El emotivo homenaje a Nicolás Castillo, el nuevo hijo ilustre de Renca
A eso de las 11 de la mañana de ayer comenzó un homenaje a Nicolás Castillo en la Plaza de Renca. Había un podio instalado sobre un escenario y un dj encargado de alegrar la espera. La gran figura era el jugador formado en Universidad Católica que también fue protagonista del campeonato que obtuvo Chile en Estados Unidos.
La comuna y la prensa esperaban expectantes la aparición del jugador que, con aplomo, se atrevió a lanzar un penal en una final, cuando llevaba sólo 12 minutos en el campo. El mismo que escribió en su cuenta de Twitter que el Monumental era un vertedero, ayer se quebró.
El jugador se paró frente a todos los convocados a su homenaje, liderados por la alcaldesa Vicky Barahona, puso sobre el podio su hoja con el discurso y dijo: "Es un orgullo para mí ser renquino. En esta comuna tengo a mis amigos, a mi familia" y se calló. Miró hacia su costado derecho, donde estaba su barra fiel. Esos amigos y cercanos que lo vieron desde potrillo en las calles de la comuna. En ese momento, el Nico tuvo que tomar un segundo para respirar y tragar saliva. Levantó su dedo pulgar y sonrió. Y continuó: "Muchas gracias a todos. Trataré de seguir rindiendo para dejar bien puesto el nombre de la comuna de Renca y el nombre de mi país, para que todos sepan de dónde vengo", decía con un bamboleo que delataba su nerviosismo.
Después, con el pelo parado en un mohicano desordenado, jeans, zapatillas, camisa de mezclilla y polera, recibió el galvano de Barahona.
Ya en el punto de prensa, explicó que se conmovió al "ver a mis amigos, a mi familia, a los que siempre están conmigo. Estoy emocionado, pero contento a la vez por poder representarlos a todos ellos".
La alcaldesa Barahona destacó que Castillo "cumple todos los requisitos de nuestro reglamento para destacar a los Hijos Ilustres. El es un ejemplo para la juventud renquina", dijo sobre el nuevo homenajeado. En 2011 ya había recibido la distinción otro seleccionado de la Roja: Eduardo Vargas.