Sanantoninas cuentan cómo se vive la lactancia realmente
Silvia es una profesora que amamanta a sus dos hijos, de distintas edades, al mismo tiempo y Natalye es una madre que debió abandonar su trabajo para poder alimentar a su pequeña.
En la intervención Tetarte mamás de 37 localidades a nivel nacional e internacional se tomaron una fotografía amamantando a sus bebés para promover la lactancia.
San Antonio no fue la excepción y en el marco de esa instancia, dos madres quisieron contar sus realidades que fueron totalmente opuestas.
Natalye Hernández tiene 33 años y es la orgullosa mamá de Isidora Vargas, que tiene tan solo un año. Esta madre debió dejar su trabajo para poder continuar con el amamantamiento.
Silvia Cantillana, por su parte, tiene tres hijos y los dos menores, Santiago y Amanda Briso (de uno y tres años respectivamente), comparten al mismo tiempo la lactancia materna.
"(Amamantar) Es una experiencia de vida que quizás nunca se va a volver a repetir porque uno no sabe si va a volver a tener hijos; entonces, quiero disfrutarlo y dar todo para que seamos felices ambas", contó Natalye.
"La experiencia de ser madre es maravillosa, con mis tres hijos he tenido una muy buena lactancia. Entonces, el promover la lactancia y las instancias de amamantamiento, no tan solo en el hogar sino también la flexibilidad en el trabajo para las mujeres que tengan la posibilidad de amamantar, me motiva a participar de Tetarte", dijo Silvia.
Lo laboral
Si bien es cierto en los últimos años se han realizado avances significativos respecto a los tiempos de post natal y a la promoción de la lactancia materna, en algunos ámbitos laborales del país pareciera que esto no está del todo interiorizado.
Silvia, es profesora de Enseñanza Básica y su pequeño estaba en la sala cuna del establecimiento donde trabaja, por lo que reconoció que tuvo mucha suerte.
"Gracias a Dios no tuve ningún problema. Volví a trabajar y me daban la instancia de amamantar. Coincidió que el primer año el más chiquitito estaba en sala cuna en el mismo lugar donde estaba trabajando; entonces, me daban la posibilidad de arrancarme un ratito a darle pecho. Así tuve otra experiencia, mucho más positiva en el ámbito laboral", señaló.
"Mi jefa priorizó el tema de la lactancia materna, también porque era una mujer que entendía lo que pasaba", reflexionó la mamá de Santiago y Amanda.
Sin embargo, Natalye sufrió la situación opuesta, ya que incluso debió renunciar a su trabajo y, con ello, a todos los beneficios para el cuidado de la pequeña Isidora que trae el post natal.
"Para mí amamantar en el ámbito laboral ha sido una experiencia súper desagradable, súper terrible y al final tuve que renunciar al trabajo que tenía anteriormente. Ahora estoy en un nuevo lugar, pero no estoy usando ningún tipo de beneficio materno, perdí todos los beneficios".
Agregó que "ahora mi hija tiene que esperar hasta que llegue del trabajo para tomar pecho. Mi esfuerzo ha sido el doble o el triple para mantener la lactancia materna para mi hija, porque al pasar tantas horas donde la niña no toma leche, mi capacidad disminuye", explicó la mujer.
Eso sí, para Natalye los momentos de lactancia con su hija deben ser de calidad. "Trato que los momentos en que llego a la casa sean de conexión para las dos, de tranquilidad. Ahora la lucha es tratar de que la lactancia dure lo más que se pueda, porque no tengo la facilidad de contar con los beneficios de poder ir a amamantarla", dijo la sanantonina.
"En el área administrativa particular, que es donde trabajo, muchas veces no hay consideraciones en el tema. Las mujeres tenemos que luchar más por tener un puesto, un cupo entre muchos hombres. La verdad es que fue difícil ser mamá en esa área, lo demás ha sido maravilloso", agregó la mujer que miraba embelesada a la pequeña Isidora.
"Me tuve que desvincular del trabajo, porque para una mujer en el mundo privado es difícil que le acepten una licencia extendida y es la mejor decisión que pude tomar, pero hay muchas mamitas que no pueden tomar esa decisión y eso es una pena", terminó de contar con tristeza Natalye.
Discriminación
El proyecto Tetarte nació como una forma de visibilizar la necesidad que existe de generar los espacios de amamantamiento para beneficiar la salud de los pequeños. Todo esto en el marco de algunos sucesos "desafortunados" en que se les solicitó a algunas madres salir de lugares públicos por estar amamantando a sus bebés.
Afortunadamente, esta situación es algo que en San Antonio no sucede, por lo menos eso es lo que cuentan Silvia y Natalye.
"Nunca, para nada me he sentido discriminada acá. En algún minuto a las mujeres se les asustó con el tema porque en otros países, no necesariamente en Chile, existió prohibición. A mí por lo menos nunca nada; al contrario, he sentido mucho apoyo porque la gente te cede el lugar, te busca un lugar cómodo y si, por ejemplo, estás en un supermercado o en otro lugar incómoda, el mismo guardia trata de ayudarte buscando un lugar más confortable, pero siempre desde el tema de ayudarte, no de sacarte y esconderte", explicó Silvia.
Esta visión también fue compartida por Natalye, quien recalcó que "también he sido muy afortunada, porque siempre hay una señora o un caballero que te ayuda, te ofrece agua, en ningún momento discriminación. Nada".
Mitos
Varias personas asustaron a Silvia cuando esperaba a su hijo Santiago, diciéndole que tal vez ya no iba a poder amamantar a la pequeña Amanda; sin embargo, ella comprobó que nada de eso era correcto.
"Existe mucho mito sobre la lactancia. Durante mi embarazo del menor mi hija del medio siguió tomando pecho. Nunca tuve problemas con ello, sino todo lo contrario. Ellos han tenido un nexo más fuerte, porque los dos toman pecho al mismo tiempo. Eso es lo que más llama la atención, ya que cada uno se acomoda en una pechuga y comparten", explicó la profesora.
De hecho, enfatizó que su hija mayor tomó leche hasta los cuatro años y eso le ayudó a reforzar el nexo con la pequeña.
Además, Amanda y Santiago también tienen un hermano de leche. "Santiago comparte con su hermana y también compartía con un vecino, porque a la mamá le costó. De hecho, después no le bajó leche y queríamos que supiera el bebé lo que era amamantar, entonces Santiago también tiene su hermano de leche. Eso fue por dos meses, para entregarle algo de defensas", agregó Silvia, quien está feliz de haber podido aportar con un granito de arena al desarrollo de quien hoy es su hijo postizo.