Xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxx
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxx xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxx
A Gabrielle la estafaron por "polla", como se diría coloquialmente. "Pagué el noviciado", confirma la sanantonina Paulina Jara Guzmán, quien da vida a la cantante Gabrielle y que debío sufrir para comenzar en lo que tanto ama: cantar.
Esta vecina del sector de Los Geranios estaba ansiosa. La música se había convertido en su obsesión por el año 2013 y el sueño de grabar sus primeras canciones estaba a punto de hacerse realidad, pero no... El destino le tendría una lamentable sorpresa.
"Me encontré con un productor, reunimos y me estafó. Pudo ser por más plata, porque me pedía y me pedía. Es una persona reconocida en el mundo de la música"
-¿Podemos saber quién es?
-Cuando ocurrió todo esto pude perfectamente funarlo por las redes sociales pero no soy así. Prefiero no dar su nombre.
-¿Cómo fue entonces lo que le ocurrió, Paulina?
-Nos juntamos en un local. Yo le conté que tenía unas par de temas que quería gabrar y el me dijo que tenía estudios donde hacerlo. Tenía contactos, según lo que me dijo. Me pidió que le mandara las pista para hacerle los arreglos con su equipo y a las dos semanas iba estar todo listo. Tenía que depositarle 250 mil pesos que a mí me había costado juntar.
Esta joven sanantonina por supuesto que aceptó las condiciones y le depositó el monto solicitado.
"Pasaron dos semanas y comencé a llamarlo. Siempre me daba una excusa, que le faltan los musicos, que aquí que allá, incluso me decía que ya había repartido la plata entre su equipo y me pedía que le depositara más. Pasó un mes y no me contestaba hasta que desapareció", cuenta.
Triste y con rabia debió masticar solita la impotencia de como ella dice, "pagar el noviciado".
"Me sentí torpe, principiante. Eso me pasó porque no hice las cosas bien. Sin contrato, pero aprendí mucho de eso y por cosas del destino después conocí a otro productor, pero de los buenos que me ha ayudado a trabajar en mi primer disco, que lleva casi dos años de trabajo", añade.
Su primera canción
En el hogar de la familia Jara Guzmán nunca faltó una guitarra que tocar o una canción que entonar. Carlos Jara (69) y su esposa Gabriela Guzmán (67) criaron a sus dos hijas, Paulina y Carmen Gloria, bajo los acordes y melodías del folclore y la música popular.
Paulina, que era la menor de las dos hermanas, cuenta que "mis padres siempre fueron muy fanáticos de la música y de cantar. En la casa siempre con los amigos de mis papás cantaban y tocaban guitarras. Mi hermana igual, incluso, ella ganaba concursos y yo también quería ganar, ser como ella. Me gustaba mucho cantar".
La primera canción que compuso Paulina se la dedicó a un amor de juventud. Ella estaba en el colegio People Help People y se enamoró perdidamente de uno de sus compañeros de clase, quien dejó el colegio para ingresar a la Escuela Militar.
"Alcanzamos a estar solo primero y segundo medio juntos. Nunca supo que yo estaba enamorada de él. Cuando se fue, escribí mi primera canción que se llamaba "Esperando por ti". Es un estilo como Laura Pausini y habla de que me siento sola sin él y que aún lo espero", recuerda.
En el recinto de Santo Domingo Paulina era show seguro cada vez que había alguna actividad. Su fama como buena cantante ya se había programado por todo el establecimiento, sobre todo, por ser una alumna que tocaba la guitarra.
"Llamaba la atención que una mujer tocara y cantara temas de Pink Floyd o de otros grupos de la época, porque siempre es el hombre quien toca la guitarra y canta. Pero acá era yo y eso les gustaba. Cantábamos junto a un grupo de compañeros. Sacábamos temas de otros grupos musicales. No habían muchas composiciones mías", describe.
Luego de concluir su enseñanza media venía la difícil misión de optar por una carrera universitaria. Pese a que siempre quiso estudiar algo relacionado con la música, sabía que debía estudiar una carrera "tradicional".
"Muy nos gustaba la música en nuestra familia, pero no era la idea estudiar eso. Había que estudiar una carrera tradicional. Comencé con Ingeniera en Computación y no me fue muy bien, me eché varios ramos. Me salí y comencé con la pedagogía en Educación Física", detalla.
Ya en Santiago, Paulina comenzó a mezclar los ejercicios físicos con la música, que había vuelto a su vida de manera repentina.
"En una oportunidad una amiga me pidió un favor. Ella estudiaba Ingeniería en Sonido y necesitaba grabar una canción, como sabía que cantaba, me pidió que la ayudara. Yo le dije que ningún problema que le diéramos. Por primera vez estuve en estudio de grabación", comenta.
Y agrega "fue un remezón que me hizo darme cuenta que la música es lo que quería seguir. Grabamos y salió todo bien. Pero me metí más en el mundo de la música. Lugar donde iba terminaba cantando y ahí me di cuenta que tenía pasta para el canto".
En su época de vacaciones universitaria, Paulina se dedicó a cantar en los pub de la provincia. En el priemero donde comenzó fue en el restorant El Barco, ubicado en camino a Cartagena.
Gabrielle menciona que "estuve en el 9 Milímetros por mucho tiempo. Participé en casting de programas de música como Operación Triunfo el 2003, Mi Nombre Es, en el 2011; y viajé hasta argentina a competir en Latin American Idol. En todos los casting que participé quedaban sorprendidos por mi voz, pero no avanzaba porque no cumplía el perfil"
-¿Eso la desanimó en algún momento?
-No para nada. Al contrario, trabajé mucho más. Como se dice era la línea editorial del programa, en algunas ocasiones, la que me jugó una mala pasada. Porque todos me decían que lo hacía bien. Entre todos los programas en los que participé conocí a Alejandro González un productor musical de primera, que nos escribió a todos los participantes de Mi Nombre Es para ofrecernos su trabajo en el caso que quisiéramos grabar un disco musical.