Pilar Campos Carmona
Leonel Troncoso (60) se despertó violentamente la madrugada de ayer con un fuerte ruido y remezón que lo llevó a quedar con el colchón de su casa en la mitad de su patio, bajo la lluvia y cubierto de barro.
"Eran las 2.45 cuando escuché golpes, viento y piedras. Con el aluvión salí con cama y todo para afuera", indicó con tristeza. Leonel, pensó a primera instancia que se había caído un árbol, sin embargo, el panorama era aún peor.
Cuando se dio cuenta de todo lo que había sucedido, saltó a buscar a su querida perrita "Pili", animal que es su única compañía.
"La fui a buscar hasta que la encontré porque es como una hija para mí. Ahí vi el barro, las piedras y como corría un río de agua que se llevaba mi casa. Fue terrible", señaló angustiado.
-¿Es la primera vez que sucede?
-Sí. Hace nueve años que vivo acá y esta es la primera vez que pasa algo así. Me imagino que había mucha agua subterránea y por eso el terreno cedió.
Por suerte, un tronco providencialmente detuvo la casa y evitó que la estructura se deslizara por el terreno impactando con la vivienda de su hermana.
Los vecinos y familiares del Leonel solo pedían durante la madrugada que parará de llover para que este accidente no fuera aún peor. "Lo único bueno de esto es que él está con vida, porque quizás podría haber sido peor. Fue un milagro", mencionó Adela Troncoso, hermana del afectado.
Troncoso es guardia del Centro Cultural San Antonio y producto del aluvión que por poco le cuesta la vida, perdió su casa.
La enorme cantidad de tierra y piedras destruyó por completo la cocina, comedor y las habitaciones de lo que hasta la madrugada del lunes era su hogar.
Sacrificio
"La casa la construí con mucho sacrificio. Últimamente me han pasado muchas cosas malas. El otro día estaba en el trabajo y me dio un accidente vascular", contó entre lágrimas.
El sueño de Leonel era construir su casa en Pelancura y que esta tuviera una vista privilegiada del mar.
"Yo siempre quise tener mi casa ahí porque daba justo al mar. Ahora no sé qué voy a hacer ni dónde viviré".
El guardia caminaba por alrededor de su casa mirando lo que podía rescatar, pero solo pudo sacar un poco de ropa.
"Fue tan grande el impacto que encontramos su celular en la calle", aclara Hilda Garrido, presidenta de la junta de vecinos.
Leonel trata de consolarse a sí mismo e indicó que "el encargado de emergencia me dijo que me iban a ayudar y que me visitará la asistente social. Lo único que puedo decir es que no sé cómo estoy vivo".
-¿Cuándo entrará a retirar lo que quedó de sus pertenencias?
-Voy a esperar que se seque la tierra para que la casa no siga cayendo. Después veremos qué voy a hacer.
9 esa es la cantidad de años que pasaron desde la construcción de la vivienda.