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El gringo antiyanqui que se hizo fan de Allende y canta en las micros

El antropólogo Alexander Allen se casó con una chilena-venezolana con quien tiene tres hijas y hace cerca de nueve meses está viviendo en el Litoral de los Poetas. Sueña con una casa para traer a sus suegros desde Venezuela.
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Quizás usted ya lo ha visto cantando en alguna micro por el litoral, en el mall o en restaurantes. Alexander Allen es un estadounidense, de profesión antropólogo, que llegó a Chile hace cerca de 9 meses junto a su esposa y tres hijas.

Se trata de un gringo muy simpático que se ha ganado el cariño del público de la Provincia de San Antonio, interpretando canciones de The Beatles, Elvis Presley, Creedence y temas anglo setenteros y ochenteros, acompañado por un amplificador portátil. Pero talvez, lo que más llama la atención a quienes lo han visto con su guitarra, es la figura del ex Presidente Salvador Allende que estampó en ella.

Y es que Alex, quien pese a no hablar mucho español, dice que cuando conoció a su mujer y supo que era chilena, se apasionó por conocer la historia de nuestro país.

Según cuenta con su forzado español y gracias a la traducción de Claudia, su mujer, él comenzó a leer muchos libros de historia chilena y valoró el trabajo que Allende hizo por la democracia.

"Lo primero que hizo Allende cuando gobernó, fue dar leche gratis a los niños, algo fundamental para la pobreza que existía en ese tiempo y que cumple con los derechos fundamentales de las personas", destaca Alex.

Sin embargo, su mujer cuenta que a pesar de la simpatía que ha demostrado el público en general, por la figura de Allende en su guitarra, hubo un restaurante en el que le dijeron que con esa imagen no podía ingresar. "Pero él simplemente prefirió no cantar en ese local. No iba a sacar a Allende de su guitarra", indica Claudia.

Pero Alex revela que se trató de un solo local y que para él no revistió ninguna importancia, ya que "la mayoría de la gente se me acerca, me abrazan y simpatizan conmigo por la imagen de Salvador Allende en mi guitarra y por saber que soy extranjero".

Emigrantes

¿Pero cómo es que este profesional norteamericano, de 37 años, quiso dejar Estados Unidos para venirse a Chile y terminar viviendo en Cartagena?

Todo comenzó hace 14 años en Orlando, Florida, cuando conoció a esta chilena-venezolana que le robó el corazón. Se enamoraron, se casaron y posteriormente vivieron en California.

Claudia cuenta que la economía no andaba bien, cuando nacieron sus hijas, quienes hoy tienen 8, 3 y un año de edad, pensaron en tener una casa propia, pero esos planes fueron alejándose cada vez más en el país yanqui.

Las oportunidades laborales para Alex no andaban bien y junto a sus inquietudes sociales, culturales y políticas. Irse del país era una alternativa muy positiva.

"Estábamos muy solos allá. Mi hermana se había casado y se había ido a Inglaterra. Además la enfermedad de mi papá se agravó y yo quería hacer algo por él", comenta Claudia.

La idea de venir a Chile se planteaba como una alternativa muy buena para la educación de sus hijas, para que conocieran sus raíces, practicaran el idioma y se establecieran en un país muy tranquilo y estable.

Además surgió la oferta de unos familiares santiaguinos de Claudia quienes los ayudarían a instalarse en Chile.

Si venían a Chile podían vivir en una casa que les facilitaría la familia.

El objetivo final para Claudia era traer a sus padres desde Venezuela, puesto que la salud de su progenitor no anda bien y necesita medicamentos que les es difícil de conseguir en dentro de la complicada realidad económica y social que está pasando aquel país.

Pero una vez que llegaron a Chile, las cosas no funcionaron como esperaban, la oferta de la vivienda se diluyó y tuvieron que planificar otra forma de salir adelante.

"Él no se quiere regresar a Estados Unidos, dice que el país está por los suelos y que prefiere estar en un país tranquilo que en el suyo, donde hay mucha gente loca", dice Claudia acerca de su marido.

Según Claudia, su marido rechaza el gobierno de Trump, tanto que su hipótesis acerca del reciente bombardeo a Siria lo atribuye a una maquinación de ese Presidente. "Trump está violando todas las leyes constitucionales y como es el Presidente de Estados Unidos no le importa nada y hace lo que se le da la gana"

Cartagena

Las fuerzas de esta pareja no se acabaron y decidieron probar suerte en el Litoral de los Poetas.

Un sector cercano a Santiago, seguro y donde Alex se podía desempeñar como cantante para llevar el sustento a su hogar. Primero arrendaron un lugar en El Tabo, luego probaron yéndose a Talca y hace un par de meses volvieron a Llolleo y finalmente se quedaron en Cartagena.

"Teníamos que inventar algo y en todo este tiempo hemos estado en eso, reinventándonos. Justo llegó el verano y todo estaba muy caro, así es que estuvimos viviendo en casa de unos amigos hasta que llegamos a este lugar en Cartagena donde tenemos privacidad y las comodidades mínimas para estar con nuestras hijas", relata Claudia.

Para ellos su permanencia en la zona es muy incierta y esperan una posibilidad de emigrar nuevamente, pero esta vez a Canadá, donde Alex podría conseguir un empleo más fácilmente por el uso del idioma. Pero la meta de Claudia por sacar a sus padres de Venezuela, los mantiene con la idea de seguir luchando en Chile.

Por eso todavía no han matriculado a su hija mayor en un colegio, ni tampoco se han acercado al municipio para registrarse como residentes.

"Ella sabe todo en inglés, pero ahora tiene que aprender todo en español nuevamente, por eso no es un proceso fácil para la más grande al menos", explica Claudia detallando lo compleja que se ha vuelto la situación también para sus hijas.

Amplificador

Mientras ella resume la historia que los mantiene en el balneario de Cartagena, Alex pone cuerdas nuevas a su preciada guitarra.

Hace un par de meses que no podía tocarla, porque un accidente doméstico hizo que se cortara parte de sus dedos. Pero dicen que eso no fue impedimento para que este gringo que se autodenomina "antiyanqui, antiimperialista y anticorrupción", siguiera cantando en las micros.

"Compramos un amplificador, le conseguimos unas pistas de música y con eso sale casi todos los días a trabajar", agrega su mujer.

Con esta herramienta de trabajo Alex dice que recorrerá el litoral con sus canciones para conseguir dinero, mientras logra manejarse mejor con el idioma y conseguir un empleo más estable.

"Esperamos que durante la Semana Santa el trabajo de Alex esté mejor para reunir más dinero y vivir mejor", añade Claudia, traduciendo lo que explica su marido, quien suele recabar unos mil quinientos o dos mil pesos por trayecto en una micro y al día puede hacer cerca de 15 mil en varios recorridos.

"En el verano estuvo mejor, porque podía traer hasta unos 50 mil pesos en un fin de semana, pero en estos últimos días es más lento", agrega.

Por el momento esta pareja está empeñada en conseguir recursos para darles un mejor pasar a sus hijas. Por ello es que Claudia aprovecha de hacer un llamado a quienes quieran solicitar sus servicios de clases particulares de inglés en la comuna de Cartagena a que la llamen al celular 984013534.

"Sería genial dar clases particulares de inglés y pronunciación, porque además sabemos que es muy necesario en la educación de acá", afirma Claudia apoyada por Alex, quien reafirma su oferta.

Alexander Allen canta en las micros del litoral, en restaurantes y centros comerciales.
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