El drama de sanantonino al que le cortaron una pierna tras violento accidente en auto
No recuerda en qué momento perdió el control de su vehículo aquel 29 de abril de 2016. Lo único que sabe es que hoy debe juntar dinero para una costosa prótesis que le cambiará la vida.
"Yo la verdad es que estoy feliz". Es la categórica reflexión que entrega el sanantonino Jorge Moya (37) cuando recuerda el brutal accidente que sufrió el pasado 29 de abril del presente año, en la avenida Antonio Núñez de Fonseca, y que le costó la amputación de su pierna izquierda.
No recuerda cómo fue. Él cree que sufrió un ataque al corazón cuando conducía por la arteria que une San Antonio con Cartagena.
Minutos antes del choque que protagonizó contra un poste, a la altura del ingreso a Puerto Panul, este vecino del sector Plantación Fiscal, que se movilizaba arriba de su automóvil, había estado compartiendo con su pareja Rosa Jiménez, a quien dejó en el centro de San Antonio.
"Yo después iba hacia el mall porque tenía que ir a pagar una cuenta. Eran como las seis y media de la tarde. Me habían llamado harto de una tienda para ir a pagar esa deuda. Me despedí de mi pareja y partí al mall", detalla.
Arriba de su auto Nissan March, color negro, Moya conducía por avenida Pedro Montt. Hacía frío aquel día y algunas gotas comenzaban a caer en la provincia de San Antonio.
Este vecino de calle Manuel Rodríguez 130 describe que "cuando iba a la altura del MaryCarla vi que había un taco gigante y decidí devolverme a mi casa", que está ubicada a un costado de la ex Escuela 1.
Como era su costumbre, Jorge condujo por Antonio Núñez de Fonseca con la intención de llegar hasta la intersección con Manuel Bulnes, donde doblaría para subir hasta el cementerio y comenzar a descender hasta su hogar.
Amputación
Como lo recalca Jorge Moya, de aquel 29 de abril no recuerda nada. Lo único que sabe es que no completó este recorrido como muchas veces lo hizo.
"No sé qué me pasó. Yo creo que me dio un ataque el corazón. Una testigo que vio cómo ocurrió todo, dijo que mi auto comenzó a zigzaguear mucho y que de pronto me estrellé con un poste", manifiesta.
Su teoría se sustenta en que por ese entonces se encontraba con un tratamiento siquiátrico y él piensa que el exceso de pastillas provocó este paro cardiorrespiratorio.
Producto del violento impacto, su automóvil quedó completamente destruido y él atrapado dentro del bólido.
"Una mujer que estaba en el lugar me dio los primeros auxilios. Luego me trasladaron al hospital de San Antonio en ambulancia. Allí me dio otro ataque. Estaba mal. Según los doctores, en cualquier momento podía morir. Me estabilizaron y me enviaron al (hospital) Carlos van Buren de Valparaíso", manifiesta, según lo que le contaron sus familiares.
En el recinto de salud estuvo 37 días en estado de coma debido a la gravedad del golpe que sufrió. "Yo iba con cinturón de seguridad. Imagínate si no. En la cabeza no recibí ningún golpe fuerte. Pero mi pierna izquierda sacó la peor parte. Tenía una herida muy grande. Cuando me encontraba en Valparaíso contraje una infección que no pudieron controlar. Para que no siguiera avanzando tuvieron que cortarme la pierna a la altura de la rodilla", relata.
A poco más de seis meses del accidente, Jorge Moya, pese a lo que cualquiera pueda sentir con su desgarradora historia, se siente feliz.
Sabe que pudo perder la vida, como aquellas dos personas que murieron seis días después de su accidente, tras una violenta colisión entre dos colectivos en esa misma avenida. "Yo la verdad es que estoy feliz. Pude haber muerto y estoy acá. Me mostraron audios en que los doctores le decían a mis familiares que en cualquier momento iba a morir".
Rehabilitación
El 15 de julio Jorge Moya abandonó el hospital Carlos van Buren de Valparaíso. Lo hizo en silla de rueda y con una pierna menos.
"Ha sido difícil. Al principio no podía ni siquiera ir solo al baño. Hoy puedo hacerlo solo. Como estuve muchos días en coma perdí la musculatura de la otra pierna. Comencé la rehabilitación acá en San Antonio, en el hospital", cuenta.
Hoy Jorge ya no puede practicar fútbol y mucho menos ir al gimnasio, que eran dos de sus pasatiempos favoritos.
Aún no puede movilizarse de manera autovalente. Todo lo debe hacer bajo la ayuda de su pareja Rosa, quien, como agradece, "ha sido fundamental en mi recuperación".
Si no es en una silla de ruedas, Jorge se moviliza en un "burrito". Pero el problema se produce cuando debe asistir a las terapias.
Su casa está ubicada en un sector de difícil acceso para una persona discapacitada. Es por ello que solicita la ayuda de la municipalidad local para mejorar las inmediaciones de su hogar, allí en Manuel Rodríguez.
"Dos ruedas de mi silla se han dañado porque el acceso a mi casa es pésimo. Intervinieron para el San Antonio Cerro Abajo (competencia de descenso en bicicleta) y mucha gente ahora viene a dejar basura acá. Me cuesta mucho salir de mi casa para las terapias", denuncia.
Hoy Jorge Moya y su pareja piden ayuda a toda la comunidad. Este hombre que perdió una pierna necesita una prótesis articulada que tiene un valor cercano a los dos millones de pesos.
Para costear esta pieza realizarán un bingo el sábado 19 de noviembre, a las 19 horas, en la Asociación de Fútbol de San Antonio, ubicada en Barros Luco 2470. El valor del cartón es de 3 mil pesos y tendrá una decena de premios a repartir. "Quiero volver a trabajar al puerto y hacerlo de manera que no tenga que pedir ayuda. Tengo que hacerlo de manera autovalente. Ojalá mucha gente me pueda ayudar", solicita este sanantonino.