El humorista sanantonino que promete sacar risas en el Festival de Viña del Mar
Juan Pablo López es nacido y criado en el puerto de San Antonio. Pasó por varios colegios antes de "pegarse el alcachofazo" de la importancia de estudiar. Se convirtió en ingeniero y estuvo en un banco por 16 años. Ahora será el primer artista en subir al escenario de la Quinta Vergara en la noche inaugural.
La noche del próximo 20 de febrero, por segunda vez en la historia del Festival de Viña del Mar, un humorista será el primer artista en pisar el escenario de la Quinta Vergara. El espacio, que usualmente está reservado para músicos de gran renombre, ha sido ocupado solo por un comediante en los 48 años de certamen: Coco Legrand, en el 2010. El cambio fue considerado un hito, pero también una apuesta segura. El intérprete del "Lolo Palanca" es un regalón del "monstruo".
En 2017, en cambio, cuando millones de televisores sintonicen Chilevisión, verán a un personaje -hasta ahora- completamente desconocido. Se trata del sanantonino Juan Pablo López, quien en tres años pasó del -aparentemente- aburrido mundo bancario al del humor.
El año pasado estuvo acompañando en todo momento a León Murillo, otro artista, que al igual que Juan Pablo cultiva el entretenido talento del stand up comedy, un estilo de humor que se ríe de la actualidad y la vida cotidiana sin pelos en la lengua.
Pero, ¿quién es Juan Pablo López y cómo llegó al festival más importante del país? Vamos por el principio.
El hombre, de 41 años, es nacido y criado en nuestro puerto de San Antonio. Empezó a trabajar a los diez años escondido de sus padres. "No me gustaba ir al colegio. Repetí cuatro veces", revela vía telefónica con diario El Líder.
"Todo cambió cuando entré al Servicio Militar, en Tejas Verdes, ahí vi cómo eran las diferencias entre quienes tenían estudios y quienes no lo tenían. Ahí me pegué el alcachofazo".
Terminó su enseñanza media en un instituto dos por uno y juntó hasta el último peso para irse a Santiago a perseguir el sueño de una carrera universitaria. La posibilidad de dedicarse a hacer reír aún se vislumbraba en el horizonte.
Ingeniería
"Soy ingeniero y me especialicé en gestión de negocios. Entonces, me preocupaba de los procesos de gestión de la empresa y lideraba equipos de trabajo", dice sobre su pasado laboral.
"No me arrepiento de haber estudiado ingeniería, porque creo que me ha servido para lo que soy hoy día como comediante. Entré a un banco a hacer una pega por el verano y terminé por quedarme 16 años. Yo creo que ahí se escriben las mejores rutinas de humor, en esos 16 años", agrega.
En aquel momento, sin embargo, nada era muy divertido. Necesitaba despejarse.
"Todo esto comenzó porque necesitaba sacar mi estrés laboral. Entonces, empecé a hacer talleres de teatro, estudié magia un año, fui DJ, cualquier cosa para olvidarme de la pega. Ya mi idea no era salir del trabajo, ir a mi casa, dormir y levantarme, quería hacer más cosas".
El stand up
En su búsqueda por "mundos nuevos", llegó hasta un taller de cuentacuentos. Le iba bien y se cercioró de que no solo tenía habilidades, sino que además sus historias tenían muchos elementos cómicos.
"Escribía cuentos, los narraba en un restaurante y les metía un poco de humor. Ahí dije, 'yo sirvo para el humor'", confidencia.
El talento que estaba descubriendo necesitaba pulirse un poco más. Entró a otro curso con Jorge Alís (conocido en Chile como el Argentino QL) y León Murillo. Ambos triunfadores de Viña 2015.
Su doble militancia como banquero de día y comediante de noche, duró alrededor de un año, momento en que lo desvincularon de la institución financiera.
"Me despidieron del banco porque me puse muy comediante para mis cosas. Para mí no todo era tan grave. Que la fotocopiadora se echara a perder ya no era tan terrible. Perder una carpeta no significaba tanto. Me tomaba las cosas con mucho humor. En las reuniones mensuales, cuando tenía que presentar estadísticas lo hacía con mucho humor".
"La gente confunde el humor, la alegría, con la inoperancia. Siendo alegre, no significa que soy menos efectivo en el trabajo, pero eso empezó a molestar", agrega.
-¿Cómo te localizaron de la organización, como llegaste a Viña?
-Alex Hernández, el director del festival, me conocía hace un rato ya. Me había invitado a grabar en algunos programas y también nos vimos cuando estuve con León Murillo el año pasado.
-¿Qué pasó cuando te ofreció la pega?
-Me llamó por teléfono y le dije que sí inmediatamente.
San antonio
"Hoy se da el resultado de un trabajo, que vaya al Festival de Viña y abra la primera noche. Eso para mí tiene una presión distinta, pero una emoción también al recibir la confianza del canal para que yo abra esa noche. Creo que es una buena noche para mí, es un público que me acomoda bastante", dice en referencia a los seguidores de Los Fabulosos Cadillacs y Los Auténticos Decadentes.
-¿Habrá algún chiste sobre San Antonio?
No. Toda mi familia es de allá y yo voy siempre. El tema de San Antonio es delicado para mí, no lo veo con humor, sino que con otro sentimiento. Me da lata que sea el primer puerto de Chile y no tenga el desarrollo que se merece.