El folclorista que sueña con el regadío para Cuncumén
Ignacio Poblete quiere que se haga realidad el proyecto que, según él, llevará prosperidad a este sector rural.
Cuncumén, que en mapudungún significa "murmullo de agua", es un pueblo rural ubicado a 35 kilómetros de San Antonio, donde se encuentran hermosos valles en que antiguamente se cultivaba trigo y otras legumbres y en que cada casa tenía su propia huerta de autocultivo y comercialización.
Hoy la realidad es otra. Con la escasez de agua se hace cada vez más difícil el cultivo y se ha optado en algunos casos por invernaderos de flores, frutillas y verduras. Las grandes empresas cultivan viñedos, paltos y nogales en sus valles cercanos, lo que ha generado empleo para los habitantes de esta extensa comunidad rural.
La esperanza del pueblo de Cuncumén es el proyecto de regadío, que considera estaciones de bombeo, estanque de regulación y una red de distribución del agua hasta los predios a través de tubería. Mediante la elevación mecánica de las aguas del río Maipo, se podrán regar 1.428 hectáreas.
En esa realidad vive Ignacio Poblete, un personaje popular que es querido por sus vecinos. Dice que Cuncumén ha progresado y recuerda cómo todos cooperaron para construir la capilla. "Con un rodeo juntamos dinero con la participación de los vecinos y con el apoyo de don Gonzalo Barros, la capilla se convirtió en realidad", rememora.
Y aunque admite que hay avances en Cuncumén, ahora pide que Dios le deje ver el agua del proyecto de regadío que "será lindo".
Don Ignacio nació en Cuncumén hace ya 86 años. Sus padres también eran de esta zona. Se casó y tuvo dos hijos: Cecilia y Germán. Su hija vive en una casa al lado de la suya, la cual construyó él mismo con maderas y tierra de su parcela que tiene con "todos los papeles al día".
De su infancia, Poblete recuerda sus primeros años en la Escuela Básica y a un profesor descendiente de alemanes con el cual aprendió a leer y Matemáticas. "Era un buen docente, nos hacía trabajar, enseñaba con disciplina y respeto. También estaba el profesor Enrique Guzmán".
Don Ignacio conoció el trabajo de carpintero. Su padre le enseñó a fabricar sillas de mimbre y le gustaría transmitir eso a los jóvenes.
"Estoy feliz con lo que tengo y diariamente agradezco a Dios de vivir un día más", afirma Don Ignacio, que es un folclorista que fue distinguido en 2012 con el Premio de la Municipalidad de San Antonio como Personaje Típico.
Ahora, espera con fe ver hecho realidad el proyecto de regadío que llevará prosperidad a su querido Cuncumén.