Raúl Acevedo cumplió con su promesa de volver a ver al SAU
El hincha número uno de los lilas cumple el día de hoy 25 años desde que asumió como líder de la barra "Tito Guevara". Hace dos años, un accidente cardiovascular estuvo a punto de dejarlo sin ir más al Olegario Henríquez.
Raúl Acevedo Suárez está en su pieza llorando de forma desconsolada. La pena inunda todos los rincones de su casa ubicada en calle Brisas del Mar en la población 30 de Marzo. Como sea quiere llegar al estadio municipal Olegario Henríquez.
Es abril de este año y San Antonio Unido, el club de sus amores, está jugando encuentros decisivos del torneo de Segunda División y él sabe que no puede estar ausente. Quedan pocos partidos para que el equipo dirigido por Jorge Garcés culmine su participación en el campeonato 2015-2016, y las posibilidades matemáticas de un ascenso a Primera B siguen latentes.
Tras sufrir un accidente cardiovascular en su hogar el 17 de noviembre de 2014, pasar 17 días en la Ucim del hospital Carlos van Buren, levantarse durante varios meses de madrugada para ir a las terapias de recuperación, Raúl Acevedo siente en su fuero interno que es hora de recuperar todo el tiempo perdido.
Pese a que se tiene que movilizar en silla de ruedas, el histórico hincha sanantonino lo único que quiere es que su grito se cuele entre los tablones del municipal. Que su aliento retumbe en el corazón de los jugadores para lograr la victoria.
Quiere volver a lo suyo. A esa rutina futbolera que comenzó un 26 de agosto de 1991 cuando en el estadio Roberto Bravo Santibáñez de Melipilla, mientras en cancha jugaba el SAU ante Santiago Morning, tomó una bandera lila, se paró en medio de la barra y desde lo más profundo soltó un grito que lo catapultó desde ese día como el jefe de la barra oficial "Tito Guevara".
"Hay que tener valor para ser el jefe de una barra. Muchas veces me trataban de hacer callar, pero yo les decía que si no venían a alentar que se quedaran en la casa", explica.
Por eso llora desconsolado en la pieza de su hogar.
Su señora, Paola Abarca, trata de consolarlo. Sin embargo, nada puede calmar sus ganas de decir presente una vez más para ver al cuadro que desata toda su pasión.
Con ayuda de sus tíos
Raúl Acevedo nació en San Antonio el 24 de agosto de 1953 (recién cumplió 63 años) y vivió toda su infancia en el sector de Barrancas, en calle Luis González. Vivía junto a sus padres y ocho hermanos más.
Producto de una enfermedad de su madre María Esperanza Suárez, en 1961 se tuvo que ir a vivir a Santiago para acompañarla. De vuelta de la capital, y tras pasar por varios colegios sanantoninos, en 1965 fue internado en el Hogar El Redil de Llolleo.
Con su padre tenía una mala relación, así es que con la ayuda de su hermana Margot, ingresó al hogar de menores hasta 1966.
Tras su paso por el Hogar El Redil, un joven Raúl Acevedo comenzó a trabajar. Lo hizo en una verdulería cargando sacos de papas y, tras unos años en esta labor, comenzó a desempañarse en la ferretería "Mariano", que se ubicaba donde actualmente está el Tottus de Barrancas. Ahí estuvo once años.
Después de eso sumó otros once años trabajando en la ferretería "Lautaro", ubicada en Barrancas; un par de años en la ferretería "Manantial" en la 30 de Marzo; hasta que en el 2008 llegó a trabajar a la ferretería "2 Estrellas", desde donde tuvo que dar un paso al costado obligado producto del accidente cardiovascular.
En medio de esta historia comienza en la década de los sesenta su relación de amor con la camiseta de San Antonio Unido. Fue gracias a la voluntad de unos tíos que lo llevaban al estadio cuando los lilas jugaban de local que supo que existía el cuadro sanantonino.
"Iba al estadio con mi tío Pedro y su señora Noemi, ambos que en paz descansen. Estoy muy agradecido de ambos porque si no hubiera sido por ellos no me hubiera hecho fanático del SAU", reconoce Acevedo, quien casi dos décadas después tuvo un sueño bastante especial meses previos a que comenzará a ser el jefe de la barra oficial "Tito Guevara".
Soñado y logrado
Una noche de 1991, Raúl Acevedo soñó que estaba sobre una galería con una bandera alentando y gritando por San Antonio Unido. "Fue extraño porque me veía con una bandera grande saltando y celebrando los goles del SAU", acota.
Una semana después viajó a Melipilla para ver el encuentro entre San Antonio Unido y Santiago Morning. La fecha la recita de memoria: "26 de agosto de 1991".
Ahora se cumplieron 25 años desde aquel día en que se ganó el respeto de los hinchas para ser el jefe de la barra con aquel grito que le salió del alma. No era planeado ni nada. Cerca de 35 personas crearon la barra oficial 'Tito Guevara', en honor al capitán del equipo del SAU de 1962.
Tras aquella historia en Melipilla, los viajes y domingos en el estadio se fueron sumando de forma instantánea. Junto a un nutrido grupo de hinchas sanantoninos, conocieron Chile prácticamente de norte a sur.
Actualmente, todos esos viajes están registrados en tres álbumes de fotos que don Raúl conserva como un tesoro en casa. Los ve de vez en cuando y los recuerdos lo emocionan. Mientras estuvo en terapia para recuperar su movilidad, más de una vez le dio una vuelta a los recuerdos. Esas simples imágenes lo llenaban de fuerza para cumplir su único objetivo tras el accidente: volver a gritar un gol del equipo de sus amores.
Merecida ovación
Por eso es que aquella tarde de abril de este año en su hogar en la 30 de Marzo, Raúl Acevedo lloraba tan desconsolado. Ya no aguantaba más. Lo único que quería era que lo llevaran lo antes posible al municipal Olegario Henríquez. Fue tanta la insistencia, que su señora Paola Abarca encontró una solución. Esteban y Fernando, hijos de Raúl (también es padre de Elizabeth, Patricia y Fabiola), lo llevarían al estadio y lo acompañarían durante los 90 minutos.
Grande fue la sorpresa cuando Raúl Acevedo hizo su ingreso al recinto deportivo. Una ovación de parte de todos los presentes acompañó su camino hacia la tribuna. Los hinchas le retribuían con aplausos su valentía de llegar al estadio en silla de ruedas. Con la camiseta bien puesta y una bandera firme en su mano derecha, el hincha más reconocido de San Antonio Unido cumplió su palabra.
"Tengo que agradecer todas las muestras de cariño que tuve estos dos últimos años desde que me pasó el accidente. Sé que hicieron muchas cadenas de oración entre los hinchas y mis amigos de la comparsa de la 30 de Marzo. También a los dirigentes que este año me entregaron la posibilidad de entrar gratis a los partidos de local, por lo que no me perderé ningún encuentro del equipo que dirige Jorge Garcés, al que le tengo mucha fe", dice esperanzado Raúl Acevedo, quien a sus 63 años recién cumplidos, fue testigo el miércoles de la "Tarde Lila", donde recibió un homenaje por sus 25 años como hincha del SAU. Con su ojo clínico, asegura que este equipo "tiene mucha experiencia, por lo que tenemos posibilidad de lograr el ascenso".
Ojalá así sea.