Adultos mayores cuentan cómo les cambió la vida en un centro del Hogar de Cristo
Personas de distintas zonas de San Antonio participan de este programa.
Compartieron un asado, bailaron y se rieron mucho solo de acordarse de las historias que vivieron este año que ya se va. Los 23 sanantoninos que asisten diariamente al Centro de Encuentro de Adultos Mayores (Ceam) del Hogar de Cristo, ubicado e la calle Luis Alberto Araya, en Barrancas, lo pasaron muy bien en la fiesta de despedida del 2016 que organizaron los encargados de este recinto.
Entre esas personas estaba Malvina Gajardo, una mujer de 91 años que es una activa participante del Ceam hace ya dos años. "Lo paso muy bien y lo que me gusta hacer acá es bailar", contó ella. Pese a que es viuda, admitió que dicho estado civil no ha sido tan complicado, ya que ha aprendido a ser feliz estando sola y a valorarse como una mujer libre. "Mi marido era muy atrevido", recordó.
Fresia, de 97 años, apenas escucha lo que dicen los demás, pero quiso dar su opinión sobre la labor que cumplen los profesionales del Ceam. "Esta es nuestra casa; yo estoy contenta de venir acá porque se me han quitado muchas penas que tenía, acá tengo con quien conversar, lo paso bien y nos atienden súper bien. Son todas muy buenas personas", resaltó.
Mientras los voluntarios que apoyan al Ceam preparaban el asado, sonaba la tonada "Si vas para Chile". Y ahí estaba Elsa Silva, una mujer de 75 años que de partida nos dijo "no me gusta que me entrevisten".
Pese a su reticencia inicial, Elsa se entregó a la conversación con Diario El Líder. "Aquí estamos rebien, se pasa bien y todas somos amigas y nos queremos; lo mejor es que no hay ningún problema". Ella, que de lunes a viernes viaja desde su casa en Placilla a la sede del Ceam, contó que es viuda hace 8 años y que ha tenido que enfrentar la soledad con mucha fuerza. Y en eso le ha servido mucho el trabajo que ejecuta el Hogar de Cristo. "Acá se aprenden muchas cosas; hacemos trabajos, estudiamos con profesoras y también hacemos gimnasia", explicó esta sanantonina que tuvo ocho hijos.
A Catalina Sanhueza, de 77 años, la vida le cambió cuando comenzó a ir al Ceam del Hogar de Cristo. "Yo asisto desde hace 9 años, de cuando estábamos cerca del hospital", confirmó al admitir que al ser viuda necesitaba tener un espacio para encontrarse con otros adultos mayores.
"Es precioso que hagan esta fiesta de fin de año en nuestra casa del Ceam, porque así uno se olvida de las cosas (malas) que ha tenido antes", afirmó Catalina Sanhueza, ataviada con su mejor traje.
Adán Martínez, de 75 años, valoró la tarea que cumple el Ceam. "Lo mejor es que nos entretenemos mucho, siempre hay hartas actividades", dijo este hombre que cuando era joven fue soldador al arco.
Voluntaria
Vivian Valdebenito es una hermosa joven de 22 años. Tras estudiar Servicio Social en La Araucana, durante el segundo semestre del presente año hizo una práctica en el Ceam del Hogar de Cristo.
"Compartir con los adultos mayores ha sido una experiencia enriquecedora porque ellos van aprendiendo muchas cosas y se entretienen. La principal misión que entrega el Hogar de Cristo es acoger con amor y dignidad a los más pobres y el objetivo principal de este programa es que ellos puedan socializar y compartir con otros adultos mayores y no se sientan marginados de la sociedad", aseveró esta futura profesional.
Y aunque Vivian no está contratada en el Ceam del Hogar de Cristo, asistió a la fiesta de fin de año para apoyar en forma voluntaria a los profesionales que allí trabajan y regalarles una sonrisa a los abuelitos.
Voluntaria
La trabajadora social Carolina Castro es la encargada del Ceam del Hogar de Cristo y explicó que la intervención con los adultos mayores contempla diversas áreas.
"Ellos vienen de lunes a viernes, desde las 9.00 a las 17 horas, y reciben atención directa con los trabajadores sociales. Además se coordina con la red de salud para que reciban atención médica y pueden participar en talleres de música, artesanía y otros", contó Carolina Castro.
El Ceam se financia con donaciones y autogestión. El programa es para adultos mayores de 60 años que reciban una pensión básica.
"Esta es nuestra casa; yo estoy contenta de venir acá porque se me han quitado muchas penas que tenía",
Fresia, 97 años"
"Lo mejor es que nos entretenemos mucho, siempre hay hartas actividades",
Adán Martínez"



