El director del ex Liceo Fiscal que lleva la historia en la sangre
Marcos Flores, que asumió el cargo recién en julio pasado, contó cómo fue crecer en una familia en que siempre hubo espacio para la conversación sobre hechos históricos. Definió sus desafíos a cargo del emblemático establecimiento.
Por las venas de Marcos Flores Nelson corre sangre de las zonas carboníferas de Lota y Coronel. Allá, donde nacieron sus padres Juan y Nora, la familia dejó la tranquilidad del sur para buscar, en la década de los año 60, nuevas oportunidades en Santiago.
"Nací en Santiago pero toda mi vida yo he ido a la zona del carbón. Estudié en Concepción y trabajé en Angol y después volví a Santiago. Conozco el mundo de provincia y el mundo de un puerto mayor como le llaman a Coronel. Gran parte de mi familia está en esa zona", cuenta Flores.
Nora Nelson, la madre de Marcos, era profesora normalista. Él es hijo único. La estrecha relación que tuvo con su mamá lo llevó a soñar con ser docente. Ella, que aún vive, siente orgullo al ver que él siguió la pasión por la labor educativa. Su padre, un transportista que murió en 2013, le dejó un legado de responsabilidad y sentir del deber.
"En mi casa siempre se hablaba de historia. Mi abuelo Sergio Nelson me contaba que su padre, mi bisabuelo Nicanor Nelson, combatió en la Guerra del Pacífico. También me hablaba de las huelgas del año 20, de Alessandri, de todo lo que pasaba en esa época. Por eso tengo pasión por la historia y la educación", manifiesta.
Ya en la educación media, el joven Marcos había manifestado su interés por enseñar, ya que fue instructor de tenis de mesa, deporte que lo llevó a ser vicecampeón nacional en 2007 en la serie senior.
Con la formación que recibió, a Marcos Flores se le puso en la mente ser profesor de historia. Y así lo hizo cuando ingresó a esa carrera en la Universidad de Concepción. "De niño supe que quería estudiar historia", ratifica.
En la universidad, Marcos creció como hombre y pensador. Allí supo de la dictadura militar y también conoció el camino de quienes se sienten social demócratas. "Participé como presidente de la Juventud del Partido Radical en Concepción y fui candidato a la Federación de Estudiantes de la Universidad de Concepción. Era una época dura cuando no todos participaban en política". Eso fue entre los años 1984 y 1989 cuando era un joven estudiante y apoyó la lucha contra la dictadura de Augusto Pinochet e iba a las concentraciones del "NO".
Ya en democracia, optó por ser independiente y alejarse de dicha colectividad. Y pese a que dejó su militancia, recalca que mantiene sus valores políticos. "Ser social demócrata es tener una opción pragmática de la sociedad en que lo público con lo privado deben convivir con un fuerte sentido social hacia lo público, además hay que tener fe en los principios modernos como la libertad, la igualdad, la fraternidad, la justicia social, la equidad, la educación pública y laica, siempre en el ámbito de la discusión de ideas", señala.
Se considera hijo de la educación pública y por eso apuesta a generar los cambios que se requieren para mejorar la calidad de la enseñanza en las escuelas y liceos de Chile. "Soy producto de escuela y liceo fiscal, y eso es lo que se quiere rescatar con la nueva educación pública".
En 1990 se tituló de profesor de Historia y empezó a trabajar en el Colegio Concepción, donde estuvo hasta 1993 cuando se transformó, a sus juveniles 30 años, en director del Colegio Concepción Angol. En 1999 fue designado como director de la Escuela Molokai, en Santiago, donde estuvo 11 años y desempeñó diversos cargos. De 2012 a 2015 ocupó el puesto de jefe de la Unidad Técnica Pedagógica del colegio Ignacio Serrano, en San Bernardo. A fines del año pasado, postuló, a través del Sistema de Alta Dirección Pública, a ser director del Liceo Juan Dante Parraguez de San Antonio, objetivo que finalmente consiguió.
Liceo fiscal
El pasado 25 de julio asumió la dirección en el ex Liceo Fiscal de San Antonio. Dice que comparado con la capital, en este puerto se respira un aire mucho más familiar. "En Santiago la gente es impersonal, acá en San Antonio la gente es mucho más agradable y tiene un trato más humano y cercano. Todavía existe acá ese aire de provincia que es más transparente", explica.
