El áspero estilo Trump
por Abraham Santibáñez, Premio Nacional de Periodismo.
Según The New York Times, la del jueves en la noche era la mejor oportunidad de Donald Trump para dejar su caricatura en el olvido. "No lo hizo". En cambio, en un discurso de una hora y cuarto -el más extenso desde los tiempos de Richard Nixon- se auto-posicionó como la única alternativa ante el caos. Reafirmó igualmente su convicción de que es capaz de resolver todos los problemas de la noche a la mañana.
Los cuatro días de la Convención Republicana en Cleveland no le resultaron fáciles.
Pero ningún problema -la enardecida protesta en su contra de un grupo de republicanos, la acusación de plagio contra su esposa o la actitud del senador Ted Cruz de negarle su apoyo explícito- pareció hacer mella en el candidato.
La prueba de fuego fue el mensaje de cierre de la Convención, el jueves. Lo hizo su manera: fiel a su polémica estrategia populista, optó por reiterar lo dicho en campaña exacerbando las consignas extremistas.
No fueron novedosos sus duros ataques a su segura rival, la ex Primera Dama Hillary Clinton. Tampoco su convicción de los beneficiosos frutos de sus promesas: rebaja de impuestos, construcción de un muro en la frontera con México y hacer pagar a sus aliados todo apoyo bélico. "Cada día, dijo, me despierto determinado a asegurarle una mejor vida a la gente a lo largo de toda nuestra nación que ha sido descuidada, ignorada y abandonada".
De manera lapidaria el vicepresidente del Cato Institute, John Samples, resumió su impresión: "No hay nada (nuevo) detrás de todo eso. Tampoco ha asumido la responsabilidad de nada de lo que ha dicho, así que no se sabe cómo será su mandato".
Así las cosas, la mayoría de los comentaristas cree poco probable que obtenga el triunfo en noviembre. Pero ya sabemos que en política -tanto en Chile como en Estados Unidos- nada es seguro. Todo puede suceder.