Rodrigo Acosta, el verdadero ganador de la Corrida Nocturna
Este joven profesional sufrió una Accidente Vascular Encefálico que lo dejó sin poder caminar. Hace cuatro años, dio nuevos pasos y hoy entrena en el estadio con el Círculo Atlético de San Antonio. Tiene argumentos para luchar.
En el año 2008, el sanantonino Rodrigo Acosta Larenas sufrió un grave accidente vascular. Tenía 26 años, estaba a punto de terminar la carrera de Cine y Televisión en la Universidad del Mar, y así, sin aviso previo, la vida se encargó de ponerlo como protagonista de una historia que, pese a todo lo triste que pudo ser, hoy es digna de imitar.
En su memoria están aún grabados los momentos cuando su cuerpo falló. "Sentí un golpe en la nuca, como si hubiesen reventado una botella o algo se hubiese roto", contó. Estaba solo en una casa que arrendaba en Viña del Mar. El dolor se hizo más poderoso e insoportable. Llamó a la ambulancia, pero cuando llegaron los equipos del hospital, él ya estaba inconsciente. "Me tendí en el piso con una almohada y perdí la conciencia", rememoró.
Pasó por varios hospitales, y tuvo que acostumbrarse a estar constantemente conectado a diversos aparatos clínicos.
A raíz del aquel Accidente Vascular Encefálico, Rodrigo quedó con diversas secuelas. Lo más complejo fue perder la capacidad de caminar y también de mover con normalidad sus manos, brazos y piernas. De eso se dio cuenta cuando estaba internado en un hospital e intentó pararse para ir al baño. Aquella vez, el mundo se vino abajo para él. "Eso fue frustrante, te molesta y te deprime", admitió.
Resiliente
Hoy, a sus 34 años, Rodrigo Acosta es un hombre renovado. Practicó, sin proponérselo, la resiliencia y se le ve feliz. Su cara es la de una persona llena de solidez, entereza y alegría.
Fueron tres años sin caminar. Tuvo que usar una silla de ruedas y también bastones. "Tenía un sentimiento de impotencia al ver que no podía hacer cosas como cualquier persona normal. No podía caminar y debía pedirle a alguien que me ayudara en casi todo", dijo.
El supo guiar su mente hacia un estado en que predominara la esperanza. Jamás imaginó que esto le podría pasar, pero jamás pensó que tendría la inteligencia para salir airoso. "Como no podía deshacer esa sensación de frustración y de impotencia, así, a esas mismas sensaciones me aferré porque de nada me servía sentir esa rabia e impotencia. Decidí usar esas sensaciones como algo que yo quería. Mi meta era volver a caminar y para eso usé esas sensaciones de impotencia, como si fueran un despertador", declaró.
Ya en 2012, este ex alumno del colegio Fernández León y de la Escuela Industrial de San Antonio volvió a caminar aunque con la ayuda de un bastón. Eso le abrió las puertas para regresar a practicar atletismo, un deporte que desde niño lo apasionó.
Actualmente, Rodrigo es integrante del Círculo Atlético de San Antonio, que dirige el profesor Higinio Bustos. Ayer, precisamente lo encontramos cuando entrenaba en la pista del estadio Municipal Olegario Henríquez. "Aquí me relacioné con los chiquillos. El año pasado fui a un campamento que el club hace en Rapel, y ahí me integré y empecé a ir al estadio", contó.
No ha sido fácil este camino. En 2015, le diagnosticaron una depresión severa. Una vez más, él enfrentó la misión de resistir. Y lo hizo con la ayuda de un siquiatra y de algunos medicamentos que debió tomar. Fue ordenado, cumplidor, nada lo sacó de la ruta que había iniciado. "Uno puede optar por seguir desmotivado, u optar por usar esa desmotivación como un plus, como un despertar. Hay que elegir entre seguir deprimido y quejándose de todo, o tomar eso como un remezón", confirmó.
La fortaleza de Rodrigo Acosta quedó en evidencia el sábado recién pasado cuando corrió 5 kilómetros en la Corrida Nocturna, organizada por Diario El Líder y la Municipalidad de San Antonio. Ese día, le entregaron una medalla y un trofeo que él muestra orgulloso en su cuenta de Facebook.
"Practicar atletismo me ha ayudado a estar motivado para venir al estadio a conversar y compartir con gente que no conocía. Además, este deporte me ha ayudado a desarrollar capacidades que, al principio, me costaba mucho tener porque antes me costaba caminar con el bastón. En el fondo, la práctica del atletismo te muestra que hay resultados que se logran y que sirven".
El padre de Rodrigo, Francisco Acosta, y su madre, Ana Julia Larenas, le han dado todo el respaldo que él ha necesitado en esta etapa de su vida. "Los dos me dan ánimo, él siempre me acompaña como lo hizo en la corrida, y a mi mamá le gustaba verme hacer cosas y me recuerda las cosas que tengo que hacer".
Ilusiones
"Mi sueño principal es volver a caminar sin el bastón. También quiero volver a la universidad para estudiar otra carrera que es Terapia Ocupacional", añadió. Sus planes están claros y él posee la fuerza y la paciencia para concretarlo. Explicó que como no quiere sentirse en "desuso", él necesita transmitir sus conocimientos, aprender sobre nuevos temas y ayudar a los demás. Crecer en lo intelectual y superarse en lo físico es la tarea que ha asumido.
Otra ilusión que mantiene es formar una familia. "Es una meta que veo como posible y la verdad es que no la rechazo, pero no sé si me lo planteo como objetivo, si llega lo tomó, y si no llega, no llega", expresó.
Ejemplo
El profesor Higinio Bustos recordó que él fue quien inició a Rodrigo Acosta en el atletismo. "Una de las cosas que los educadores deportivos desarrollamos en los muchachos es el espíritu de superación y de que los obstáculos son para vencerlos. No me cabe la menor duda que Rodrigo ha ido aplicando todas esas enseñanzas y aprendizajes en el problema que ha tenido, y ha salido adelante", explicó el entrenador.
"Más que atletas, somos personas. Acá desarrollamos lo valórico, la amistad, el compañerismo y la solidaridad. Rodrigo es un emblema para nosotros porque él expresa en su actitud lo que nos gustaría que todos pudieran expresar: que cuando tengan problemas no se echen a morir y salgan todos adelante en la vida; ese es el mejor triunfo que espero de mis alumnos, que ellos sean un aporte a la sociedad. Ser campeones, las marcas y los tiempos para algunos que tienen las condiciones, vale, pero lo que más vale es ser persona", resaltó Bustos.
Para el profesor y director del Círculo Atlético de San Antonio, su meta también es lograr que Rodrigo pueda caminar sin bastón y que, quizás algún día, compita en torneos paralímpicos. "La idea es que con el deporte, él logre la rehabilitación, y después pueda hacerlo en competencias", afirmó Bustos.
"Siento alegría por ver que todo el esfuerzo que he hecho ha dado buenos frutos y resultados, que son valorados, y eso es lo importante: aprender a valorar las cosas que uno hace", concluyó el joven mientras regala una sonrisa emocionante.
La historia de Rodrigo Acosta es la de un ganador, un hombre que supo cómo vencer al destino, un joven que quiso luchar, luchar y luchar. Un digno hijo de este puerto que, a veces, es trastocado por la desazón.