La dura realidad de los afectados por los gigantescos incendios en Navidad
Los que no perdieron sus casas, sufrieron la quema de sus cosechas y animales .
Huele a humo por todas partes. Móviles de emergencia de Carabineros, Bomberos, militares, Onemi y caravanas de vehículos cargados de ayuda recorren los estrechos caminos de los sectores rurales. El paisaje es una fotografía en blanco y negro que muestra una especie de cementerio de lo que fueron frondosos prados y verdes bosques. Y el constante ruido de los aviones y helicópteros que peinan los cielos de La Polcura, en la comuna de Navidad, podría graficar lo que he visto en películas bélicas.
Espero nunca estar en una guerra, pero esto fue lo más parecido a ello.
Las casas consumidas por las llamas solo son ruinas y ceniza, mientras el suelo sigue manteniendo altas temperaturas y el humo continúa emergiendo desde las raíces de los árboles.
El fuego ya está controlado en esta zona, pero cientos de vecinos siguen atentos a las condiciones del viento y los posibles rebrotes, puesto que en Altos de Tumán el incendio sigue activo.
"No podemos quedarnos tranquilos", dice una lugareña, argumentando que están atentos a proteger sus propiedades o a ayudar a sus vecinos si lo necesitan, en cualquier momento.
Han estado toda la semana sin luz y por ende sin agua, puesto que usan motobombas para extraer el líquido de los pozos. Por esta razón, los afectados ayer también fueron visitados por personal del Cesfam de Navidad y los vacunaron contra el tétano y la hepatitis.
"Nos ofrecieron alimentos y verduras, pero solo recibimos la verdura que es lo que no tenemos. Preferimos dejar para los que perdieron todo, dice con humildad María Isabel Rivera, quien no perdió su casa, pero sí todas sus plantaciones de hortalizas. Tendrá que reconstruir casi todos sus cercos que se incendiaron.
Damnificados
Marta Briceño, de 82 años, junto a su sobrino Eliel, de 38, no corrió la misma suerte, ya que fueron evacuados de su casa cuando se acercaba el fuego al sector de El Chorrillo.
"No alcancé a sacar nada. Sólo rescaté una platita que tenía y lo puesto, pero al menos quedó buena una mitad de la casa", comenta todavía con angustia.
Eliel Olguín cuenta que logró devolverse para atacar las llamas y defender la propiedad, sin embargo la antigua casa, donde mantenían toda la cosecha de trigo del 2016 y dos habitaciones, se perdió por completo. Además se calcinaron dos hectáreas sembradas de trigo y varios árboles frutales.
"Yo miraba desde abajo cómo se quemaba mi casita, pero qué iba a hacer. Todavía tengo ganas de llorar, pero no me dejan", comenta Marta Briceño.
Eliel dice que "al menos estamos agradecidos de que nos quedó parte de la casa donde podemos dormir, pero todos los recuerdos de niñez de mi tía, la casa construida por los abuelos, ya no existen. Todo es ceniza".
"Todos los recuerdos de niñez de mi tía, la casa construida por los abuelos, ya no existen. Todo es ceniza",
Eliel Olguín,, damnificado por incendio, en El Chorrillo"


