Adiós a las bolsas para cadáveres
por Eduardo Labarca
Pasaron las elecciones, se aleja el frío, amainan las lluvias: tiempo de apagar las estufas, jubilar los calientacama y guardar las bolsas para cadáveres.
¿Bolsas para cadáveres? Sí, yo compré la mía en la avenida Centenario de San Antonio y me ayudó a pasar el invierno. Al comienzo tuve miedo, por fortuna sigo vivo.
Hacía frío, necesitaba un guatero eléctrico, pagué a los chinos los 4.990 pesos y me lo llevé para la casa. Desde la caja rosada me saludaba la imagen feliz de una familia de tez blanca y una frase rara que copio textualmente: "Salud y seguridad de agua caliente eléctricas del bolso". Y cuando al reverso leí las instrucciones me llevé el gran susto: lo que yo había comprado no era un guatero sino una "bolsa para cadáveres".
Leí: "La persona deberá abandonar el calentamiento óhmico del producto cuando se aplica energía, las bolsas para cadáveres a una cierta expansión, inmediatamente debe cortar la alimentación y bolsas para ventilar el aire bolsa de drenaje"… ¿Alguien entendió? Las "instrucciones" siguen en ese tono y terminan con una advertencia de palabras pegoteadas que copio al pie de la letra: "Comono, deacuerdoconlas instrucciones para usarla Compañíano asumeninguna responsabilidad por".
Cuando no se entiende una frase en otro idioma se dice que "esto es chino para mí". Yo descubrí que las instrucciones de mi "bolsa para cadáveres" estaban escritas en chino y que los fabricantes y vendedores no asumían ninguna responsabilidad "por".
Revisando el artículo 23 del Reglamento para la certificación de productos eléctricos y de combustibles de nuestro país, leo y subrayo algunas palabras con negritas: "Son obligaciones de los importadores y fabricantes nacionales, las siguientes: … b) Proveer a sus clientes y usuarios en general, conjuntamente con el producto, de acuerdo a las disposiciones vigentes y en idioma español, la siguiente información, cuando corresponda: … III. Instrucciones de uso seguro… V. Certificado de Aprobación del producto."
Para los chinos que nos venden estas bolsas para cadáveres, nuestro Reglamento en español probablemente les resulta incomprensible y por eso no se molestan en cumplirlo.
Como el frío se aleja, he guardado mi bolsa para cadáver hasta el próximo invierno. Entretanto estudiaré chino para descifrar las instrucciones y evitarme un accidente que termine enviándome al cementerio dentro de una bolsa con ese nombre.