La tragedia de naufragios que se repite en la familia Santander
Su hermano René Alfredo falleció junto a tres compañeros en el naufragio de la embarcación "Huachupé" el año 2001. Hoy, esta sanantonina está viviendo nuevamente la misma angustia con la desaparición de su hijo y su pareja.
Marta Santander, al igual que hace 15 años, no pierde la esperanza.
En su casa, ubicada en calle Javiera Carrera de la población 30 de Marzo, pasa por exactamente lo mismo que le tocó vivir el 17 de julio del año 2001. Su hermano, René Alfredo Santander, desapareció aquella madrugada tras el volcamiento del bote "Huachupé", treinta kilómetros al oeste del puerto de San Antonio.
La noche previa, René le había dicho a su hermana que no saldría a trabajar, así que no tenía de qué preocuparse.
Al mediodía del 17, unas vecinas tocaron a la puerta de la casa de Marta. Traían la mala noticia de que el bote que tripulaba René se había dado vuelta con tres compañeros más. Tras escuchar esa noticia, ella comenzó a recordar las palabras que su hermano le había dicho la noche anterior.
"La tradición en la pesca comenzó con mi padre Víctor Santander, al que todos conocían como el 'Cachupín'. Él trabajaba en la caleta desde los nueve años y mis hermanos siguieron sus pasos en este oficio. Para ellos el mar era como su segunda casa", recuerda Marta.
La espera fue tensa. Más que nada por el cariño que le tenían a René. Todos los días pasaba a la casa de su hermana, jugaba con los hijos de ella y los llenaba de sonrisas. Alegraba cada espacio del hogar con su humor. Y cuando le daba hambre, buscaba la bolsa donde estaba el pan para comerse una marraqueta en tranquilidad de la pieza. Tantas veces hizo lo mismo, que en la actualidad hay una foto con la imagen de René en la casa de Marta justo al lado de la bolsa donde se guardaba el pan.
Aquel 17 de julio la lluvia y los fuertes vientos se habían dejado sentir con fuerza durante todo el día. "Recuerdo que el tiempo estaba muy malo. Y la verdad es que todo ese día fue una desesperación muy grande. Mi hermano aquella noche no tenía que trabajar, porque él salía con Fernando Montenegro. Pero igual aceptó la invitación para ir", explica Marta.
René le había comentado en más de una ocasión a su hermana que si estaba frente a una tragedia en alta mar, haría todo lo posible para amarrarse a la embarcación. Y eso fue lo que hizo. Cuando el bote "Huachupé" fue encontrado, el cuerpo de René Alfredo Santander estaba atado al bote. Tres compañeros más perdieron la vida en aquella tragedia: Juan Antonio Martínez Pavez, Carlos Domingo Meléndez Hernández y Damián Cosme Miranda Cuevas, todos pertenecientes al Sindicato Montemar.
Repitiendo la historia
Marta Santander hoy siente la misma desesperación que aquel 17 de julio de 2001. Su pareja Juan Ambrosetti (64 años), y su hijo Juan Mauricio Ambrosetti (18 años), desaparecieron la madrugada del sábado 2 de julio tras salir a pescar en la embarcación "Don Juan II". Aún no se ha dado con el paradero de ellos ni de sus otros dos compañeros que estaban en las labores de pesca: Carlos Ibarra y Nelson Romero. Han pasado 15 días han pasado y novedades casi no existen.
Para Marta esto no es excusa para dejar avasallar por la desesperanza. Sabe cómo es la incertidumbre de las familias que viven de la pesca. Ya lo vivió con su hermano René Alfredo y además con su hijo mayor Víctor, también hombre de mar, quien iba en un bote que se dio vuelta en la costa de Santo Domingo. "Pero gracias a Dios lo pudieron rescatar", suspira Marta, madre también de Jacqueline, Lorena, Marcos y el joven Juan Mauricio.
"Mauricio es mi hijo más chico y siguió los pasos de su padre Juan en la pesca. Él es muy querido acá en el barrio y todos lo conocen además, porque es fanático de los autos. De hecho, afuera en la calle está su auto que tiene arreglado y al que le dedicaba muchas horas. Le gusta el tema de la mecánica", asegura su madre.
Pero ni Mauricio ni su padre han sido encontrados. Los días pasan lentos para su familia que espera por novedades. "Cuando pasó la tragedia del 'Huachupé' el cuerpo de mi hermano René Alfredo apareció y le hicimos un funeral como corresponde. Está enterrado en el Cementerio Parroquial. Ahí puedo ir, dejarle flores, y arreglar su tumba para que se vea bonita", reconoce Marta, quien espera un desenlace parecido para la historia de su pareja e hijo. "Me gustaría tener un lugar donde recordarlos", dice firme.
Con el peso de la tragedia sobre sus hombros, la mujer estalla en llanto cuando recuerda a su hermano, su pareja y a su hijo. Se emociona, mantiene el silencio y se dedica a mirar las fotos de ellos tres en la mesa de su casa en la población 30 de Marzo. "Lo único que me gustaría y que pido es que mis nietos no sean pescadores", suplica con un grado de resignación. Marta Santander, al igual que hace 15 años atrás, no pierde la esperanza.