El veterinario Rodrigo Ulloa tuvo "el peor día" de su vida
"Por un momento sentí que me estaba muriendo", reconoce el director de la clínica veterinaria Animal Vida, luego de sufrir una hemorragia nasal que lo tuvo al borde de una anemia o de una insuficiencia renal.
El médico veterinario Rodrigo Ulloa vivió el jueves recién pasado "el peor día de su vida". Producto de una hemorragia postquirúrgica, estuvo a punto de perder la vida, si es que la ayuda que recibió no hubiera sido lo precisa que resultó ser.
"Sentía que me desvanecía, que el sangramiento no iba a parar y me iba a dar una anemia o una insuficiencia renal. Fueron las peores tres o cuatro horas de mi vida", reconoce el profesional sanantonino de 38 años.
Resulta que Rodrigo Ulloa desde chico había tenido problemas de respiración, por lo que no podía dormir bien de noche y se cansaba mucho cuando realizaba prolongadamente una actividad física.
Por eso, programó para el pasado viernes 13 de enero una operación a nivel de las vías aéreas en el hospital clínico de la Universidad Católica que se ubica en el centro de Santiago.
La idea era regularizar su problema nasal y así poder continuar realizando de forma normal su aclamada labor a cargo de la clínica veterinaria Animal Vida que se encuentra en la avenida Antonio Palmieri en San Antonio.
"La operación fue el viernes pasado a las ocho de la mañana, y la había programado con anticipación para así poder faltar unos días a la clínica, donde ya habíamos dejado todo planificado junto al grupo con el que trabajamos. La intervención resultó bien, así que el sábado 14 me dieron el alta y me fui para San Antonio, donde, se suponía, tenía que realizar unos días de reposo postoperatorio sin moverme mucho ni menos trabajar o ir a la clínica", cuenta Rodrigo Ulloa.
Mala decisión
El médico veterinario, una vez que volvió desde la capital a la ciudad puerto, comenzó a sentirse bien. Pasó por alto las recomendaciones médicas y le hizo caso a su intuición.
El domingo 15 por las calles del centro de San Antonio se realizaría una marcha en favor de la promulgación de la "Ley Cholito" para que los casos de maltrato animal que ocurren día y noche a lo largo del país tengan penas judiciales ejemplificadoras.
"Me sentía bien, así que fui a marchar junto a un gran grupo de animalistas sanantoninos, algo que me puso bastante contento por el compromiso de la ciudadanía con este tipo de problemáticas", relata Ulloa, quien pudo marchar sin muchos inconvenientes y recibió constantemente los saludos de la gente que lo reconocía.
El profesional comenzó sus actividades habituales el lunes 16 sin novedades y sin ningún malestar producto de la operación nasal que había tenido unos días atrás.
Por eso, el pasado jueves 19 no dudó en asistir a la clínica Animal Vida. "Sé que no debería haber ido a trabajar, pero hay algo que me mueve las piernas como se dice, que es el rescate de animales y trabajar para ellos. Fue algo arriesgado y lo tengo claro, pero hasta que no me pasara algo grave como lo que me pasó después, no iba a darme cuenta que el reposo después de una operación es fundamental, si no uno se expone a un riesgo muy grande", reconoce.
El peor día de su vida
Mientras se encontraba en la clínica veterinaria donde es director, comenzó a sentirse mal y a marearse. De pronto, una hemorragia nasal comenzó a sembrar el pánico.
"Me empecé a ahogar con la misma sangre que me salía, y eso era lo más peligroso. La sangre corría y corría de mi nariz, por lo que un familiar me llevó de urgencia en una ambulancia al hospital. Pero no me pudieron estabilizar y nuevamente en ambulancia tuve que ser trasladado a Santiago al hospital clínico de la Universidad Católica, donde pudieron estabilizarme cuando ya llevaba unas tres o cuatro horas con un sangramiento postquirúrgico producto de una alteración en el tabique nasal", comenta aún impactado el profesional sanantonino.
Rodrigo Ulloa admite que antes de ser estabilizado por los especialistas en Santiago, temió lo peor.
"Le decía al asistente que estaba conmigo en la clínica que me sentía mal, que me desvanecía, porque me salía mucha sangre. Después los doctores le comentaron a mi familia que si hubiera pasado más tiempo, perfectamente me podría haber dado una anemia, o una insuficiencia renal que podría haber sido mortal. Y la verdad que por un momento sentía que me estaba muriendo. Fue sin duda el peor día de mi vida", reconoce de forma categórica.
Descanso necesario
Ayer, el médico veterinario estaba comenzando los 15 días de reposo en su hogar que le recomendaron para su pronta recuperación. Tiene que realizar, ahora sí, un descanso absoluto.
Su familia se está preocupando de que cumpla las indicaciones al pie de la letra, incluso ayudándole con las comidas, ya que tendrá que volver a recuperar el peso ideal que perdió producto del constante sangramiento que sufrió. Lo malo para el especialista es que tendrá que tomar una importante cantidad de medicamentos.
"Estoy tomando un gramo de antibióticos cada ocho horas, y eso para mí es mucho, ya que prácticamente no consumo medicamentos. Pero estoy consciente de que tengo que realizar todas las recomendaciones que me dieron los doctores, ya que es la única forma de que no se vuelva a repetir el sangramiento", admite con voz de resignado.
-Usted mismo dice que no puede quedarse mucho rato quieto, que se le mueven los pies para ir a atender a los animales en su clínica. ¿Cómo lo hará para estar 15 días con reposo?
-La verdad que me va a costar, pero ahora para mí la salud está primero. Si quiero estar en buen estado para salvar animalitos o para atenderlos, tengo que estar bien yo, así que ahora me preocuparé de realizar bien los 15 días de descanso. Capaz que me hayan puesto un GPS mientras me estabilizaban para monitorearme para que no me escape a la clínica, jajajaja.