Joven denunciado por estafar a gente en la calle cuenta su dura historia
Héctor Santander se declara un ex drogadicto y reconoce que ha solicitado recursos, pero para un centro de rehabilitación de Melipilla donde supuestamente estuvo internado.
Héctor Santander (25), un ex trabajador del supermercado Tottus de Barrancas y Llolleo, confiesa que su vida se convirtió en un infierno a partir de 2014, cuando ingresó a trabajar como cajero a la garita de Pullman Bus en el terminal de Barrancas. Ahí, según su propio testimonio, se reencontró con un ex compañero de colegio, que en ese tiempo era un habitual consumidor de pasta base de cocaína. En ese mismo instante, asegura, comenzó su calvario.
A las pocas semanas Santander se transformó en un consumidor habitual de la nociva droga que le presentó su ex compañero. "Llegué a gastar entre 10 mil y 20 mil pesos diarios en pasta base", reconoce. En aquel tiempo vivía en Alto Mirador junto a su madre adoptiva, Clara Cisternas, una mujer que antiguamente se ganaba la vida vendiendo pasteles y empanadas. Falleció en agosto del año pasado.
Un adicto
"Reconozco que empecé a pedir dinero para comprar droga, pero sólo a personas conocidas. Obviamente, muchas veces mentí para que me pasaran plata", admite Héctor, cuya foto pixelada apareció en la edición de Diario El Líder del martes pasado. En la nota, varias personas lo denunciaron por estafa, ya que les pedía dinero con el compromiso de devolverlo, cosa que jamás hacía. Los propios afectados lo acusaron de contar "historias de película", como que lo habían asaltado hace pocos minutos y que necesitaba plata para volver a su casa.
"Me atreví a dar la cara porque soy yo quien aparece en la foto publicada en el diario, pero no he pedido dinero contando esas historias que salen ahí en el diario. Yo sólo decía que estaba enfermo y que me había quedado sin plata", asegura.
-Pero hay personas que sí te han denunciado por estafa, por solicitar dinero en la calle en las últimas semanas, diciendo que lo devolverías.
-Sí, lo he hecho, pero para recaudar recursos para un hogar de Melipilla donde estuve internado.
Héctor relata que en agosto pasado, producto de "penas" que prefiere no revelar, atentó contra su vida, tras lo cual "me fui internado a este hogar de Melipilla para el cual pido dinero. Pero es para la alimentación de la gente que vive ahí".
Esta no era la primera vez que pasaba por un hogar de rehabilitación. De acuerdo a su testimonio, estuvo internado en el centro Crecer Chile, en Paine, donde, según él, logró salir del infierno en que lo sumió la pasta base. "Desde septiembre del año pasado que no he vuelto a consumir y ahora estoy trabajando en un supermercado en Recoleta. Muchas veces me ha faltado dinero para viajar a Santiago y por eso me he visto en la obligación de pedir prestado".
-¿Alguna vez devolviste el dinero que pedías?
-A la mayor parte de la gente no se lo he devuelto. Sólo a un 15 por ciento le he podido pagar.
Pide ayuda
Verónica conoció a Héctor mientras ambos trabajaban en el Tottus. "Yo conocía hace mucho tiempo a su madre adoptiva. Ella me pidió que, si alguna vez le pasaba algo, yo se lo cuidara. En la familia de ella nadie lo quería. Por eso he tratado de ayudarlo después de que ella murió", cuenta Verónica, quien varias veces le ha tenido que pasar dinero para que pueda comprar alimentos y trasladarse a su trabajo en Santiago.
"Héctor mentía producto de su drogadicción. Sería ideal que una empresa de buses lo pudiera ayudar con los pasajes a Santiago para que pueda seguir trabajando honradamente", sostiene Verónica, quien relata que sus ex compañeros de trabajo del Tottus y los vecinos de Alto Mirador también han realizado beneficios para tenderle una mano al joven.
"Yo trato de ayudarlo porque sé que el pasa hambre y que no tiene dinero. También me duele que lo denuncien en el diario, porque no es una persona mala", agrega.
Héctor afirma que lamentablemente ha sido estigmatizado por su condición de ex drogadicto, pero dice que nunca "he querido estafar a la gente".
-Y después de todo esto, ¿seguirás pidiendo dinero en la calle?
-Aquí en San Antonio no voy a poder seguir haciendo colectas para el hogar, porque la gente ya no me va a creer.