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El innovador enchufe que les permitirá viajar a Ucrania a unos mateos alumnos del Eisa

A fines del año pasado triunfaron en la competencia nacional Go! Innova de Inacap y ahora representarán a Latinoamérica en Europa. Luego, lanzarán su producto al mercado.
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Haydée Orellana Farías.

Algo que parece tan sencillo como un enchufe es la herramienta que permitirá a Ignacio Álvarez, Eduardo Romero y Patricio Orrego, estudiantes de cuarto medio de la Escuela Industrial de San Antonio, y a su profesor Eleazar Baeza, ir a representar a Chile en una competencia internacional de innovación.

"Nuestro profesor tenía una empresa, donde había un cliente con problemas con un tipo de enchufe que se llama dimmer (que tienen un tiempo de apagado automático). Se quemaba muy rápido y había que estarlo comprando y comprando a cada rato. Al final era un gasto de plata enorme. Eso mismo pasa en las casas, entonces nosotros hicimos que los enchufes se puedan controlar de manera remota a través de cualquier plataforma que se conecte a internet, como un celular", explicó Ignacio Álvarez sobre el invento que les ha dado muchas alegrías.

"Cuando partimos con el proyecto (los alumnos) me decían 'pero un enchufe, ¿esa cuestión vamos a hacer nosotros?'. Y yo les decía pongámosle valor agregado, hagamos uno que sea una buena idea", señaló el profesor de Electrónica Eleazar Baeza. "Ahí se volvían y me decían otra vez 'pero profe, si es un enchufe', y al final ese enchufe ganó el concurso nacional", contó con humor el docente.

La competencia

Representar a Chile en el Sage World Cup (Estudiantes para el avance del espíritu emprendedor), que se realizará entre el 10 y el 14 de agosto próximo en Odesa, Ucrania, no fue una tarea fácil. Estos jóvenes sanantoninos reconocen que a veces se frustraron y se agotaron, pero tuvieron un gran mérito: nunca bajaron los brazos.

"Cuando llegué al taller, vi que había que hacer algo por los chiquillos, para que volvieran a soñar. A los alumnos del 3° D los vi ilusionados y comenzamos a sacarles partido. Soy súper disperso, lo reconozco, pero lo rico fue que me siguieron, entonces yo siento que se formó un equipo de trabajo tan bonito que nos permitió soñar. Ahí me invitaron a un curso de innovación y emprendimiento en Inacap y empezamos a replicar las clases tal como las hacían a nosotros", contó el profesor.

"Al principio, en el taller éramos como 30, pero al final quedamos 15, porque el resto se cansó", contó Ignacio. "Nosotros nos pudimos ir a la casa, pero preferimos quedarnos y aprender", agregó Patricio Orrego.

"Partimos como cualquier otro grupo, nos juntamos porque éramos más amigos. Durante mucho tiempo estuvimos viendo qué producto crear y un día se nos ocurrió hacer un enchufe. Entonces el profesor nos dijo que más que hacer un enchufe, podíamos crear algo que lo mejorara. Y al final le hicimos caso", contó Ignacio.

"Nosotros pensábamos que nuestro proyecto, en relación a los de nuestros compañeros, no tenía ninguna proyección, pero después, cada vez que lo presentábamos en la competencia, nos decían que tenía escalabilidad, nos daban ideas los estudiantes universitarios y los microempresarios también", señaló Patricio con los ojos brillantes. Es que a estos jóvenes se les nota en la cara el orgullo que sienten por lo que lograron.

A la realidad

Después de efectuar el diseño del proyecto, se abocaron a concretarlo. "No queríamos llevarlo solo al papel, aunque hubo grupos que lo presentaron así nomás. Si lo llevábamos listo, se hacía más atractivo y se mostraba que sí funciona", explicó Eduardo.

Al preguntarles por los costos, los muchachos aseguraron que el primer prototipo les salió caro, porque no contaban con ningún tipo de apoyo, salvo el brindado por el colegio y el profesor.

"El año pasado postulamos para ir a la fase regional del concurso (Go! Innova de Inacap) y en agosto nos dijeron que los cinco grupos de la Escuela Industrial, dentro de los diez cupos regionales, habían quedado. Éramos los cinco del mismo colegio. Eso para nosotros fue increíble, porque postularon 70 proyectos y cinco fueron de nosotros. Más encima, ganamos el primer y el segundo lugar", recalcó el profesor Baeza con emoción y un inmenso orgullo. Es que este triunfo se produjo en su segundo año como profesor en el mismo colegio del que había egresado como estudiante.

"Nos explicaron que ganamos porque el producto tiene proyección de mercado, ya que a mucha gente se le quedan enchufados los hervidores o las planchas de pelo y eso puede causar una tragedia. Entonces 'e Plac' tiene la solución en la mano, porque puede desconectar todo remotamente o regular el voltaje desde el celular", detalló Ignacio.

