El Bello pilló a Torino y ahora la primera tiene dos punteros
Los lilas empataron con Cerro Alegre en Bellavista y sumaron 34 puntos, los mismos que tienen los azulgranas.
Fue bueno, pero pudo ser mejor para Bello Horizonte. Hoy los lilas despertaron como punteros del honor en el Oficial de la Asofútbol San Antonio, junto a Torino.
La escuadra de Bellavista tenía la opción de quedar sola en el primer lugar, pero el empate 1 a 1 con Cerro Alegre por la cuarta fecha de la segunda rueda, solo le permitió sumar 34 unidades, las mismas que tienen los azulgranas, libres en este episodio.
Para el Cerro la paridad tampoco fue mala, porque llegaron a 28 puntos y tienen dos partidos pendientes (García Huidobro, que se juega hoy a las 18 horas, y con Juan Aspeé). Con dos triunfos pasan a la punta.
El empate fue mejor para el Cerro, porque jugó de visita en un reducto complicado y ante el campeón defensor, que tras su título del año pasado sufrió el éxodo de cuatro pilares en la campaña.
El equipo que adiestra César Riquelme se rearma y ayer como principal novedad tuvo el debut del delantero congoleño Bobo Bikaka.
Hace tres semanas que el Bello esperaba el arribo del ariete. Antes tuvo que pagar una transferencia internacional en dólares (como 50 mil pesos chilenos) para fichar al moreno atacante.
El pago parece que valió la pena, porque fue el autor del empate con un golazo. Tiro de distancia que se clavó en el palo más lejano de Christian Hernández (78').
El primer tiempo careció de peligro y acciones de riesgo. En cambio en la segunda fracción el Cerro salió a apretar al dueño de casa. Braulio Muñoz en los 49' y Carlos Ambrosetti en los 54' (dos ocasiones seguidas) avisaron que los albos iban por el triunfo.
Lo ratificaron en los 60' con el tanto de Muñoz, quien con un zurdazo cruzado dejó en ventaja al forastero (60').
Ahí reaccionó el Bello. Jorge Martínez estrelló el balón en el palo en los 64' y luego llegó el empate de Bikaka. Incluso en los minutos finales se generaron un par de ocasiones, pero al final el empate se selló y los dos se fueron con un sentimiento encontrado: el empate no fue malo, pero ganar era mejor.