El lado "B" del último año de las fondas y ramadas en el estadio
No sólo a tomar terremoto y a comer empanadas acuden los sanantoninos al tradicional recinto. También la entretención y los juegos criollos forman parte crucial en este paseo familiar.
Este fue el último año en que las fondas y ramadas de San Antonio se realizaron en el recinto del Estadio Municipal Doctor Olegario Henríquez, y para cerrar un ciclo, el alcalde Omar Vera entregó un reconocimiento a los locatarios que permanecieron más años trabajando en este lugar.
La ramada de Los Pincheira, El Tata, la chichería de María Lazo, fueron algunos de los locales reconocidos, además de una mujer trabajadora que por más de 24 años ha llevado entretención y juego para que este tradicional espacio se transforme en un paseo familiar.
Se trata de Sonia Alarcón Sepúlveda (50), una esforzada madre que gracias a este trabajo ha logrado darle estudios a sus dos hijos, quienes hoy son excelentes profesionales.
"Me dieron un reconocimiento por los 15 años que lleva el alcalde en la municipalidad, pero yo en realidad completé 24 años trabajando en las fondas y año tras año, he estado con la lota y los juegos criollos", destaca.
Recuerda que ya estuvo en el sector de la Estación de Llolleo, a donde se trasladarán los locales desde el próximo año. "En los tiempos de la alcaldesa Lucía Menares nos mandaron en alguna oportunidad para allá y nos fue bien, pero ahora no me voy a ir. Si ya no estamos en el estadio no me iré a ninguna parte", agrega resignada Sonia.
Y es que ella asegura que nunca que ha faltado la "pega", ya que dentro del año aprovecha de desplazarse a distintas ferias y lugares de la zona, incluso viajando hasta Melipilla.
Además, en los más de 20 años de trayectoria que mantiene Sonia, ha logrado hacerse de una fiel clientela que valora los buenos premios que se ofrecen. Las bicicletas, los hornos y las decenas de artículos de menaje, abarrotes y licores, han posicionado al negocio de esta emprendedora como uno de los más confiables y entretenidos.
"Para la semana melipillana, la de Pomaire, y fiestas similares, siempre voy con mi familia y nos instalamos con todos nuestros juegos. Lo bueno es que a donde vayamos nuestros clientes nos siguen", indica.
Esta sencilla mujer domiciliada en el cerro de Bellavista, además tiene un carrito de confites que durante todo el año atiende afuera del edificio de la Torre Bioceánica, y en los veranos arma todo su aparataje de juegos y lota en el balneario de Costa Azul.
"Yo soy sanantonina, pero acá en la comuna no tengo la oportunidad de instalarme en forma permanente con la lota, por eso tengo que salir afuera", dice con un tono de resignación en sus palabras.
Recuerda que sí mantuvo un local establecido en el antiguo paseo Bellamar, en el sector donde hoy se ubica el mall.
"Cuando empezó el proyecto del mall, yo tuve que salir y comenzar a emprender con un simple carrito de confites", añade.
Sin embargo, Sonia dice estar my orgullosa de los logros que ha tenido con su emprendimiento, ya que con este trabajo, y a pesar de haber vivido la separación su marido y posteriormente haber enviudado, ha logrado darle sustento a toda su familia.
"Gracias a la lotería y los juegos criollos yo le di educación a mis hijos, los alimenté, los vestí y nunca les faltó nada", detalla con mucho orgullo.
Mostrando los mesones donde se instala con la lota y la diversidad de juegos como taca taca, cama elástica, pesca milagrosa, tiro a los tarros, tiro a los gatos y avión de apuestas, Sonia destaca que el trabajo de sus hijos, también es fundamental.
"Ha sido sacrificado, porque uno trabaja todos los feriados y tiene que postergar un poco a los hijos, aunque ellos siempre han trabajado conmigo".
Sonia dice que cuando comenzó a dedicarse a este rubro era una mujer muy tímida, pero que con el paso de los años fue puliendo el carácter fuerte que hoy la caracteriza.
Como matriarca no le faltan las agallas para imponerse frente a quienes pueden causar más de una molestia a ella y a su familia.
"No han faltado los clientes prepotentes que insultan y hasta nos han tirado el maíz por la cabeza, pero hasta el momento he sabido defenderme".
La satisfacción de Sonia es enorme, ya que su hija hoy es profesora y su hijo estudió turismo y hotelería, por lo que dice que todos sus sacrificios han valido la pena.
La limpieza
Pero el esfuerzo de la mujer trabajadora y el empeño por ayudar a sus padres también lo practica una joven llolleína, que también trabaja en este recinto, pero cuando la fiesta termina.
Desde hace 4 años que Elizabeth Arias Menares (36) trabaja barriendo las áreas comunes de las fondas y ramadas de San Antonio en el Estadio Municipal de San Antonio. Este año su trabajo comenzó a las 08.00 del sábado 17 de septiembre.
"Lo que más me ha llamado la atención en todo este tiempo es cuando me he encontrado con cuchillos, plata o cosas así".
-¿Pero cómo fue eso de encontrar un cuchillo?
-Estaba barriendo y entremedio de las ramas de las hojas de eucalipto había un tremendo cuchillo escondido.
-¿Qué pasó por su cabeza cuando se encontró con eso?
-Me asusté y pensé que algo iba a pasar, que algo planeaban y por eso lo escondieron.
-¿Y qué hace al encontrar algo así?
-Ese tipo de cosas me los guardo y me los llevo, porque si empiezo a preguntar o lo muestro, se arman peleas y es peor.
Elizabeth dice que el trato con los fonderos y la clientela en general siempre ha sido bueno, que entre todos los locatarios se ponen de acuerdo y le pagan por su trabajo, por lo que se siente muy agradecida de la oportunidad que le dan en estas fechas.
"El primer año que trabajé acá me encontré con hartos curaditos, pero ahora casi nada. Ha estado muy tranquila la cosa y yo creo que puede ser porque las personas han aprendido o simplemente porque la gente viene menos a tomar a las fondas y prefiere tomar en su casa", comenta.
El orden
Durante todo este fin de semana de celebraciones no podían estar ausentes los inspectores municipales, quienes debían colaborar con la coordinación del orden y la seguridad en el recinto del estadio.
Pese a que esta labor suele ser algo ingrata, los funcionarios no dudan que próximamente tendrán sus días de descanso para compartir y festejar en familia.
"No hubo grandes peleas. Se presentaron algunas peleas de curados, que pudieron ser controladas a tiempo por Carabineros. Además, los horarios los ha regulado también Carabineros y no se reportaron grandes complicaciones. Lo único lamentable y que damos las condolencias a la familia fue lo de la persona que murió de un ataque al corazón el día de la inauguración de las ramadas", comentó Patricio Lucero, encargado de Inspección de la Municipalidad de San Antonio.