Casa Aleah: mucho más que un hogar para los pequeños
Desde noviembre del año pasado que en avenida El Arrayán en Llolleo se instaló la Casa Aleah, residencia pensada en lactantes y preescolares entre 0 y 6 años que son derivados desde el Tribunal de Familia de San Antonio.
La residencia es dependiente de la Fundación Mi Casa, institución lleva más de 70 años realizando servicios para la infancia a lo largo del país.
La Casa Aleah es actualmente una institución colaboradora del Servicio Nacional de Menores y una de sus particularidades es que es la primera de este tipo para la Fundación Mi Casa.
"Se podría decir que nosotros estamos dando la pauta de lo que podría replicarse en una casa de lactantes como esta. Por eso es que estamos realizando un trabajo bastante importante con un grupo de trabajadores técnicos y profesionales", explica Xavier Pinto, orientador familiar y director de la hermosa casa que cuenta con un grupo total de 26 personas trabajando en este proyecto social que busca darles una ventana de esperanza a los menores que han sido abandonados por sus padres o familiares directos.
Para esto, la Fundación Mi Casa quiso enfocarse en tres aspectos fundamentales. "Lo primero era el tema de la dignidad en cuanto a la infraestructura. Para eso se consiguió una casona que fuera acogedora y que cumpliera con las expectativas. Casa Aleah en hebreo significa casa de inmigrantes, y esa es la idea, que todos los chicos tengan acá su espacio", comenta Xavier Pinto.
Una vez instalados en la casa de El Arrayán, le siguiente paso fue conformar el capital humano. Para esto se contrataron a técnicos de enfermería y párvulos, además de profesionales en sicología, trabajo social y educación diferencial.
"Queríamos cambiar el perfil y profesionalizar el equipo de trabajo. La idea es que ellos trabajen a tiempo completo acá y puedan realizar adecuadamente sus evaluaciones", agrega Pinto.
Finalmente, el tercer punto en el que quiso ahondar bien la Casa Aleah es la parte técnica. "Hay procesos de diagnósticos para cada niño que entra a esta residencia. También existe un trabajo importante con los adultos, ya que la idea es que los pequeños puedan volver a tener una relación normal y con los padres que se involucran en el proceso trabajamos procesos terapéuticos para que ellos vayan entendiendo lo que se pretende buscar en conjunto con los profesionales de la casa".
Recuperar confianza
Muchos de los pequeños que están en la Casa Aleah sufrieron una vulneración muy fuerte de sus derechos durante sus pocos años, meses o días de vida. Por eso es que el Tribunal de Familia de San Antonio los deriva a esta institución para que comience el proceso de internación.
"Lo primero que hay que recuperar en los chicos es la confianza. Es empezar de cero, ya que para ellos llegar acá es un nuevo abandono que han tenido, ya que son sacados de su entorno familiar, independiente de cómo sea. Ellos tienen el concepto que el mundo adulto los abandona, entonces no se le puede repetir dicha conducta nuevamente para que no repita el mismo acto cuando sea grande. Por eso es fundamental el compromiso que hay que tener para que se realice de forma correcta el proceso de restablecer la confianza", acota Xavier Pinto.
Los noveles residentes cuentan con una serie de rutinas y actividades diarias con las que se van ambientando a su nuevo entorno. Además de talleres deportivos y una educación personalizada que les ayuda a los profesionales para tener claridad en las necesidades de los involucrados. Según cálculos de Xavier Pinto, en un proceso de seis meses el infante podría estar de vuelta en su hogar si todos los procesos fueron realizados de forma correcta. "El egreso se puede realizar de muy buena forma después de estar seis meses acá. Se comienza con una etapa de pre-egreso, donde el niño va en el día a su casa familiar. Luego ya se va a quedar el fin de semana y posteriormente se le pueda confirmar el egreso. Pero todo es monitoreado y evaluado día a día por el grupo de profesionales".
El valor del tiempo
Xavier Pinto cuenta que hay un grupo de colaboradores que pertenecen a la comunidad sanantonina que ayuda a la Casa Aleah constantemente.
"Entre los colaboradores contamos con Puerto Columbo, el sindicato de STI, la Escuela Industrial, además de diferentes apoyos de personas particulares. Lo que tuvimos que explicarles eso sí, es que la ayuda que más necesitamos para los chicos no es algo monetario o de plata. Es que le entreguen su tiempo y dedicación para que se forme un vínculo con el niño. Para nosotros es más valorable que realicemos un paseo a la playa con los pequeños, a que nos traigan una fiesta a la casa con payasos, globos y tortas", reconoce Pinto, agregando que este tipo de actividades "son verdaderas salidas terapéuticas, las que van formando la resiliencia del niño. Si un chico tiene puras experiencias malas, no tendrá la posibilidad de optar a saber cómo sería otra experiencia positiva. Entonces si viven algo así, en un futuro tendrán la opción de elegir uno de los dos caminos".
La Casa Aleah, recién inaugurada en noviembre del año pasado, en poco tiempo está dejando su huella dentro del servicio para los infantes sanantoninos. "Estamos agradecidos de la buena acogida que hemos tenido en San Antonio y seguiremos trabajando para que el proyecto siga consolidándose", afirma Xavier Pinto.