Matías Uribe sueña con luchar en los Juegos Olímpicos de Tokio
A sus 22 años el joven que vive en Santo Domingo es bicampeón nacional de lucha olímpica y entrena más de 35 horas a la semana con el propósito de llegar a la máxima cita del deporte.
Andrés Ayub ha sido el único luchador chileno que ha estado presente en unos Juegos Olímpicos con su participación en la cita de Londres 2012. Matías Uribe, sentado en el living de la casa de su padre en la comuna de Santo Domingo, asegura que él será el segundo. Lo dice tan convencido que se pone incluso fecha para lograr este propósito: Japón 2020.
A sus 22 años (nació el 8 de septiembre de 1994), actualmente es el bicampeón nacional de lucha olímpica. El pasado 4 de diciembre ganó la competencia organizada por la Federación Deportiva Nacional de Lucha Olímpica de Chile (Fedenaloch) en la categoría todo competidor, logrando por segunda vez la corona, tras haber sido el ganador en julio del mismo evento que se realiza siempre en el Centro de Entrenamiento Olímpico (CEO).
Para lograr ser bicampeón nacional, eso sí, el trabajo de Matías ha sido constante y bastante duro. Entrena de lunes a sábado, generalmente con tres sesiones diarias y comenzando desde las siete de la mañana. Son más de 35 horas semanales de puro entrenamiento. "Es casi como estar con un trabajo que tiene horario de oficina", dice entre risas el deportista de alto rendimiento mientras repasa su rutina, agregando además que mantiene una dieta completamente vegetariana.
Un sacrificio que espera tener recompensa en los próximos Juegos Olímpicos que se realizarán en Tokio el 2020. "A eso estoy apuntando y quiero prepararme con todo para lograrlo", afirma Matías, quien recién está cumpliendo dos años en la disciplina de lucha olímpica, por lo que sus avances han sido bastante rápidos.
Con las artes marciales
Matías comenzó a practicar taekwando a los 5 años, ya que su padre Gustavo Uribe desarrollaba esta disciplina y quiso acompañarlo. "Desde chico que me gustaba el deporte. Con mis padres nos trasladamos desde Santiago a Santo Domingo cuando tenía 3 años, así que me siento totalmente identificado con la comuna", reconoce el joven, quien estudió toda su enseñanza escolar en el colegio People Help People.
Tras practicar taekwando, a los 12 años descubrió el jiujitsu, otro arte marcial que desarrolló en el "Power Gym" junto al instructor Francisco Ahumada.
Sin embargo, paralelo a estos entrenamientos, comenzó a descubrir a los 14 años que también tenía talento para el golf. Como la casa de su padre se encuentra en calle Griseldas, muy cerca del Club de Golf Rocas de Santo Domingo, un día acompañó a sus amigos que se desempeñaban como caddies, y pidió una oportunidad para desarrollar la misma labor. Ya cuando salió de cuarto medio, se la jugó por el golf, y se fue a vivir por seis meses a Sao Paulo, para entrenar e intentar llegar a ser un golfista profesional.
Destino sao paulo
"Varios de mis amigos estaban de caddies en el club, así que un día me animé y fui a pedir si me dejaban y quedé. Así pude ir practicando golf y con buenos resultados, por lo que traté de ser profesional y me fui a vivir a Sao Paulo con un tío que vivía en un condominio que contaba con campo de golf y entrenaba todos los días desde las siete de la mañana", explica Matías, quien si bien no pudo lograr el sueño de llegar arriba en el golf, descubrió en la ciudad paulista un nuevo arte marcial: el kickboxing.
Se dedicó ciento por ciento a esta disciplina, entrenando a la par con Matías Vásquez, uno de los máximos exponentes chilenos en las artes marciales mixtas (MMA), e hijo de Víctor Vásquez, una verdadera leyenda para los peleadores nacionales de todas las edades.
Lucha de gigantes
Mientras se dedicaba a entrenar kickboxing, Matías fue contactado por Nicolás Castro, destacado ex luchador olímpico, quien al ver sus condiciones le recomendó entrenar con Jorge Gatica.
"Cuando lo conocí (a Gatica) lo primero que le dije fue que quería ser el mejor, el número uno de la lucha olímpica, y eso le llamó la atención, ya que después me dijo que nadie le había dicho algo así a lo largo de su trayectoria", señala.
Desde aquella conversación comenzaron los entrenamientos y los sacrificios en el gimnasio "Don Gym" para Matías Uribe bajo la atenta mirada del experimentado Jorge Gatica, quien por ejemplo, fue el entrenador de Andrés Ayub durante los mencionados Juegos Olímpicos de Londres 2012. "Jorge trabaja mucho la parte física, y de hecho tuve que aumentar mi peso, de 74 a 91 kilos, y la proyección es llegar a los 100", reconoce.
Mirando a cuba y tokio
El 2017 comenzará para Matías con una pretemporada de cinco semanas. Luego, la idea es poder viajar a Cuba para realizar una clínica de lucha olímpica, aunque para eso aún falta apoyo.
"En Cuba están los mejores luchadores de Latinoamérica, es un país de mucha tradición en este deporte, con medallistas olímpicos. Por eso es tan importante el viaje, ya que entrenaríamos con los mejores", asevera el joven deportista, quien espera poder contar con algún auspicio municipal o privado para poder completar la pretemporada que tienen planificada junto a su entrenador.
La isla de Cuba tendría que ser la primera escala en la intención del deportista de llegar a Tokio 2020. "Luego queremos entrenar en Estados Unidos y también en Rusia, y así estaríamos en tres de los países más fuertes en lucha olímpica. Estoy con toda la mentalidad puesta en lograr clasificar a los Juegos Olímpicos, y poder representar a Chile y a Santo Domingo en lo más alto del deporte", repite convencido Matías Uribe.