Pilar Campos Carmona
Cuando en el 2006 a Luis Rebolledo Pino (35) le comunicaron que lo habían derivado de Santiago al BancoEstado de Llolleo, no tenía idea ni siquiera dónde quedaba esta localidad. Incluso pensó que debía tomar un bus para el norte del país. Pero, para su suerte, su nuevo destino quedaba sólo a 90 minutos de su ciudad natal y del amor de su vida.
"Fui súper inculto, pero cuando me dijeron que quedaba en San Antonio quedé feliz", recuerda entre risas. "A los seis meses se vino mi señora y acá nació mi hijo".
Lo que más le gustó de Llolleo, especialmente de su nueva sucursal, fue el tranquilo ambiente. Y lo que menos le gustó fueron las bajas temperaturas. "Estuve un año acostumbrándome al frío, pero ahora cuando voy de visita a Santiago me estreso. Ahí uno se da cuenta cómo cambia la cultura, porque en la capital la gente no saluda. Si te pasan a llevar nadie pide disculpas. Es todo más caótico".
El mejor vigilante
Luis lleva 10 años trabajando como vigilante privado en el banco y en 2014 el Departamento OS-10 de Carabineros de Chile lo premió como el mejor de la Quinta Región. "El premio fue una sorpresa para mí. Aún no sé cómo se enteraron de mí o a qué logro atribuir esto".
Lo invitaron a la Prefectura de Reñaca, acompañado por el jefe de seguridad del banco, para recibir el reconocimiento entre sus pares. "Lo bueno es que valoran tu trabajo y el esfuerzo diario que se hace acá", indica agradecido.
Luis es muy atento con los clientes que entran a la sucursal. De hecho, siempre tiene buena disposición para ayudarlos y aclarar cualquier duda, además de estar atento a algún movimiento sospechoso. Por eso el año pasado recibió un nuevo galardón: el banco lo condecoró como el mejor vigilante de la institución en la región.
Vigilante Privado
Luis aclara que no es guardia de seguridad, sino un vigilante privado.
-¿Cuáles es la diferencia?
-El guardia de seguridad no está autorizado a portar arma, no usa bastón retráctil ni esposas. Tienen que andar con su credencial y usan cualquier tipo de uniforme. En cambio el curso de vigilante es más amplio y cada dos años vamos renovando los conocimientos.
La capacitación es dura, ya que debe estar preparado para enfrentar cualquier tipo de situación, incluso arriesgando su vida.
-¿Se ha enfrentado a alguna situación peligrosa?
-Acá sufrimos un intento de robo, pero gracias a Dios solo fue en la abertura. Lo que más marcó a esta sucursal fue el atentado con saturación de gas que sufrimos el año pasado, pero nada más.
Luis se dedica a atender las necesidades de los clientes, sobre todo de los temerosos que le preguntan si los cajeros están clonando las tarjetas.
"La gente está preocupada por la clonación masiva, pero afortunadamente nuestra sucursal no se vio afectada".
-¿Cuáles son las recomendaciones para los usuarios de los cajeros automáticos?
-Los delincuentes van un paso adelante y usan sistemas que son muy difíciles de detectar. Por eso los clientes deben tapar su clave y cambiarla cada un o o dos meses, para que no sean estafados.
El vigilante privado señala que para evitar estos fraudes y aumentar la seguridad, desde 2013 el decreto N°222 exige que los cajeros tengan cámaras faciales. "Algunas personas creen que las cámaras están puestas por los delincuentes, pero es para su propio bienestar".
A Luis le encanta su trabajo, pero en el futuro le gustaría cambiarse de área. Actualmente, estudia Administración de Empresa con mención en marketing.
"Voy en mi primer año y tengo promedio 6,2. Ahora quiero estar trabajando desde las oficinas", admite con entusiasmo.
"Lo bueno es que valoran tu trabajo y el esfuerzo que se hace acá",
Luis Rebolledo,, vigilante privado."