Cartagena comenzó con todo el recambio de veraneantes
Febrero tiene que ser, según los cálculos de los comerciantes, el mejor mes en la comuna balneario, ya que desde el fin de semana pasado comenzaron a llegar los turistas nacionales.
Tras un mes de enero un poco lento según propias palabras de los comerciantes, el balneario de Cartagena tuvo su habitual recambio de veraneantes durante los primeros días de febrero.
Y al parecer ahora sí que la actividad turística tendrá días dulces, ya que por ejemplo este sábado que recién pasó los alojamientos en residenciales y hostales estaban totalmente copados.
El popular "Castillo Azul" , ubicado en calle Ignacio Carrera Pinto, tuvo sus 40 piezas ocupadas durante el pasado fin de semana. Sergio Valdebenito, actual administrador del negocio familiar, comenta que "mucha gente viene solamente por una o dos noches, a diferencia de antes que las familias venían una semana completa. Nos hemos tenido que ir adecuando a esa realidad".
El "Castillo" Azul cuenta con piezas dobles, triples y departamentos familiares. Los precios por noche varían entre los 10 mil y los 40 mil pesos. El inmueble es una tradicional casa patrimonial de comienzos de 1900 que la familia Valdebenito Turrieta adquirió en la década de lo sesenta. "Mis abuelos venían a veranear a Cartagena en los años cuarenta. Después compraron esta casa y comenzaron con los hospedajes hasta el día de hoy", acota Sergio Valdebenito, quien explica que una de las cosas que más le llama la atención a sus huéspedes, es la hermosa gruta de la Virgen del Carmen que encuentra al interior del "Castillo Azul".
"Es que es una gruta que está adentro, ya que la construcción cuenta con esa particularidad, por eso que a todos les llama la atención cuando entran. Acá nuestro público es totalmente familiar", reconoce Sergio Valdebenito.
Sin piezas disponibles
A pocos pasos del "Castillo Azul", se encuentra otra tradicional residencial cartagenina que se llama "Orianita". Hace 28 años que Wilma Fernández arrendó junto a su madre Laura del Carmen Núñez González esta casona de calle Ignacio Carrera Pinto, la que pudieron comprar 12 años atrás.
"Llegamos desde Santiago a Cartagena junto a mi madre, y primero colocamos la residencial Europa en Playa Grande con la que nos fue mal. Luego pillamos esta casa y la arrendamos, y con el tiempo pudimos comprarla junto con mi hermano Fernando", hace historia Wilma Fernández.
"Orianita" cuenta también con 40 piezas con habitaciones hasta para cinco personas. Su propietaria reconoce que si bien enero no fue tan movido "ahora en febrero comienza a llegar más turista de Santiago, así que esperamos que el panorama se vaya arreglando. Yo tengo un grupo de reservas que se van repitiendo durante los veranos, los que tienen claras las reglas que tenemos acá, ya que a las una de la mañana todo tiene que estar apagado".
Desde la playa
Pocos rincones de la Playa Grande de Cartagena estaban con espacio durante el fin de semana, debido a la gran cantidad de veraneantes que llegaron al Litoral Central.
El comerciante José Vargas Osses lleva trabajando más de cuatro décadas en este balneario, por lo que conoce al revés y al derecho el comportamiento de los veraneantes. "Mi madre Anita Osses comenzó con este kiosco hace cuarenta años, el que lleva por nombre 'Donde Pepe'. Actualmente lo estamos trabajando con una sobrina y otros familiares que ayudan, porque en verano hay actividad todos los días", cuenta "Pepe" Vargas.
El trabajador nacido y criado en Cartagena añora esos tiempos antiguos "cuando el balneario desde enero ya tenía mucho movimiento y se disfrutaba de otra forma las vacaciones, mucho más familiar".
Los que sí están disfrutando de unas merecidas vacaciones familiares en la Playa Grande son los Mancilla Olivares, quienes llegaron a Cartagena nada menos que desde la ciudad trasandina de San Juan. Para estos turistas argentinos, lo más lindo que tiene la comuna "es sus playas y todo lo que tiene que ver con la oferta gastronómica". Gloria Olivares explica que su marido David Mancilla es chileno, y que no es primera vez que vienen de paseo al Litoral Central.
"Estamos desde el miércoles de la semana pasada. Ya habíamos venido antes a Chile y la verdad que nos gusta mucho, aparte que el cambio nos ha favorecido bastante. Bueno y como mi marido es chileno, también nos gusta venir a la tierra donde nació".
Los turistas argentinos, que fueron bastantes durante el mes de enero, comenzaron a bajar su número de presencias durante febrero. Tal como lo explica Ana Valenzuela Beltrán, quien junto a su marido Raúl Fuentes son dueños de la residencial San Francisco de Asís, ubicada en el pasaje Caleuche, a metros de la Playa Grande.
"La verdad como no pasaba hace rato, se dejaron ver bastantes familias argentinas, principalmente de Mendoza y San Juan. Pero ahora que estamos en febrero, los turistas son en su mayoría nacionales, los que comienzan sus vacaciones este mes. Así que estamos todos los comerciantes de Cartagena preparados para el recambio de veraneantes", afirma Ana Valenzuela, quien espera que durante el mes de febrero las sonrisas se multipliquen entre los miles de turistas.