Comerciante alcanzó el éxito gracias a "Juan Patricio"
Ricardo Hidalgo contó los esfuerzos y sacrificios que debió hacer para salir adelante en un trabajo para el que debió prepararse, pero reconoce que siempre ha sido bueno para el comercio.
Ricardo Hidalgo junto a su esposa Violeta Úbeda han convertido su negocio en un pequeño imperio en el sector de Villa Italia en San Antonio.
Gracias a su esfuerzo, perseverancia, la buena atención a sus clientes y a la variedad de productos que se pueden encontrar en su local "Juan Patricio", este matrimonio logró salir adelante y cumplir sus sueños.
Comienzos
El minimarket, ubicado en calle Isla Mocha 915, surgió hace 25 años por la necesidad de iniciar una familia.
"Trabajaba en el puerto y me iba a casar. En esos años era muy difícil constituir una familia, así que ahí opté por el negocio. Siempre he sido bueno para el comercio; de hecho, cuando era chico trabajaba vendiendo helados en la playa" señaló Ricardo.
Una duda existencial entre la clientela es ¿por qué el negocio se llama Juan Patricio si su nombre es Ricardo?. El sanantonino responde que "es porque mi hermano tenía un local en la 30 de Marzo y para hacer más rápido la iniciación de actividades la hicimos con el nombre de él. Al final, la gente me conoció por el nombre del negocio y cuando se enteran de que me llamo Ricardo se sorprenden o quedan confundidos", señaló entre risas.
A su mujer la conoció gracias a su sobrina, ya que iban al mismo colegio.
Entre risas y con la ayuda de Violeta, indica que llevan 30 años de casados y que trabajar con ella ha traído más ventajas que desventajas, porque "estamos unidos, pasamos todo juntos y lo principal es que nos apoyamos mutuamente".
La familia como motor
A raíz de su matrimonio nacieron dos hijos: Estefanía y Ricardo, personas que este comerciante reconoce como claves para el éxito del negocio.
Hoy esos niños crecieron y ambos son profesionales, señala Ricardo y afirma que son su orgullo porque "ellos están contentos y realizados a causa de que ambos lograron terminar sus estudios".
Violeta indica que "trabajar con mi marido es importante porque significa salir adelante juntos. Enfrentamos unidos todos los proyectos que nos proponemos. Aprendimos que sí se puede conseguir las metas con constancia. La buena atención a la gente y tener variedad de productos es lo que nos mantiene a flote día a día en el local".
Los feriados irrenunciables, Navidad y Año Nuevos son fechas en las cuales se puede ver a la familia Hidalgo-Úbeda trabajando y ayudando a la comunidad del sector con las compras de último momento. Largas filas al interior del recinto demuestran el éxito que tiene el negocio.
Expansión
Las ansias y las ganas de querer un mejor futuro hicieron que el almacén cambiara de lugar y no solo eso, sino que también le agregaran una panadería.
Son cinco los años que llevan en el nuevo recinto. Es un lugar amplio en donde se puede encontrar toda clase de productos como: frutas, verduras, fiambres, bebidas, licores, cigarros, útiles de aseo, pañales, materiales de colegio, entre muchas otras cosas más.
"La expansión del local fue un proyecto que siempre tenía en mente. Quería crecer y me enteré que vendían este sitio en Isla Mocha, justo frente al lugar donde trabajaba antes. Compré el sitio y se me dio la oportunidad de construir, lo hice y fue una expansión grande. Son cinco años los que llevo en el local nuevo", dijo Ricardo.
Informó además que la panadería comenzó a funcionar en diciembre del año 2016 con pequeñas pruebas que dieron resultados. Hoy en día está a cargo el panadero Alexis Fritz Mella, quien es el responsable de llevar el pan a la mesa de la mayoría de la gente que vive en los barrios que rodean al establecimiento.
Ricardo señala que "es un nuevo nicho el que creamos para así tener una mejor atención a la gente, para darle un plus al local y ayudar a las personas del sector".
El crecimiento del almacén no solo le favoreció en lo personal, sino que también a las personas que trabajan para él.
Agradecida de su jefe, Andrea Poblete es una de las trabajadoras en el local y cuenta que llegó al almacén porque lo conocía de antes. "Venía siempre a comprar y cuando se dio la opción de trabajar nunca tuve dudas, ya que es agradable venir. Los jefes son buenas personas al igual que los clientes. Hay un buen ambiente".
-Ricardo ¿por qué cree que es tan conocido en el sector?
-(Risas) debe ser por los años que llevo en el lugar y la atención con el público, además de la constancia y la buena atención.
-Me imagino que sabrá que las vecinas se quejan cuando cierra el minimarket...
-Creo que es ahí cuando se ve la importancia que tiene el local en el sector (Villa Italia) porque viene gran parte de la gente a comprar acá; incluso tenemos clientes de otros lugares. Se nota la preferencia de las personas que acostumbran a venir; de hecho, he conseguido bastantes amistades con clientes.
-¿Cuál es logro más importante que ha tenido en el negocio?
-Fue lograr que mis hijos tengan sus carreras profesionales. También crecer en el comercio.
-¿Qué hecho importante recuerda haber vivido en el local?
-El último terremoto (2010). Al día siguiente ordenamos todo y partimos enseguida atendiendo al público y justamente teníamos de todo.
-¿Cuál ha sido el costo en el ámbito personal de tener abierto de lunes a lunes?
-La familia lo siente porque se pierden momentos. Muchos fracasan por lo mismo. Por eso puedo decir que me siento orgulloso de la identidad que hemos creado en el barrio. Partimos pequeñitos y nadie nos conocía, hemos ido en ascenso, creciendo y agregándole cosas nuevas al negocio. Creo que vamos por una buena senda.
Ricardo Hidalgo, es un hombre que comenzó con la idea de negocio cuando era niño y vendía helados en la playa, pero que siempre tuvo aires de superación. Es un fiel ejemplo de que muchas veces las oportunidades para ser exitoso en la vida están en una buena idea en la cual toda la familia sea participe y salga adelante.