Tras su llegada a San Antonio, tuvo que iniciar una vida nueva cerca del mar pero lejos de sus seres queridos. Como es separado de su ex esposa, vive solo en una casa en Algarrobo. Asume que no tiene mayor problema con la soledad. Su única hija, Catalina (18 años), vive y estudia en Concepción; ambos se vieron el pasado fin de semana largo de octubre cuando ella vino hasta el Litoral Central.
"Yo soy hijo único, así que para mí el tema de la soledad no es complejo, porque estoy en función del trabajo, llego a la casa y hago mis cosas. No es un tema relevante estar solo para quienes hemos sido hijo único", expresa.
Inquieto desde siempre, sus ratos libres los disfruta con hobbies como el airsoft y la pintura artística. "Ahora estoy participando en un grupo de recreación histórica, en donde revivimos hechos de la historia de nuestro país o del mundo. Yo me he caracterizado de soldado de la Segunda Guerra Mundial, de la Primera Guerra Mundial, de la Independencia y me estoy confeccionando el traje de la Guerra del Pacífico. Me gusta eso porque hay mucha investigación histórica", cuenta.
Sus metas son claras para el establecimiento sanantonino. "Nuestro desafío es recuperar la matrícula. Hoy tenemos 230 alumnos; tenemos que recuperar la mística del legado de un liceo que es emblemático para San Antonio y su gente. Por este colegio han pasado muchas generaciones, y por eso mi misión es recuperar el legado y traspasar eso a las nuevas generaciones pero con los desafíos de ser un establecimiento técnico profesional, que pueda cumplir con la labor productiva del puerto y con la comunidad", afirma.
El Liceo Juan Dante Parraguez ofrece las carreras técnicas de Vestuario Industrial, Alimentación Industrial, Mecánica Automotriz, Refrigeración y Construcciones Metálicas. "Tenemos una implementación de primer nivel y nos hemos ganado proyectos relevantes para la formación de nuestros alumnos y por eso tenemos la mejor implementación de todo el litoral", sostiene.
Agrega que "el tema es que tenemos que recuperar el prestigio que este liceo tuvo. Eso se logra trabajando con la comunidad escolar e incluyendo a los profesores para hacer un nuevo proyecto educativo. Debemos refundarmos y reinventarnos, sobre todo trabajar duro para demostrar a la comunidad que somos realmente una alternativa y porque me he dado cuenta que este liceo tiene un estigma, y eso tenemos que sacarlo".
Como logros en esta área, Flores menciona que se creó un nexo sólido con la empresa Maersk para que esta compañía reciba a sus alumnos en práctica y, en lo posible, los reclute para su fábrica de contenedores refrigerados en Malvilla. "Nuestros alumnos han sido capaces de responder a los estándares de los empresarios daneses que son dueños de esta empresa", declara.
La meta más grande para Marcos Flores y el cuerpo docente del Liceo Juan Dante Parraguez es que este establecimiento implemente "el sistema dual" que, según él, se usa en Alemania y sirve para que los alumnos, en el desarrollo de su formación técnica profesional, vayan a hacer la práctica en las mismas fábricas donde después podrían trabajar. "Ese es un buen desafío porque en definitiva los alumnos entran a este programa donde hay un maestro dentro de la fábrica que los va capacitando en la producción".
Por todo lo que ha hecho en la vida y por lo que le queda por hacer, Marcos Flores, a sus 52 años, confiesa que es feliz, especialmente porque trabaja en lo que le gusta.
"Acá yo no cumplo con un trabajo para tener un sueldo, sino que para tener una labor de vida y para proyectar una educación pública con jóvenes que sean autónomos y que puedan desarrollarse como personas. Si nosotros podemos cumplir con toda esa labor, estamos respetando el legado de Juan Dante Parraguez (primer director del ex Liceo Fiscal), y que haya venido a visitarnos acá un ex alumno del año 1951 es porque el colegio lo marcó de por vida, y este colegio debe continuar marcando la vida de la gente porque es el liceo más emblemático de San Antonio", concluye.
Y esta es la historia de un hombre con historia.