Jonás Romero Sánchez
"El Tribunal piensa que, en este caso, sí se configura que el imputado sea un peligro para la sociedad, y que existe riesgo de fuga". Con estos argumentos, la jueza Paola Rabinovich, decretó ayer la prisión preventiva para el ingeniero comercial Rafael Garay Pita, quien fue formalizado por el delito de estafa reiterada en perjuicio de 36 personas, por un monto cercano a los $1.800 millones.
Garay, quien retornó al país luego de casi siete meses de ausencia, fue derivado por la magistrada al anexo penitenciario Capitán Yáber, donde permanecerá durante los 120 días en que durará la investigación.
El aterrizaje
El avión que traía a Rafael Garay desde Francia aterrizó en el aeropuerto internacional de Santiago pocos minutos después de las 10.00.
Como indica el protocolo, Garay fue el último en descender del avión. Abrigado con una chaqueta de cuero negro, y protegido por un gorro estilo beanie, bajó esposado y acompañado de los tres funcionarios de la Policía de Investigaciones (PDI) que llegaron hasta Bucarest para escoltarlo.
Tras el control de rigor en Interpol, Garay fue conducido en un vehículo de la PDI hasta la Corte de Apelaciones de Santiago. Allí lo esperaba una muchedumbre de periodistas y manifestantes, quienes incluso llegaron a lanzarle monedas.
Superada la caótica entrada a la Corte, el ingeniero comercial fue "notificado" de su situación en Chile, por lo cual pasó a disposición de Gendarmería, quienes lo condujeron hasta el Centro de Justicia, para su re formalización.
La formalización
Si bien la audiencia en el Tercer Juzgado de Garantía estaba agendada para las 13.00, se retrasó debido al ajetreo que sufrió la "comitiva Garay".
Finalmente, y pocos minutos después de las 15.00, la jueza Paola Rabinovich dio inicio a la formalización, no sin antes preguntarle al imputado por su estado de salud.
"Me siento bien, su señoría. Con la presión alta, pero listo para enfrentar esta audiencia", fue su respuesta al tribunal, que rechazó la petición de su defensa de que le removieran las esposas. Cuando la jueza la preguntó si prefería que le sacaran las esposas de los pies, Garay dijo: "Dejémoslo así".
Hasta 10 años
Durante la audiencia, el equipo liderado por el fiscal José Morales detalló los casos de las 36 víctimas y pidió prisión preventiva. Al fijar las medidas cautelares, la jueza señaló que Garay arriesga presidio mayor en su grado mínimo, el que puede llegar a 10 años de cárcel.
El abogado de Garay, Reynerio García de la Pastora, no se opuso a la prisión preventiva, por, dijo, solicitud "expresa" de su defendido: "Somos los primeros soprendidos. Es es una preocupación que me voy a llevar hoy, ¿qué está pasando por la cabeza de Rafael Garay?".
El abogado querellante Sabas Chahuán, dijo que ésta era una estrategia de Garay para simular cooperación y que "no le creo".