Le amputaron sus dos piernas y hoy es uno de los mejores ciclistas del mundo
Ayer el raider nacional Adolfo Almarza dictó una charla motivacional a los alumnos del liceo Poeta Vicente Huidobro. El profe Jaime Parra recordó el caso de su hijo, que sufrió un accidente en bicicleta que estuvo a punto de costarle la vida.
Mientras el primer corredor profesional del mundo con prótesis en sus dos piernas, el melipillano Adolfo Almarza Riquelme (28), recordaba el trágico accidente carretero en Argentina, donde perdió sus dos extremidades cuando apenas tenía 12 años, el profesor Jaime Parra (57) lo escuchaba atentamente y no podía dejar de recordar el día en que su hijo homónimo fue atropellado por un automóvil, a la edad de 10 años.
El salón principal del liceo Poeta Vicente Huidobro, en Cartagena, estaba cargado de sentimientos a eso de las 15 horas de ayer.
La estudiante Ignacia Rivera, del tercer año medio, organizó una charla motivacional para los alumnos del plantel. ¿El invitado de honor? El único ciclista en el mundo que compite con dos prótesis en sus piernas, en la categoría Montainbike Downhill (cerro abajo), Adolfo Almarza, quien viene recién llegando de una serie de competencias en Europa.
"Para nosotros que somos de escasos recursos es importante escuchar a otra persona decir que sí se puede. Nos motiva a seguir luchando por nuestros sueños. Yo conocí a Adolfo en mi trabajo, en El Turco, y me impactó mucho su historia de vida y consideré que era importante que mis compañeros de liceo conocieran lo que a él le pasó y cómo salió adelante", cuenta Ignacia Rivera.
-¿Cómo salió adelante, Adolfo?
-Fue muy difícil. Un niño de 12 años lo único que quiere es jugar y yo sin piernas me quería morir. Fue difícil, pero con la familia, Dios y las ganas se puede.
La bicicleta
El 12 de diciembre de 2000, Adolfo, junto a la selección de básquetbol de Melipilla, retornaba a Chile desde Argentina luego de disputar un campeonato de la disciplina.
El conductor del bus que transportaba a los deportistas se durmió. El vehículo cruzó la pista contraria, chocó contra un árbol y volcó.
El saldo de este accidente fue trágico: tres niños muertos y 11 heridos.
Mientras Adolfo relataba su historia, los alumnos y el profesor jefe de la carrera Operaciones Portuarias, Jaime Parra, escuchaban atentos. Pero para el maestro, las palabras del ciclista tenían un significado más que especial.
"Es muy emocionante escucharlo, sobre todo para mí, porque mi hijo estuvo a punto de perder la vida a una edad muy similar a la de Adolfo", se quiebra Parra.
El 12 de mayo de 2004 es una fecha que nunca olvidará este profesor. Su hijo del mismo nombre fue atropellado por un vehículo cuando cruzaba la calle Luis Reuss arriba de su bicicleta.
"Cuando llegué al hospital me dijeron que Jaimito no iba a sobrevivir, que estaba en malas condiciones", recuerda.
Producto del brutal atropello, el hijo del profesor sufrió hemiparesia, una parálisis de su parte derecha, además le amputaron los cinco dedos de su extremidad diestra y tuvo que soportar más de 25 operaciones.
"Primero estuvo postrado por mucho tiempo, después comenzó a movilizarse en silla de ruedas y ahora camina con un bastón muleta", detalla.
Hoy, según cuenta el propio Jaime, su hijo está luchando contra una fuerte depresión "producto de este mismo accidente que lo dejó imposibilitado de llevar una vida normal".
Mientras para Jaime, su hijo y su familia la bicicleta representa un episodio lamentable en sus vidas, para el melipillano Adolfo Almarza se ha convertido, primero, en su terapia, y ahora, en su pasión. Incluso en los próximos días visitará España para una nueva competencia de descenso.
"Desde los 16 años que estoy corriendo y hace seis que soy profesional. Para mí la bicicleta es todo porque me ha permitido salir adelante. Pero lo más importantes es que uno nunca se puede dar por vencido para conseguir lo que uno más quiere", culmina Adolfo sobre su bicicleta.