Luego de la etapa regional del concurso, vino la fase nacional. Estos sanantoninos se tenían fe, pero no quisieron hacerse demasiadas expectativas. Sin embargo, esto no impidió que agregaran mejoras al proyecto, que se convertía de a poco en una verdadera oportunidad para cambiar sus vidas y en un elemento que les enseñó que podían conseguir lo que se propusieran.

"El segundo prototipo nos salió caro, porque incluyó los comerciales, el diseñador, la publicidad, los pendones y las tarjetas de presentación. Todo eso sin contar con el producto, pero para eso tuvimos ayuda", manifestó Ignacio. "Para este segundo prototipo teníamos a Giovanni Díaz, que trabaja en una empresa que se llama Tectronics de Viña del Mar y a quien le vamos a estar siempre agradecidos", completó Patricio.

Con tarjetas de presentación, un spot publicitario, un logo impecable, un plan de negocios y muchas esperanzas, este grupo de jóvenes presentó su proyecto en Santiago, donde compitieron con otros 19 que representaban a cada una de las sedes de Inacap a lo largo del país.

Mostraron su proyecto tal como si se lo estuviesen vendiendo a grandes empresas. Así fue como el "e Plac" se quedó con el primer lugar a nivel nacional. "El día que ganamos mi papá estaba resfriado, sin voz, y estaba gritando como Solabarrieta. Todos estábamos muy felices porque fue mucho el esfuerzo que le pusimos", completó Patricio.

Pasajes a Ucrania

Trece días van a estar en Ucrania, aunque la competencia en sí dura cuatro. "El primer día vamos a salir a pasear; el segundo es nuestra presentación; el tercer es la competencia en sí: tenemos que exponer sobre el proyecto en inglés y para eso el colegio nos está dando clases extras una vez a la semana", explicó Ignacio.

Estos jóvenes sanantoninos viajarán con ambición. Por eso están dispuestos a aprender inglés en tiempo récord, a tomar clases de cueca y a jugársela al mil por ciento para ser los mejores entre los 22 países que compiten.

"Representaremos a todo Sudamérica y sería genial poder ganar, porque hay países como Japón, Corea, Canadá, Estados Unidos y Nigeria, confidenció Eduardo.

"Es primera vez que viajaremos en avión, más encima fuera del país. Son como 24 horas de viaje", contaron los estudiantes, mientras mostraban sus pasaportes.

"Queremos ganar. Hay muchas personas que tienen la confianza en nosotros, como Inacap, nuestras familias y el colegio, Mucha gente nos ve como un ejemplo de que con esfuerzo se pueden hacer las cosas y más si uno le pone empeño. Creo que ninguno de nosotros pensó en llegar a la regional siquiera, y estamos súper agradecidos, sobre todo de Dios que nos permitió todo esto, porque somos los cuatro súper creyentes", enfatizó Ignacio.

EPlac: la Empresa

A pesar de tener solo 17 años, estos estudiantes ya son gerentes. Es que decidieron que, independiente de lo que pase en Ucrania, de todos modos lanzarán su producto al mercado. Y para ello conformarán su propia empresa, que inclusive ya tiene su sitio web.

"Igual los tres vamos a estudiar ingeniería electrónica", anunció Eduardo.

"Los tres están concentrados en sus estudios, les he dicho que aprovechen su juventud, su soltería, hay que invertir en lo que corresponde. Son brillantes, son muy especiales, parecen mis hijos. Estoy agradecido de la confianza de sus familias, porque a veces tenemos que salir en la noche a reuniones en Viña para trabajar con la empresa que va a producir el producto o por el mismo viaje al extranjero. Son mis alumnos, mis compañeros", contó el profesor Baeza.

Día cultural.

Además de la presentación del proyecto, los muchachos y su profesor tendrán que explicar en Ucrania cosas de su país, llevar un recuerdo tradicional y hacer un baile típico.

"Para el día cultural, lo más probable es que bailemos cueca a la bandera, porque somos los cuatro hombres, pero no tenemos los trajes ni nada, así es que si alguien nos quiere ayudar sería fantástico", manifestó el profe, mientras el alumno Eduardo pidió la colaboración de algún artesano para llevar un recuerdo típico.

Aunque el profesor Baeza está feliz con todo lo que pasa, la posibilidad de realizar el baile nacional le complica, pero lo toma con humor y, por supuesto, con el mismo profesionalismo que el resto de la competencia. "Tenemos que dejar bien puesto el nombre de Chile", dijo.

El profesor y sus alumnos lucen su copa y el prototipo que presentaron. además, ya tienen listos los pasaportes para viajar en agosto a ucrania.
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