Así se festejaba la Navidad en Chile antiguamente
En el siglo XIX, no había árboles de Pascua, ni juguetes, ni Viejos Pascueros. Los chilenos llevaban ofrendas a los pesebres, iban a misa y luego celebraban en fondas.
Cartas al Viejo Pascuero, centro comerciales repletos, cenas de Nochebuena con pavo y los juguetes de moda bajo el árbol no siempre fueron parte de la celebración de la Navidad. De hecho, durante el último siglo la conmemoración de esta fecha ha ido cambiando tanto que hoy resultan casi irreconocibles las viejas tradiciones de antaño.
La historia señala que los primeros árboles de navidad, los villancicos y algunas tradiciones culinarias, como el pan de Pascua, llegaron a Chile a mediados del siglo XIX, con los inmigrantes alemanes que se instalaron en el sur. El primer árbol de Navidad se instaló en Santiago alrededor de 1860, en una iglesia evangélica, lo que, según ha indicado el periodista Juan Guillermo Prado, generó inquietud entre la comunidad católica, apegada a la tradición de las procesiones, el pesebre y la "pascua de los negros", que representaba la llegada de los Reyes Magos.
Un estudio realizado por Olaya Sanfuentes, académica del Instituto de Historia de la Pontificia Universidad Católica de Chile, identificó alguno aspectos de la celebración de la Navidad en Chile en el siglo XIX, antes de la irrupción del Viejo Pascuero, cuya primera aparición en Chile se remonta a 1903, en una juguetería alemana de calle Puente con Catedral, en Santiago.
Según el estudio, para el siglo XIX nadie ponía árbol de Pascua en su casa y sólo se exhibían representaciones del Nacimiento en los portales de casas e iglesias.
La población iba a la Misa del Gallo durante la Nochebuena y luego acudía a las fondas que se abrían en los centros de las ciudades más grandes. Allí se instalaban cocinerías y puestos con juegos tradicionales, y los árboles se adornaban con frutas de la estación. Era una celebración comunitaria y pública, donde se reunían vecinos de distintos estratos sociales y edades. Era una fiesta más parecida al "18" que a la Navidad: en las fondas se bebía chicha y ponche, se bailaba zamacueca, los músicos tocaban arpa, vihuela y guitarras. La fiesta duraba hasta altas horas de la noche.
Los principales regalos no eran juguetes, sino frutas y flores. La académica Sanfuentes explica que imperaba la idea del inicio de un nuevo ciclo, pero ante todo era una fiesta muy religiosa, donde la imagen central era el Niño Jesús en el pesebre, donde la gente depositaba sus ofrendas. La celebración de la Navidad era antecedida por nueve días de oraciones, marcados por el rezo de la Novena.
A fines del siglo XIX la celebración dejó de ser un acto público y se hizo privada, al interior de los hogares. Las viejas tradiciones sucumbieron a la influencia anglosajona, con el árbol de Navidad y la figura de Santa Claus como eje central de la celebración.