Mujer mapuche recuerda sus veranos al interior de la ruca de sus abuelos
Zoila Lincoqueo traspasa su esencia indígena y las tradiciones que le enseñaron sus antepasados en cada una de sus preparaciones culinarias.
Pilar Campos Carmona - cronicalidersanantonio.cl
"India". Esa era la palabra que enfurecía a Zoila del Pilar Lincoqueo Muñoz (70) cuando era una niña.
Era cosa que sus compañeros pronunciaran ese conjunto de letras que buscaban denostar su condición de mapuche, para que ella se defendiera pegando manotazos para todos lados.
"Mi hermana me decía que no me enojara pero yo no podía parar", recuerda entre risas.
Orgullo indígena
Actualmente, Pily como prefiere que la llamen, vive en Cartagena y atrás quedaron esos días de bullying, en donde tenía que hacerse respetar por la razón o la fuerza, ya que ella misma indica que "antes era mal mirado ser indígena. Ahora la gente tiende a respetar más y se ha integrado a nuestras costumbres".
Ella ama y está orgullosa de que por sus venas corra sangre mapuche. Es que ser de esta etnia le ha entregado los mejores recuerdos de su vida.
El pasado
Su familia paterna era mapuche y vivía en una ruca en Nueve Imperial, en la Novena Región.
"A mi papá querían casarlo con una mapuche y él se fue a Santiago a estudiar. Allá conoció a mi mamá", comenta.
La relación se asentó en la capital y criaron a sus hijos allá, para que todos tuvieran la posibilidad de adquirir educación. Sin embargo, cada verano se iban en patota y con camas y petacas a Temuco.
"A mí me encantaba llegar a visitar a mi abuela. En la ruca estábamos llenos de animalitos y lo único que no me gustaba era el agua con hierbas que me daban", rememora con alegría.
En el terreno tenían granero, cerdos, pavos, gatos, perros y muchas cosas que hacer.
"A medida que iba creciendo mi abuela me decía qué animal tenía que cuidar y me enseñaba sus costumbres".
Es que cuando pisaba la ruca ella se convertía en una mapuche más. Aprendió a hablar el mapudungún y las tradiciones de la etnia.
"Aprendí mucho de mi abuelita y por eso estoy orgullosa de ser lo que soy", indica con convicción.
Con sabor mapuche
Pily aún visita su querido Temuco, aunque las cosas han cambiado un poco en las últimas décadas.
"La ruca ya no está, pero igual me gusta estar ahí. Es un lugar hermoso que trae bellos recuerdos a mi mente".
Para mantener viva la esencia de sus antepasados, Pily ha comenzado su propio emprendimiento, en donde cocina exquisitas preparaciones con un toque mapuche.
"Hago comidas tradicionales como empanadas de pera, alcayota y catuto. Lo que más le gusta a la gente son las que se hacen con piñones", indica.
Para contactar a Pily puede acercarse a la Expo Newén que se realiza una vez al mes en la Oficina de Turismo en avenida Barros Luco 104 o llamarla al 9 98798632.
"Antes era mal mirado ser indígena. Ahora la gente tiende a respetar más y se ha integrado a nuestras costumbres",
Zoila del Pilar Lincoqueo,, mujer mapuche."