El día en que la calle Centenario se convirtió en pista de aterrizaje
El 12 de octubre de 1964 los sanantoninos se congregaron en la principal arteria comercial de la ciudad para ver un acontecimiento único e irrepetible: un desfile de aviones que no dejó a nadie indiferente.
Octubre de 1964. El directorio y los socios del Club Aéreo de San Antonio están buscando la fórmula para que su institución se haga más conocida entre la comunidad de la ciudad puerto. Muchos sanantoninos no tienen idea que en el aeródromo de Santo Domingo existe desde el 3 de julio de 1943 un club aéreo con socios y pilotos privados de la zona.
Y si bien varias veces se vieron por los aires los aviones del club cuando despegaban o aterrizaban desde la comuna parque, muy pocos tenían la certeza de lo que realmente se trataba.
"Queríamos ver la forma de impactar en la comunidad y que se supiera en San Antonio de nuestro club. Porque si bien la institución funcionaba en Santo Domingo, representa a toda la provincia. Lo que pasa es que en San Antonio por sus cerros y su geografía era imposible que se construyera un aeródromo", cuenta Jorge Ponce Gómez, actual presidente del Club Aéreo de San Antonio, agregando que "creíamos que si la gente no venía al club, nosotros teníamos que ir donde ellos".
Con esa idea fija en la cabeza, el directorio empezó a lanzar propuestas a la mesa. Algunos querían hacer un espectáculo aéreo por la ciudad. Otros pensaban en alguna ceremonia. Pero finalmente la idea que más impacto generó en el directorio fue la de colocar los aviones que pertenecían al club en plena calle Centenario. Querían convertir la calle principal del centro de la ciudad en una improvisada pista de vuelo. Una actividad que por esos años parecía una verdadera locura.
Apoyo de la radio
La primera acción que hicieron fue ponerse en contacto con la radio Sargento Aldea, una de las más sintonizadas por aquellos tiempos. La emisora sanantonina utilizaba un eslogan que los más veteranos recuerdan hasta el día de hoy: "La voz del Puerto para todo Chile". Tras esto, se acercaron hacia el diario La Orientación, también muy leído por esos años. Conversaron con los directores de ambos medios y la idea prendió de inmediato. Tanto la radio Sargento Aldea como el diario La Orientación se sumarían a la difusión del extraño acontecimiento. Cuando escogieron fecha, pensaron en el domingo 12 de octubre.
A malvilla
Tras la promoción en la prensa local, venía uno de los mayores desafíos para los integrantes del Club Aéreo de San Antonio: realizar la logística para que los aviones estuvieran instalados aquel 12 de octubre de 1964 en el corazón del centro de la ciudad puerto.
Un dato llevó a los socios del Club Aéreo a visitar un potrero desocupado que existía en el sector donde está el cruce de Malvilla. Tenía la superficie necesaria para un despegue o un aterrizaje. El terreno era plano y los pilotos podrían maniobrar sin problemas. Solamente había que cerrar el sector para que no hubiera problemas de seguridad.
Tres protagonistas
Con todo listo, el 12 de octubre muy temprano en la mañana despegaron desde el aeródromo de Santo Domingo los tres pilotos que serían los protagonistas de esta historia: Raúl Martínez, Enrique Paschold y Sergio Brown.
Sobrevolaron el océano Pacífico y enfilaron hacia el lugar de aterrizaje en Malvilla. Una vez en suelo firme, tomaron rumbo por tierra hacia San Antonio con el motor y las hélices delanteras funcionando.
Expectación en el centro
Mientras eso ocurría, en Centenario la calle estaba totalmente vacía esperando los tres aviones del Club Aéreo de San Antonio. Oficiales de Carabineros (algunos de ellos alumnos del club) se preocuparon que ningún espectador cruzara la barrera provista para la seguridad. La mayoría de los presentes eran niñas y niños que soñaban con ver un avión por primera vez en vivo y en directo.
La constante promoción en la radio Sargento Aldea y en el diario La Orientación había creado un ambiente de expectación que ayudó a cumplir totalmente el objetivo trazado por el Club Aéreo de hacerse conocido por la comunidad.
Los tres aviones aparecieron por primera vez para el público en el sector del puente Arévalo, en la entrada de San Antonio. La imagen parecía sacada de una película de ficción. Por la misma calle donde transitaban micros y autos, tres aviones con sus motores y hélices provocaban un ruido que retumbaba en todo el centro de la ciudad.
La entrada por Centenario fue triunfal. Los aplausos no dejaban de escucharse y las caras de asombro de las chicas y chicos eran dignas de una postal. Los tres aviones desfilaron hasta la plaza de Armas de San Antonio. En aquel lugar se montó una carpa auspiciada por Coca Cola donde estaban las autoridades locales y en la que una orquesta amenizó la jornada con música en vivo. Hasta baile hubo aquel domingo 12 de octubre de 1964.
¿Y los pilotos?
La noche del 12 de octubre un grupo de integrantes del Club Aéreo de San Antonio se quedó haciendo guardia en la plaza para cuidar los aviones. Los curiosos estuvieron hasta tarde. Al otro día, el lunes 13 de octubre, pasó algo impensado.
Después de haber sido los protagonistas de un hecho histórico para la ciudad, los pilotos Martínez, Paschold y Brown debían regresar a sus trabajos para comenzar sus semanas laborales, por lo que los tres aviones que estaban estacionados en la plaza de Armas quedarían sin sus pilotos oficiales.
Jorge Ponce Gómez fue uno de los pilotos de emergencia que tuvo que tomar la posta. "Con otros dos integrantes del club sacamos los aviones de Centenario y volvimos al cruce en Malvilla. Finalmente conseguimos la expectación y promoción que buscábamos. Esos años tuvimos harta convocatoria a nuestros cursos, participamos en muchas ceremonias, desfiles y aniversarios, pero con el tiempo nuevamente la atención hacia el club se fue diluyendo", reconoce el actual presidente del Club Aéreo de San Antonio, quien entre risas asegura que "seguramente si hiciéramos lo mismo que aquel 12 de octubre de 1964 en la actualidad, nos iríamos todos presos."