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El invaluable legado patrimonial que dejó el sacerdote más querido de Lo Abarca

Antes de fallecer en enero pasado, el padre Jaime Manríquez, quien se hizo conocido como párroco en Cartagena, El Tabo y Las Cruces, pidió que su colección de coches fuera protegida por una fundación y un museo patrimonial.
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Jesús Farías Silva

Diego Portales era trasladado en un coche tirado por dos caballos cuando fue obligado a descender a punta de rifles y bayonetas. El ministro de Guerra había sido tomado prisionero tres días antes mientras inspeccionaba un cuartel en Quillota. La guerra entre Chile y la Confederación Perú Boliviana estaba a punto de estallar. Era el 6 de junio de 1837.

La escena quedó retratada en la película de Canal 13 "Portales, la fuerza de los hechos", que -hasta ahora- nadie sabía que tenía una estrecha relación con la provincia de San Antonio, específicamente con el pueblito de Lo Abarca. Los coches de la cinta son los mismos que se usan desde la década de los setenta en la fiesta de Cuasimodo, en la mencionada localidad de la comuna de Cartagena.

Pero ese no es el único hito cinematográfico que se anotan estos centenarios vehículos. También aparecerán en un filme centrado en la vida del pintor alemán Mauricio Rugendas, que se encuentra en postproducción, y ya lo hicieron en las teleseries Los Pincheira (2004), Conde Vrolok (2009) y La Poseída (2015), todas de Televisión Nacional.

Estos coches son los preferidos de las producciones de época, pues representan un verdadero tesoro patrimonial que se esconde a menos de veinte kilómetros del puerto de San Antonio en la denominada "Cochera Lo Abarca".

Se trata de un emprendimiento que mezcla la fascinación por el patrimonio, los caballos y la historia, pero que no persigue el objetivo de ganar dinero. Solo de mantener viva la tradición.

Legado

Quien partió con el proyecto fue el padre Jaime Manríquez, quien cuando tenía poco más de veinte años compró su primer coche.

No es usual saber de sacerdotes con hobbies, sin embargo, el querido presbítero lo tenía. Junto a sus deberes eclesiásticos dedicaba cada peso para alimentar su gusto por este antiquísimo medio de transporte.

"Llegó a tener 18 carros", cuenta Cristián Villegas, su ahijado.

"Era una colección privada de él, pero cada vez que podía los arrendaba para eventos o para la televisión y con eso los arreglaba o compraba otros que estaban en desuso o en muy mal estado. Los recursos de los sacerdotes son muy escasos, pero se las ingenió para mantener su colección", prosigue.

Desde los setenta, según el relato de Villegas, los coches comenzaron a recorrer todas las calles del pueblo de Lo Abarca para entregar la comunión a los enfermos en la primera homilía después del Domingo Santo, en aquella fiesta que todo el campo de la zona central de Chile conoce como "Cuasimodo".

El proyecto caminaba bien, pero en 2016 los delincuentes no tuvieron ni un respeto con el curita. Se robaron cuatro carros y hasta los caballos.

Con la ayuda de su ahijado volvió a la carga. Hoy la cochera posee una página de Facebook donde hay decenas de fotografías y hasta un video que no tiene nada que envidiar a los registros de la época. Las casas coloniales o patronales de más de cien años de antigüedad completan el cuadro perfecto de lo que podría ser una película de época.

"El más antiguo es de 1755, según calculamos, y el más nuevo no tiene menos de 100 o 150 años. Son realmente antigüedades, pero están operativos", indicó.

"A mucha gente le gustan para sus matrimonios y para distintos eventos. Este servicio, si es que se puede denominar así, incluye el hecho de que el cochero va vestido con una ropa de la época, para mantener la fantasía" resalta Villegas.

Protección

Cuando todo iba marchando bien, la tragedia los volvió a golpear. El padre Jaime enfermó gravemente de cáncer y falleció el 3 de enero pasado.

El ex párroco de El Tabo, Las Cruces, Cartagena y Lo Abarca fue precavido y dejó una última voluntad a su ahijado.

"Junto con un abogado debemos crear una fundación y levantar un museo para los carros y casas patrimoniales, además de proteger los elementos religiosos que el padre Jaime tanto cuidó, buscó y quiso", señaló.

"Nos unió no solo el lazo de que era mi padrino, sino también nuestro gusto por los coches y los caballos, así que en su nombre seguiré para crear algo para la eternidad, para que cuando no esté sigan igualmente", continuó.

"La intención es seguir adelante, porque cuando estos carros fueron fabricados fueron hechos para toda la vida. Es cosa de verlos, tienen cientos de años y están intactos", aseveró.

-¿Estos vehículos fueron un lujo de la época?

-Hay de todo. Probablemente después de ser diseñados eran un lujo, pero más tarde cuando estaban en desuso estaban botados y fue así como el padre los logró adquirir. Recuperarlos fue algo muy complejo.

-¿Qué tan complejo?

-Es difícil sustentarlos, porque además del coche en sí, también tienen que estar los caballos, que no pueden ser cualquiera, deben estar entrenados para eso y tener la fuerza necesaria. En cuanto a los carros, también hay cosas complejas, porque estaban rotos, por ejemplo, y había que recuperar las piezas o hacerlas de nuevo.

-¿Se conoce la historia de alguno de ellos?

-Dos de los coches pertenecían a una pintora y, además, uno era de la familia Matte, que lo mandó a traer desde Francia. Sin embargo, no todos eran un lujo. Hay uno que se usó como locomoción colectiva en Santiago, algo así como un colectivo y también tenemos uno que había sido de un campesino, que estimamos lo compró a su patrón, pero que cuando llegó a manos del padre Jaime estaba abandonado.

Para más información puede contactarse con la cochera al correo electrónico:crisvillegas1992@gmail.cl o al teléfono +569 56116694.

También hay una cuenta de Facebook que se llama "Cochera Lo Abarca".

los carros son usados en eventos privados y paseos por el privilegiado paisaje del pueblito de lo abarca, en la comuna de Cartagena.
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