Sanantoninos cuentan sus historias de amor, amistad y sexo en Tinder
Cuatro mujeres y un hombre relatan sus travesuras en esta red social que ha cambiado la forma en que muchas personas se relacionan en los tiempos en que casi todo, en apariencia, parece estar en una pantalla táctil.
Lorena es una joven profesional de San Antonio que a sus 29 años está soltera. Hace un poco más de un año comenzó a usar Tinder. Cuenta que uno de los match (conexión) más insólitos que tuvo fue con el sicólogo que la estaba atendiendo, y aunque dice que aquel hombre le gustaba porque "es guapo", nunca lograron tener un encuentro más allá de las consultas profesionales. "Seguro es súper antiético salir con su paciente", dice ella al admitir que "la cosa tiene que ser en el momento, y si no se pierden las ganas".
Esta sanantonina accedió a contar su experiencia en Tinder sólo si se mantiene en reserva su identidad. Bueno, finalmente todos los entrevistados en esta nota periodística optaron por el anonimato, ya que sería imposible para ellos no tener más de algún problema si es que aparecieran en el diario contando sus travesuras en esta red social y el mundo real.
"Terminé una relación muy larga y no tenía idea de cómo ´volver al mercado´. Quería saber en qué parada estaban los hombres. Al principio me daba muchísima vergüenza, hasta que supieran que usaba la aplicación me daba plancha. No me juntaba con los tipos con los que hablaba porque no sabía bien cómo enfrentarlos. Después pasó el tiempo y agarré confianza. Una de mis mejores amigas usaba Tinder, ella me la recomendó", explica.
Lorena afirma que no hay muchas personas de San Antonio que estén en Tinder y que la única cita que sostuvo en esta ciudad fue con un hombre de Valparaíso, los demás son de Santiago. "Tinder es una aplicación para conseguir sexo casual. Ese es el fin, igual a veces uno conoce gente buena onda con quien te puedes juntar y tomarte unos tragos, pasarlo bien, pero se diseñó para solteros que buscan sexo. Yo he conocido tipos muy buena onda, incluso ahora algunos de ellos son mis amigos, esos que pasaron a la friendzone (amigos solamente) porque no me gustaron en vivo. También salí un par de meses con un chiquillo, periodo en que fuimos exclusivos, pero yo no quería una relación y él quería pololear".
Ella, que aún tiene su perfil vigente en Tinder, ha tenido citas con siete hombres. De esos, con tres mantuvo relaciones sexuales. "La aplicación en general es buena, el sexo casual ha sido bueno solo en dos ocasiones", recalca.
Aclara que no sale con hombres comprometidos y que la cosa no es llegar e ir a un motel. "Siempre converso con ellos bastante, tampoco es como ´oye hicimos match vamos a la cama´. Siempre ha sido con personas con quienes chateamos harto, nos reímos, compartimos gustos, salimos a comer o vamos al cine y después viene el sexo. Es como una cita. Los hombres suelen pensar que ellos solamente pueden hacer eso, que las minas nos enganchamos y nos enamoramos; nada que ver: las mujeres también buscamos solo sexo y buena compañía, a veces".
Y aunque su postura podría parecer frívola, reconoce que "cuando empiezo a conocer a alguien que me tinca, dejo de usar la aplicación".
"La gente no se atreve a hablar de estas cosas y juzga demasiado a las mujeres que saben lo que quieren. Si una mujer es inteligente, tiene metas y objetivos, es guapa y además hace lo que quiere, la descueran. Pero si describimos de igual forma a un hombre, él es exitoso. Tenemos que terminar con esa mentalidad machista", añade al contar que en medio de esta entrevista Tinder le notificó que había hecho un nuevo match.
En estados unidos
Florencia es sanantonina, tiene 35 años y esta es su experiencia en Tinder. "Bajé la aplicación cuando estuve en Estados Unidos, al final de mi estadía. Unas amigas me dijeron que la aplicación allá es súper usada y nadie se hace rollos con eso. La interacción con las personas es diferente que acá. Yo creé mi perfil y en mi descripción puse que estaba de paso, que era chilena y que quería conocer gente simple, nada de relaciones largas ni cortas, solo conocer y me fue bastante bien. Salí con varios chicos, fue súper entretenido, sin necesidad de terminar en algo más allá, el sistema funciona súper. Saqué pinche y con un par de ellos salí varias veces, aunque no tuve sexo casual porque no era lo que yo buscaba".
Agrega que "llegué a San Antonio y tuve Tinder como unos dos meses pero acá es una lata: los tipos (yo busco solo hombres en mis preferencias) ponen con suerte el nombre y la edad y con fotos súper malas: uno de ellos aparecía al fondo de un atardecer con el sol en contra o fotos de tigres o de niños, que supongo que son sus hijos. Tanto poner No, se me acabaron las opciones, además eran bien feítos. Y como no la usaba más, mejor cerré la cuenta".
Lo dejaron plantado
Alberto tiene 23 años. En los tres meses que usó Tinder hizo match con cinco mujeres y pudo reunirse con tres de esas féminas. "Dos me dejaron plantado", relata sobre esos días en que "estaba soltero y quería hueviar". Según él, en solo una de las tres citas "resultó el sexo casual" porque "nos juntamos a carretear y después nos fuimos a mi departamento".
Hoy él está pololeando con una sanantonina y ya no usa Tinder. "Fue una experiencia entretenida para uno que es joven y que quiere pasarlo bien", afirma.
Ivania
Ivania (28) es estudiante de Sicología. Vive en San Antonio pero su vida universitaria la mantiene unida a Valparaíso. Dice que como está soltera, decidió abrir una cuenta en Tinder. "Estaba en la U y empecé por pasar una tarde de aburrimiento y empecé a revisar el catálogo de hombres, hablé con algunos chicos". Para asegurarse de no encontrar a un sicópata, con los que hizo match aplicó un escaneo para revisar todo sobre ellos en las redes sociales. "Me he juntado con seis hombres de entre 25 y 31 años. Entiendo que esto tenga un fin sexual, pero para mí es una instancia para conocer nuevos amigos, salir a tomarse una cerveza y eso. Es una forma cómoda de conocer a alguien desde tu propia casa", cuenta.
La historia de Tinder que más le gusta a Ivania es una que ella vivió en Argentina.
"Fui de vacaciones y conocí a un argentino mediante Tinder. Arrendé un departamento en Buenos Aires. Empecé a buscar en Tinder e hice match con un chico que me cayó bien, hablamos dos días, nos juntamos y me hizo un tour por la ciudad, me consiguió marihuana, nos fumamos un pito en una plaza, conversamos un rato, y después de pasar todo el día juntos, nos fuimos a mi departamento para ir ´a ver el Rey León´. Lo pasé súper bien porque estuve una semana a full. Cuando vaya otra vez a Argentina, nos volveremos a ver".

