Las amigas que recorren todo Cartagena en búsqueda de pita
Rosa Herrera y Nancy Rojas hacen un tipo de artesanía uy especial.
Rosa Herrera y Nancy Rojas sudan la gota gorda recorriendo las casonas de Cartagena para encontrar la dichosa pita. Sí, la misma que sirve para amarrar la lechuga, también sirve para hacer artesanías.
Esta amistad dio un paso adelante cuando ambas dejaron su relación de vendedor y cliente, y se encontraron en el taller que imparte Claudio Sánchez para mejorar la autoestima. Alí realizan diferentes tipos de trabajos.
"Se me murió mi mamá y a ella su papá. Estábamos muy tristes y nos recomendaron ir al taller para que nos relajáramos", cuenta Rosa.
Ahí Nancy, observó cautelosamente cómo su compañera hilaba la pita y recogió todos los pedazos que habían caído al suelo.
"A la siguiente semana le llevé un canastito, pero no lo encontró muy lindo. Igual encuentro que para ser el primero estaba bien", dice Nancy entre carcajadas, mientras Rosa reconoce que "superó a la maestra".
Entre ellas se han apoyado para superar sus pérdidas e iniciar con un nuevo emprendimiento que las ayude a solventar sus gastos.
"Recorremos los caminos de la vida", agrega Nancy cantando con humor.
Este par de mujeres camina por todos lados y ya todo el mundo las conoce porque recogen la pita.
"A veces estamos de lo mejor cortando y algunas personas nos preguntan qué estamos haciendo. Nosotras nos miramos y decimos que venimos a sacar la maleza", señala a carcajadas Rosa.
El esfuerzo es grande, pero aprovechan de conversar y tirar la talla mientras caminan. "Me gusta hacer esto. No se gana mucho, pero relaja", menciona Rosa.
Rosa y su infancia
Pero ¿cómo Rosa aprendió a fabricar este tipo de artesanías? Para responder esta interrogante es necesario retroceder 40 años.
Rosa creció buscando hasta en los rincones más inhóspitos la famosa pita, para luego deshilacharla e hilarla junto a sus seis hermanos.
"Hay personas que trabajan vendiendo adornos hechos de pita que se llevan para Argentina y otros países", indica con una sonrisa.
Así que no le quedaba otra que recorrer los lugares donde crecía la plata y cortar hasta que el sol comenzaba a descender.
"Cuando teníamos harta, nos dedicábamos todo un día a deshilachar y otro día completo a hilar", dice.
Rosa tenía ocho años de edad cuando fabricó su primer canasto de pita. El artículo no era muy grande ni muy pequeño, pero tenía el espacio justo para guardar algunos obsequios de sus amigos.
"Antes me demoraba como una semana en hacer un canasto, pero ahora me demoro una tarde".
Y aunque esta actividad comenzó como una entretención, ahora es parte fundamental de su ingreso económico. "Todo era un juego, pero hace meses eso cambió. Además, me entretengo harto y soy la única de mis hermanas que aún sigue con esto", relata.
Rosa reconoce que hace años no veía pita ni la hilaba, pero todo cambió cuando vio a una de sus tías la invitó a retomar la actividad para confeccionar unos ramitos de flores para adornar una capilla.
En ese momento redescubrió el gusto por este arte y desde entonces, la siguió desarrollando hasta el día de hoy.
Después de esos ramos, junto a su amiga Nancy recolectan pita todos los días para fabricar distintos tipos de elementos como bandejas, costureros, adornos, etc.
Rosa Herrera no ha parado ni piensa parar.
Contacto
Para ubicar a este par de amigas debe llamar a Nancy Rojas al número telefónico 9 89826306.
"Antes me demoraba como una semana en hacer un canasto, pero ahora me demoro una tarde",
Rosa Herrera,, artesana en pita."