La niña accidentada en la Fiesta de Cuasimodo requiere ayuda urgente
Sofía Araos, quien sufrió un daño cerebral irreversible, cumplirá casi dos años internada en el hospital.
El 12 de abril será una fecha muy difícil de olvidar para todos quienes estuvieron ese domingo en la comuna de Santo Domingo, y en especial para Lidia Ramírez y su familia.
Esa fatídica mañana, José Francisco Araos Vera (57), pareja de Lidia y padre de sus tres hijas, perdió la vida de forma instantánea, luego de que su carreta cayera en una quebrada en medio de la fiesta religiosa de Cuasimodo, en la cual él participaba todos los años de forma voluntaria.
Accidente
A eso de las 10.15 horas, la caravana liderada por el sacerdote Ricardo Reyes comenzó su tradicional recorrido por la comuna parque. Justo cuando se dirigían hacia la primera parada, al doblar en calle De la Ronda, algo habría asustado a uno de los caballos que guiaba la carreta, provocando que éste saliera desbocado hacia una quebrada.
Según testigos, Araos Vera hizo todo lo posible por tratar de detener a los animales, pero el vehículo fue tomando cada vez más velocidad hasta que terminó volcado, junto a sus siete ocupantes, en una quebrada de unos diez metros.
En este accidente resultó gravemente herida Sofía (8), la mayor de las hijas del matrimonio Araos Ramírez. La niña quedó atrapada debajo de un caballo ante la desesperación de quienes hicieron todo por rescatarla.
Esta situación provocó que la menor sufriera un daño cerebral irreversible. Hoy sólo un milagro podría cambiar su condición.
Hospitalizada
En abril próximo Sofía cumplirá dos años internada en la Unidad de Pediatría del hospital Claudio Vicuña de San Antonio y, según lo indicado por su madre, con cero posibilidad de volver a recuperarse y ser la niña alegre que siempre fue.
"Ella no está bien. Sólo gracias a un milagro mi hija podría recuperarse", aseguró la mujer, mientras Victoria (7), la segunda de sus hijas, quien también iba arriba de la carreta al momento del accidente, escucha atentamente a su madre.
"Victoria se acuerda de todo lo que pasó ese día porque ella también andaba, pero afortunadamente sólo tuvo algo leve. Dice que echa mucho de menos a su papá porque andaba con él para todos lados al igual que la Sofía. Ese día la única que no quiso acompañarlo a la Fiesta de Cuasimodo fue Eliana (4) mi hija menor", agregó.
La menor de 8 años es visitada a diario por su madre y sus hermanas, quienes, según Lidia, la miran sin entender mucho por qué está "durmiendo" en el hospital.
"Cuando nosotros le hablamos, la Sofía sólo pestañea. Vamos a verla todos los días, pero ella cada vez está peor porque tampoco reacciona a los estímulos", reconoció la mujer, con algo de resignación.
Sustento económico
José Araos era el único sustento económico de esta familia sanantonina. Tras su muerte, su viuda ha tenido que hacer malabares para tratar de sobrevivir con las pensiones que recibe de su marido y de su hija, de 80 y 60 mil pesos, respectivamente. "Con esa plata tengo que darme vuelta todo el mes. Pago luz, agua y también compro gas".
Tras la tragedia que cambió la vida de estas mujeres, muchas personas se acercaron a Lidia para ofrecerle ayuda, pero a casi dos años de ocurrido el accidente, esa colaboración ha ido desapareciendo justo cuando más la necesitan.
"Es complicado vivir así porque no me alcanza para muchas cosas. A veces voy donde una tía a ayudarle, pero esta semana no he ido", sostuvo.
En el patio de la casa de la familia Araos Ramírez, ubicada en calle Holanda 958, en Bellavista, aún permanece la carreta de José. Lidia confesó que está pensando seriamente en venderla y así obtener algo de dinero que le sirva para comprar todo lo que sus hijas requieren, en especial Sofía. Debido a su condición, la menor utiliza ocho pañales diarios además de útiles de aseo personal.
"Hay algunas personas que me ayudan con la compra de pañales, pero siempre es poco porque la Sofía utiliza ocho diarios. Además debe cambiarse pijamas y necesita colonias, cremas, shampoo y todo lo necesario para su aseo personal", contó.
Navidad
Faltan muy pocos días para la llegada de la Navidad, pero a pesar del dolor de esta joven madre, es muy difícil para ella abstraerse de esta fecha, sobre todo, cuando Victoria y Eliana ya tienen claro qué le pedirán al Viejito Pascuero.
"Yo quiero una cena y Pan de Pascua", dijo Victoria apenas se le preguntó por su solicitud al Viejito.
"Bueno también me gustaría tener un teléfono celular o una tablet. Mi hermana quiere un coche", añadió la menor, mientras su madre la mira con una sonrisa.
-¿Cómo te fue en el colegio?
-Bien, pasé a segundo básico, pero mañana (viernes) salgo de vacaciones. En el colegio también me harán un regalo.
"Las barbies también me gustan, pero no las princesas", irrumpe nuevamente Victoria, mientras acaricia a su perrita Chola que le mueve la cola sin parar.
Ahora es Victoria quien lidera la conversación.
-¿Hay otra cosa que te guste?
-Sí, los Chocapic con yogurt y el té.
Mientras Victoria conversa, Lidia la mira atentamente. "Ella se acuerda de todo y eso igual me da pena", reconoció la mujer.
"Victoria se acuerda de todo lo que pasó ese día. Además echa mucho de menos a su papá porque andaba con él para todos lados",
Lidia Ramírez"
"Cuando nosotros le hablamos, la Sofía sólo pestañea. Vamos a verla todos los días, pero ella cada vez está peor porque tampoco reacciona a los estímulos".
Lidia Ramírez"