Carolina Bustos
La noche del pasado 8 de marzo, Olga Navarro iba en su vehículo en dirección al sur por avenida Barros Luco cuando fue impactada por otro auto que circulaba en dirección contraria y que era conducido por un joven de 15 años.
Producto del choque, tres personas resultaron gravemente lesionadas, entre ellas una adolescente que viajaba en el auto guiado por el menor.
Según el relato de la afectada, el conductor venía por Barros Luco a exceso de velocidad y "echando carrera" con otros autos al momento del accidente. "Los testigos dicen que venían a exceso de velocidad. Ellos se salieron del bandejón central y su auto cayó sobre el mío. Yo afortunadamente resulté ilesa", narra la trabajadora.
Han pasado varios días y la trabajadora aún no sabe qué pasará con ella y quién se hará responsable de los daños que sufrió su vehículo.
"Mi auto quedó totalmente hecho pedazos. Yo salí ilesa y sólo me mantuve firma por la adrenalina del momento, porque al otro día no me podía mover así que tuve que ir al médico. Ahora estoy con relajantes musculares y analgésicos", señala Olga, agregando que "hasta ahora no sé nada del responsable. A lo mejor si hubiera chocado con un adulto se haría responsable de lo que hizo, pero qué voy a hacer con un niño".
Olga no está muy bien de ánimo. Reconoce que la incertidumbre de no saber si conseguirá justicia en su casa, la llena de angustia, sobre todo, porque "de ser la víctima pasé a ser la responsable".
"Tras constatar lesiones, me fui a la casa, pero casi cerca de las 3 de la mañana, me llamaron los carabineros para que me dirigiera a la comisaría. Cuando llegué, me detuvieron porque los afectados estaban con lesiones de carácter reservado. Los menores pasaron a ser las víctimas, y eso lo entiendo, por la gravedad del accidente, pero la responsabilidad es de ellos o de las personas que le pasan un auto a un menor de edad, no mía", reclama.
Necesita un auto
Olga hace malabares para salir adelante junto a su hija. De lunes a viernes trabaja en un centro asistencial, los sábado realiza eventos y los domingos vende ropa en la feria.
"Mi auto era mi herramienta de trabajo. Los sábado trabajo haciendo eventos y los domingo vendo ropa en la feria, por lo que necesito mi auto. Yo tengo que tratar de salir adelante como sea porque tengo una hija. Ahora debo pagar radiotaxi para poder hacer mis cosas. Todos me dicen que son fierros y que se pueden recuperar, pero este auto era el sacrificio de toda una vida, ya que siempre he trabajado y jamás le he pedido ayuda a nadie, por eso da impotencia que en un segundo todo, tu sacrificio sea destruido por un cabro chico", agrega.
La sanantonina solo pide que el adulto responsable del menor se haga cargo del accidente. "El carabinero y el abogado me dicen que no me tengo que preocupar, que me quede tranquila porque el menor tiene un responsable que es su madre y que también está la dueña del auto. Pero igual me angustia pensar qué haré si no hay justicia en este caso".