Desesperada madre pide ayuda para su hijo que padece problemas siquiátricos
Nelly Álvarez quiere que a Jesús Antonio Torres lo atienda un especialista en Valparaíso, ya que la esquizofrenia lo tiene viviendo una compleja realidad.
Hasta hace 13 años, a Jesús Antonio Torres Álvarez (41) la vida le sonreía. Hoy su alma llora por recuperar la paz que perdió en aquellos días en que el mundo se le puso en contra. Abrumado por trastornos siquiátricos, este ex trabajador de la empresa Chilquinta dice que necesita más ayuda de especialistas para sanar las heridas que tiene en el corazón y para ser un hombre normal, sin los pesares que lo llevarían al precipicio.
Nelly Alvarez (60), la madre de Jesús, ayer llegó a las oficinas de Diario El Líder. Con un bastón que la ayuda a caminar, esta mujer avanzó firme junto a su hijo por la avenida Barros Luco, con la certeza de que su llamado sería oído si es que aparece en nuestro medio.
Ella cuenta que hace 13 años Jesús presentó una depresión tras vivir una desilusión amorosa. Él pasaba llorando y no pudo reponerse de ese duro episodio.
"Él se encerró en la depresión, pasaba llorando y encerrado en la casa y, como estaba así, los amigos no lo fueron a ver más", afirma Nelly, quien lamentó que ese mal avanzara hasta una esquizofrenia, que es el último diagnóstico que le dieron.
Lo peor vino cuando Jesús Antonio intentó suicidarse en al menos ocho ocasiones. Se lanzó desde lo alto en Pelancura, quiso colgarse de un puente, se cortó las venas en las muñecas y con un cuchillo se degolló. "Cuando se tiró a las rocas en Pelancura, los bomberos y los marinos lo rescataron. El año pasado se cortó el cuello y en el hospital lo salvaron", relata la acongojada madre.
Y aunque Jesús ha recibido atención en la Casa Azul (centro de atención de salud mental del hospital Claudio Vicuña), Nelly admite que no está conforme con los tratamientos dados a su hijo, ya que, según ella, hoy requiere de una ayuda profesional más intensiva, especialmente porque los medicamentos que le recetó el siquiatra en noviembre pasado le estarían provocando crisis de angustia e impulsividad anormales para su habitual comportamiento.
En 2015, las penas se acrecentaron para la familia. Luis Torres, el padre de Jesús Antonio, sufrió dos ataques cerebrales y quedó grave e internado en un hospital. "Mi marido estuvo a las puertas de la muerte", reconoce. Afortunadamente, el hombre se mejoró y hoy está apoyando a su hijo para que resista la enfermedad que lo aflige y así enfrentan juntos esta realidad en su hogar de cerro Alegre.
"Necesito que a mi hijo lo vea un médico especialista en Valparaíso para que vaya evaluando los remedios que está tomando", implora.
Según Nelly, lo ideal para mejorar la salud mental de su hijo es que sea sometido a un tratamiento en Valparaíso. "Yo vivo escondiendo los cuchillos y las tijeras en la casa, pero él me dice ´mamá ahora no me voy a matar', pero siempre tengo miedo de que lo haga", agrega.
testimonio
Con una claridad sorprendente sobre lo que le pasa, Jesús Antonio Torres cuenta que "pasé por una depresión en que intenté matarme como ocho veces. Lo hice de miles de formas, pero había algo que me ayudaba y salía adelante y no me moría. Cuando me corté la yugular, iba muerto pero los especialistas me salvaron".
Asegura que cuando fue más joven abusó de las drogas y el alcohol como una forma de olvidar sus penas. "Lo que estoy viviendo ahora es más fuerte, porque es mi mente la que me está traicionando. Yo quiero recuperarme y que me vea un especialista que me medique bien", declara sin opción de controlar el llanto.
"Mi llamado es al sistema público de salud, para que haga lo más posible porque es mucha la gente que se atiende ahí (Casa Azul) y necesitan especialistas. Yo soy una de esas personas y lo necesito urgente porque no sé lo que pueda pasar conmigo, me siento con impotencia con esto ", confiesa.
Este sanantonino agradeció el apoyo de su familia porque sin eso no tendría fuerzas para luchar contra la enfermedad.
Pero queda más. Su tristeza también es profunda porque no puede ver a su hijo. "Quiero recuperar mi vida normal de antes, recuperar a mi hijo, tener un trabajo, salir adelante y ser una persona de bien", concluye mientras a su lado su madre se deshace en lágrimas de dolor. Y así lloran los dos.