Rodrigo Ogalde
Tras conocerse este fallo, Diario El Líder se comunicó con Valentina Rojo, hija del dirigente asesinado en dictadura.
Esta mujer, que tenía solo 5 años cuando su padre murió ejecutado, hoy vive en Brasil y admitió que se conmovió al saber que esta sentencia fue unánime.
Y aunque destacó que la verdad prevaleció y que en parte se hizo justicia, Valentina afirmó que "esto ha sido doloroso. Nada nunca será capaz de devolver lo perdido, son años de dolor de una ausencia y de la felicidad que la dictadura nos robó. No es fácil entender que tu padre jamás volverá a estar contigo y que una persona sin corazón interrumpió su vida sólo porque él tenía una forma muy suya de pensar y porque luchaba por una causa y un ideal que para él eran justos".
-¿Qué piensa de la figura de Manuel Contreras, que es quien se identifica como la persona que estuvo tras estos crímenes?
-Una persona sin alma que imagino que usó su poder sin medidas y cometió crímenes sin pensar en las consecuencias.
-¿Cómo ustedes se sobrepusieron a esta tragedia?
-Tuve una madre ejemplar que no midió esfuerzos para cuidarnos y alimentarnos, un ejemplo de mujer y madre. Junto con la ejecución de mi padre, a ella le cerraron todas las puertas y la familia pasó muchas dificultades.
-¿Su madre aún vive?
-No, ella falleció el 16 de febrero de 2015, soñando con justicia.
-¿Cree usted que ella estaba esperando por mas justicia?
-Sí, pasó la vida esperando por justicia. Tuvo la alegría de ver a Augusto Pinochet respondiendo. La justicia que esperábamos no se realizó nunca, esperábamos ver a Manuel Contreras pagar con su libertad y no al Estado dando un dinero para sentirse menos culpado. No hay dinero alguno que pueda borrar todo el dolor y todas las veces que nos sentamos a la mesa sin la presencia de nuestro padre y deseando tantos alimentos que solo el podría darnos.
¿Por qué se fueron a vivir a Sao Paulo, Brasil?
-Por el terremoto de 1985, mi hermano Héctor (que en ese entonces estaba vivo) nos fue a buscar. Y desde de San Antonio nos vinimos aquí. Él era trabajador portuario y después de la tragedia de 1973 salió embarcado del país por miedo de represalias y para ganar la vida y ayudar un poco a la mamá.
Valentina Rojo quiso aprovechar esta entrevista para expresar su agradecimiento a quienes aún recuerdan a su papá que fue víctima de la dictadura.
"Es un gran consuelo saber que la vida de mi padre no se perdió en vano, ese es mi consuelo porque aunque puede ser increíble, el dolor de perder a mi padre nunca ha salido de mí, es un gran vacío y una ausencia que nada llena. Quiero agradecer al pueblo de San Antonio por haber hecho inmortal a mi padre, por reconocer su obra y por jamás haberlo olvidado", manifestó.
5 años tenía Valentina Rojo cuando sucedieron los hechos que terminaron con la muerte de su padre.