Mónica Jorquera Escobar.
Cuando falleció su madre, su papá no se pudo hacer cargo de él ni de sus hermanas. Así en 2008, con 6 años, José Eduardo U. M. llegó a vivir al hogar de niños que el Servicio Nacional de Menores (Sename) mantiene en Punta de Tralca, comuna de El Quisco.
La noche del miércoles recién pasado, ese niño, que ahora tenía 14 años, se convirtió en un nuevo caso de un menor de edad fallecido dentro de un recinto del Sename.
El hecho ocurrió cuando faltaban pocos minutos para la medianoche. Una "tía" de la Aldea de Niños Cardenal Raúl Silva Henríquez -que recibe subvención del Sename- corrió para asistir a uno de los niños que estaba convulsionando dentro de la cabaña número 11.
El adolescente se había acostado luego de un día totalmente normal. Estaba durmiendo cuando despertó con convulsiones.
"Ayer (el miércoles) estuvo en talleres de artesanía, jugando con otros niños. Se acostó. Se quedó dormido (…). Pareciera que se sintió ahogado y se trató de levantar de la cama y se murió instantáneamente", detalló María Luisa Sepúlveda, integrante del directorio de la fundación de beneficencia Aldea de Niños Cardenal Raúl Silva Henríquez.
Aunque una ambulancia del consultorio de El Quisco llegó en menos de 10 minutos, el menor ya había fallecido. Sólo se pudo constatar la muerte de José Eduardo.
Luego del deceso, desde el hogar ubicado en calle El Pastor sin número, llamaron a Carabineros.
"Se tomaron todos los procedimientos del caso, llamando a Carabineros, Fiscalía y Servicio Médico Legal", aseguró Rachid Alay, director regional (s) del Sename.
Consultado si se abrirá un sumario interno tras esta nueva muerte en un centro del Sename (hace diez meses fue el caso de Lissette Villa en Los Lagos), Rachid Alay manifestó que "ahora no me puedo referir a esto, porque todo está en proceso de investigación (del Ministerio Público)".
José Eduardo era un niño alegre que no tenía problemas con nadie. Cercanos revelaron que le gustaba el fútbol y que era fanático de Cristiano Ronaldo. "Su vida fue difícil en términos que tuvo que estar casi siempre en un hogar, pero ahí era muy querido y muy adaptado. Tenía buena relación con sus compañeros, era tranquilo", lo describió María Luisa Sepúlveda.
Enfermedad
Hace unos años a José Eduardo le detectaron una enfermedad a la sangre. Debido a una coagulopatía sufría hemorragias y siempre tenían cuidando con él, puesto que una simple caída podía causarle un daño severo. Iba a control médico de manera constante.
Frente a su repentina muerte, el Servicio Médico Legal (SML) realizó ayer una autopsia al cuerpo.
Gabriel Zamora, director regional del SML, declaró ayer que "la causa (de muerte) es un neumotórax, que es sangramiento a nivel interno del tórax, pero no hay causa evidente de intervención de terceros. (Sin embargo) esto tiene que ser posteriormente aclarado (con resultados de otros exámenes)".
El cuerpo del menor fue trasladado ayer hasta la misma aldea de niños para ser velado, pues ahí viven sus dos hermanas. El recinto estaba adornado con globos blancos y recibieron a José Eduardo con mucho dolor. El funeral será hoy.
Antes, a las 11 horas, se realizará un responso en la Casa de Ejercicios del Arzobispado de Punta de Tralca.