ella me dijo que probara por si me gustaba. Y la verdad es que fue algo que me gustó de inmediato", reconoce Bastián.
La profesora Marisol Rojas se dio cuenta en ese mismo instante del inmenso potencial en bruto de Bastián y después de un mes de clases, se lo presentó al maestro Hugo Urrutia, histórico coreógrafo y creador de la mayoría de los cuerpos de baile que participaban en los estelares de la televisión chilena durante las décadas de los ochenta y noventa.
A perfeccionarse
"Viajaba a la academia de Hugo Urrutia todos los sábados en la mañana, ya que las clases eran de las nueve de la mañana hasta las siete de la tarde. Era sacrificado pero me gustaba mucho. Como no tenía mucha formación, a la primera clase llegué muy nervioso ya que los otros alumnos eran bailarines desde chicos, tenían mucha más experiencia. Hasta pensé en devolverme a San Antonio", dice ahora entre risas. Pero no se devolvió y clase a clase comenzó a aprender y a mostrar su talento.
Hasta que Hugo Urrutia le entregó la primera gran sorpresa: lo incluyó en el cuerpo de baile que participaría ese mismo año en la Teletón. "Recién en agosto había llegado a la academia de Hugo Urrutia y ya en noviembre estaba participando en la vedetón. Lo anecdótico es que yo en esa fecha aún era menor de edad, ya que estaba en cuarto medio con 17 años, pero Hugo se la jugó y me incluyó igual. También participé de la Obertura, entonces fue una experiencia que a esa edad fue espectacular", recuerda.
La pasión por la danza
Pero ni las luces del escenario ni las buenas críticas de sus pares fueron suficientes. Egresado de cuarto medio en el 2011, y con un excelente puntaje en la PSU, se decidió a estudiar Kinesiología. Duró apenas un año.
"Por mi buen puntaje me gané una beca completa para estudiar gratis en la universidad Andrés Bello, entonces mi intención era que mientras estudiaba seguiría de forma paralela con la danza, pero era algo muy difícil, así que opté por lo que era mi pasión. Dejé la carrera de Kinesiología y postulé a fin del 2012 a la Uniacc a la carrera de Danza y Coreografía. Realicé una prueba para postular, y como me fue tan bien, y fui de los primeros seleccionados, logré una beca del 50 por ciento que mantengo hasta el día de hoy", cuenta Bastián, quien de forma segura afirma que "ahí me di cuenta que la danza era lo mío. Estos años de estudios han sido sacrificados, porque hay mucha teoría además de la práctica de la danza, entonces no es una carrera fácil como piensa la mayoría de la gente".
Mirando afuera
Las proyecciones del sanantonino Bastián Tapia una vez titulado de la carrera de Danza y Coreografía son claras. "Me gustaría poder estar unos diez años viajando y absorbiendo conocimientos en otros países. Quiero recuperar el terreno perdido cuando chico, ya que no sabía nada de ningún tipo de danza. Igual eso lo tomé a favor, ya que cuando empecé a estudiar todo lo nuevo que aprendía me sorprendía y me motivaba a seguir creciendo".
Actualmente, y desde hace tres años, Bastián está viajando durante la temporada de verano a Santa Cruz de la Sierra, en Bolivia, donde va a realizar clases de ballroom (conjunto de varios bailes en pareja) a una prestigiosa academia. "En Chile logré ser campeón nacional de ballroom y así fue como me contactaron desde Santa Cruz de la Sierra. Así que pese a estar estudiando, he podido trabajar en lo que más me gusta que es la danza y así he ido acumulando experiencia", reconoce Bastián Tapia Retamal, quien tiene muy claro que toda esta historia como bailarín no hubiera sido posible si no hubiera tenido la oportunidad de conocer a su maestra Marisol Rojas.
"Ella fue la que me inició en la danza, así que junto a mis padres, José Tapia y Lorena Retamal, son las personas más importantes y a las que siempre les agradeceré", señala orgulloso el bailarín sanantonino.