por Camila Rojas Valderrama, administradora pública, presidenta FECH 2016

Menos sueldo, previsión social y salud más caras, trabajo dentro y fuera del hogar, son algunas de las cargas extras en las espaldas de las mujeres. Acompañado de esas situaciones cotidianas y que pasan por naturales, día a día sabemos de casos de maltratos, violaciones y femicidios: "Comerciante santiaguino fue detenido por golpear a su mujer", "Prisión preventiva para garzón que atacó a su pareja con un cuchillo", "Agredió a su pareja y luego la dejó en la vía pública" son algunas noticias de El Líder de los últimos días.

En todas sus formas, y como señala la Red Chilena Contra la Violencia hacia las Mujeres, la violencia en la vida de las mujeres es un continuo, que se expresa en las relaciones al interior del hogar y también en espacios públicos como la calle, el trabajo, el colegio o la universidad. El femicidio es el último eslabón de estas violencias, y refleja plenamente el sometimiento al cual estamos expuestas y el desprecio soterrado que existe por nuestras vidas. Uso de armas blancas, asfixias y quemaduras son las causas más frecuentes de las muertes de mujeres en manos de hombres reconocidos como quienes "las amaban", mutilaciones, arranques de ojos o piel las más brutales. Para completar la postal muchas veces mujeres y hombres enjuiciamos con frases del tipo ¿Cómo iba vestida? ¿Qué tomó? ¿Lo habrá engañado? ¿Le habrá coqueteado? Hablar de amor y enjuiciar lo que provoca es 1) atenuar las responsabilidades de los agresores y 2) que las mujeres seamos señaladas como causantes de la violencia; ambas olvidan el carácter estructural de esta situación.

Cifras del Ministerio del Interior indican que una de cada tres mujeres chilenas ha vivido violencia física, sexual o psicológica por parte de parejas o ex parejas. Culparlas es el camino fácil, al contrario el camino difícil nos invita a reconocer que este es un problema social que supera lo que vive cada mujer, siendo necesario prevenir y sancionar; y que la legislación debe ir más allá del ámbito intrafamiliar, abordando todas estas violencias e identificando desigualdades estructurales y discriminaciones arbitrarias que las intensifican (situación económica, etnia, orientación sexual). Socialmente debemos comprender que las mujeres somos personas en sí mismas y para nosotras mismas y no para los hombres, teniéndolo claro nuestras relaciones serán sanas y no meros ejercicios de dominación.

Las tragedias pueden sacar lo mejor de la gente, cómo se ha visto con los brigadistas y voluntarios ayudando a quienes han sido perjudicados por los incendios del centro y centro sur del país. Las desgracias, sin embargo, también pueden ser vistas por otros como una oportunidad para sacar provecho ilegítimamente, como estaría ocurriendo en Santa Olga, VII Región, donde más del mil casas fueron destruidas por el fuego.

Así lo denunció el gobernador de Talca, Armando Lepe, quien dijo a Cooperativa que "el alcalde ha descubierto acá, in situ, a algunas personas que se querían hacer pasar por damnificados".

Sin precisar número de casos, añadió que estas personas, con domicilio en Tala, Constitución y San Javier, estarían tratando de obtener los bonos de enseres, por un millón de pesos, y los de arriendo, de $200 mil, sin ser víctimas, por lo que anunció querellas.

Recalcó que, para evitar estos casos, están ingresando "todas las fichas de emergencia que tenemos hasta ahora, donde el usuario se hace responsable de toda la información que consta o que contiene".

Redacción

Eran las 8:50 del viernes en España, cuando la discusión de una pareja en una pieza del cuarto piso del Hospital Universitario La Paz, en Madrid, tuvo un trágico final. El ciudadano chileno de 27 años, identificado como Vladimir V., habría tomado a su hija de un año en brazos y, según cuenta el diario El Mundo de ese país, le habría dicho a su mujer: "te voy a dar donde más te duele".

Entonces, añade el diario, habría abierto la ventana y saltado al vacío, cayendo los 12 metros que había desde la habitación, hasta el patio interior del hospital.

Tanto él como su hija murieron producto del impacto, pese a las maniobras de reanimación cardiopulmonar que les practicaron.

La mamá de la niña entró en schock por lo ocurrido y fue atendida para tratar la crisis de ansiedad que experimentó.

Según aseguró el diario El Mundo, Vladimir V. tendría antecedentes de violencia intrafamiliar con una pareja anterior, pero no con la actual.

El Mundo añadió que la mujer habría declarado a la policía que la relación de ambos "era buena".

El salto

Otro diario español, La Vanguardia, entregó antecedentes sobre las circunstancias de la pelea que antecedió al salto.

De acuerdo al medio, ambos empezaron a discutir "tan pronto la pequeña, quien se encontraba ingresada en el Servicio de Pediatría del centro debido a una cardiopatía crónica, ha recibido el alta hospitalaria".

El volumen de la discusión habría aumentado, por lo que "los enfermeros de la sección de pediatría acudieron a la habitación para tratar de calmar los ánimos, pero poco pudieron hacer, ya que, al entrar, el varón se lanzó al vacío con su hija", sostuvo el medio.

El salto al vacío fue posible, precisó el diario El Mundo, ya que "las ventanas de la zona de Pediatría del Hospital Universitario de La Paz se abren con una llave a la que tienen acceso las familias, han informado a Europa Press fuentes sanitarias".

Tras el crimen, la zona fue acordonada.

En Chile, la ministra vocera de Gobierno, Paula Narváez, se refiró al caso y sostuvo que "Cancillería nos informó durante la mañana. Por supuesto lamentamos profundamente este hecho tan dramático, doloroso y límite, como el que ha sucedido en la mañana".