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Damnificados por voraz incendio en cerro El Carmen claman por ayuda

Carlos Toledo y su familia quedaron en la calle tras el siniestro del viernes pasado.
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Raúl Abarca Pailamilla

Carlos Toledo Gallegos (34) camina por los que alguna vez fueron los pasillos de su casa. Por cada paso que da sus ganas de llorar aumentan más, hasta que finalmente su dolor es más fuerte y rompe en un amargo llanto.

Carlos, su esposa y tres hijos lo perdieron todo en un voraz incendio que consumió su vivienda, ubicada en calle Amapolas 1480, en el sector del cerro El Carmen. "Acá -dice apuntando a un rincón de lo que alguna vez fue la pieza de su hijo- estaba el computador de Marcelo, que se lo había ganado por sus buenas notas en el colegio. Por acá está la ropita de mi hijita de tres meses. ¡Si lo perdimos todo!", recalca con su voz quebrada y sus ojos vidriosos.

La ropa quemada de sus hijos aún está en lo que queda de la casa de este panadero que trabaja en la Santa Gemita. Fueron años de esfuerzo que producto de un irresponsable acto, dejó a esta familia en la calle. Hoy viven de allegados en la casa de una hermana de Carlos.

El jefe de hogar está destrozado. Anda apurado. Intranquilo. Agitado. Se le avecinan días difíciles.

"Hace un año que estábamos haciendo el segundo piso. Aún lo estaba terminado de construir, porque no alcancé a comprar todo. Me endeudé. Aún no terminó de pagar los materiales de construcción y se nos quema la casa. No sé qué vamos a hacer. Nos quedamos en la calle y con lo puesto", dice otra vez al borde de las lágrimas.

Toledo es un hombre de trabajo. Es panadero hace 25 años y ahorró peso a peso para darle un mejor vivir a su esposa y, sobre todo, a sus hijos.

"Todo lo que uno hace, lo hace por los niños, para que estén bien y no les falte nada, y producto de unos jóvenes lo perdimos todo", cuenta.

En la vivienda contigua a la de Carlos comenzó el incendio. Este sanantonino cuenta que allí viven tres hermanos menores de edad. "Los padres de ellos están presos y ellos viven solos. Son menores de edad y nadie hizo nada por ellos. Son drogadictos. Yo y mi familia los hemos soportado por 11 años. Mis hijos, por temor, ni siquiera salían a la calle".

La molestia de este vecino radica en que ninguna autoridad y menos el Sename ayudó para que estos menores de edad ingresaran a un hogar, puesto que se encontraban sin la protección de un adulto.

"El incendio lo iniciaron en su casa, porque la querían quemar. Supuestamente querían olvidar todo lo malo que habían vivido en su casa; pero mi casa, la de mi familia resultó quemada por completo. Qué hago yo ahora", se pregunta.

Luego de la tragedia, los menores fueron detenidos, pero quedaron en libertad tras ser formalizados por el delito de incendio, a la espera de la investigación en su contra.

Carlos no entiende la resolución del tribunal, como tampoco que alguien quiera prenderle fuego a una vivienda. "La droga. Eso provoca la droga", dice sobre los escombros de lo que fue su casa.

"Ya no queda más que aceptar lo que pasó. Cuesta entenderlo, pero ya no se puede hacer nada. Mi casa, mis hijos y mi esposa todos estamos destruidos y sin saber qué hacer", culmina entre las lágrimas.

sergio riveros
sergio riveros
carlos toledo y su hijo remueven los escombros de lo que fue su hogar.
en este lugar se encontraba el escritorio de su hijo.
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