Una jornada de síquicas, esperanza y solidaridad en el muelle Puertecito
Las familias de los pescadores han estado desde el primer día esperando una buena noticia de sus seres queridos en la Lonja Pesquera, donde ayer se vivieron momentos llenos de humanidad e ilusión.
Pasada la medianoche del lunes, algunos familiares de los pescadores desaparecidos se contactaron con Isabel Cristina Ávila, "La Síquica de Chimbarongo", para que les ayudara en esta tarea de ubicar a sus seres queridos. Tras ello, estas personas se acercaron a la Gobernación Marítima de San Antonio para solicitar que una patrullera de la Armada se dirigiera a la zona donde la clarividente les habría dicho que podía estar el bote "Don Juan II".
Una de las lanchas de la Armada partió de madrugada a un sector situado a 35 kilómetros de la costa de San Antonio. En esa embarcación iba también Marco Carreño, uno de los hijos del pescador Juan Ambrosetti Adasme. "Navegamos 22 millas hacia el sur, al frente de Punta de Culebra, y llegamos hasta los bajos de Rapel. La síquica nos dijo que hiciéramos (en el mar) un triángulo inverso y que recorriéramos hacia el norte hasta Cartagena. Teníamos poca visibilidad y no encontramos ningún elemento, pero todavía tenemos la fe y la esperanza de que los vamos a hallar. Ella dice que hay vida dentro del bote", contó este joven de 24 años.
"Yo creo que mi papá está vivo porque es un viejo zorro que sabe lo que hace", añadió.
Y por la misma petición de algunas de las familias, actuó la síquica de Melipilla Scarlett Zúñiga, quien cerca de las 13.30 horas de ayer llegó a Puertecito, donde se reunió con los seres queridos de los hombres de mar. Aguardaban por ella todos quienes no claudicarán en agotar los recursos para tener una respuesta a sus anhelos.
Tras la cita con la vidente melipillana, muchas de las personas salieron muy desesperanzadas, ya que no escucharon algo que les diera fe. "Hay un joven de las fotos (de los tripulantes) que tiene como mucha inquietud y quiere enviar un mensaje y algo necesita decirle a su familia", adelantó la autodenominada "clarividente" antes de encontrarse con las familias.
Ramón Romero, padre del pescador desaparecido Nelson Romero (21), explicó que la síquica Scarlett Zúñiga le contó que su hijo estaba agotado. "Ella me dijo que él ya no tiene fuerzas para seguir luchando y que nos dejó un legado. Yo le creo porque quizás él ya no puede más", aseguró este hombre muy apenado.
Incrédulo, el presidente del Sindicato de Pescadores Montemar, Cristián Miranda, criticó que se haya usado este método. "No creo en brujos, el mejor síquico que hay es Jesús y en él tenemos que confiar", alegó el dirigente.
Como lo ha hecho desde el primer día, hasta Puertecito llegó el párroco de San Antonio, Vicente Véliz, quien acompañó a la familias a poner carteles con mensajes para los pescadores. "Vuelve, te amamos", decían aquellas pancartas de absoluta entrega. "He traído un mensaje de esperanza en estos minutos de difícil situación; lo importante es decirles a los familiares que estamos con ellos", manifestó el sacerdote.
Véliz pidió que se usen todos los medios para buscar a la tripulación. "Son pobres pescadores, por qué no hacer un esfuerzo mayor e incrementar los recursos y así darles tranquilidad a las familias", dijo junto con llamar al gobierno central a que intervenga para canalizar las acciones.
A la hora de almuerzo, gracias a una labor anónima de mujeres sanantoninas que consiguieron verduras y arroz para llevarles a las familias en Puertecito, decenas de personas saborearon un plato de pescado frito.
La solidaridad, tanto como la esperanza, ha crecido en torno a los círculos cercanos a la gente de mar. Aunque algunos lloran a ratos a la orilla del muelle, después se reconfortan cuando alguien les comparte un pan, una taza de té o un simple abrazo. "Agradecemos a quienes han venido a entretener a los niños y a los que trajeron cosas para tomar una oncecita, es gente anónima que ha querido ayudar", aseguró una de las sobrinas del pescador Carlos Ibarra Berríos (62), conocido como "El Burrito".
Al caer la tarde, antes de que oscureciera, hasta el muelle se acercó un equipo de profesionales de la empresa San Antonio Terminal Internacional, cuya gerenta de Recursos Humanos, Elisa Díaz, expresó su respaldo a quienes están viviendo este drama. "Vinimos a ayudar porque esta es una desgracia y una situación en la que nadie querría estar; ojalá Dios quiera que aparezcan luego los pescadores. Hemos vivido, de una u otra forma, estas situaciones y de esta manera queremos solidarizar con la gente, con nuestros pescadores", sostuvo.