La nave imaginaria entrará a un astillero imaginario hasta la próxima primavera
Pese a que una serie de factores complicaron el funcionamiento de esta infraestructura en Isla Negra, ganar el proyecto de Litoral Creativo en el Centro Cultural le dio nuevos bríos al emprendimiento que renacerá dentro de pocos meses.
Cuando una embarcación necesita someterse a mantención o reparaciones, en términos técnicos se habla de que ingresará a un astillero.
Puesto que la Nave Imaginaria de Isla Negra posee matrícula de barco RBO-004 y certificado de navegabilidad de la Capitanía de Algarrobo, esta edificación se acogerá a un proceso de mantención como tal.
Así lo anunció Rodrigo Parra, propietario y "capitán" de la embarcación, ya que hasta octubre, al menos, mantendrá cerradas sus dependencias para renovar la infraestructura.
La Nave Imaginaria es realmente una vivienda de múltiples colores, con velas y timón. A pesar de haber sido construida con materiales de reciclaje, es un modelo de barco cúter áurico, que cuenta con tres velas de foque, una cangreja y una escandalosa.
Esta construcción tildada de "bizarra y en exceso creativa", mantiene una orden de demolición por una denuncia realizada por una vecina del terreno donde está emplazada en Isla Negra, frente al colegio Poeta Neruda.
Sin embargo, después de que los plazos ya se cumplieron y el tiempo, al igual que muchas otras situaciones, ha pasado, hoy las prioridades son otras para la familia que reside en esta nave.
Durante el año pasado Rodrigo Parra fue favorecido junto a otros 75 emprendedores de la zona, con su participación en la Escuela de Emprendimiento Litoral Creativo del Centro Cultural San Antonio (Ccsa).
En esta instancia recibieron capacitación técnica, asesoría e inversión para el desarrollo de esta nave como emprendimiento turístico-cultural.
El programa patrocinado por InnovaChile y la Corporación Cultural de San Antonio reconoció a la Nave Imaginaria como un proyecto turístico educacional y lo incluyó en un catálogo que se entrega a la comunidad como parte de un ejercicio de vinculación entre las empresas de la provincia y los creativos de la misma, que espera poner en valor la oferta creativa local.
En este material de difusión aparece la Nave Imaginaria dentro del área "Arquitectura y Patrimonio" y es definida como "un barco en tierra construido con materiales reciclados, trueques y aportes voluntarios basándose en planos de arquitectura naval del siglo XIX, naves espaciales y de fantasías".
Sin duda, el 2016 fue un año de avances y buenas noticias para la nave que se mostró ante los ojos de la sociedad no sólo a través de la figura de su conocido "capitán", sino también de su mujer, Monja Eigner, de nacionalidad alemana, a quien conocen cariñosamente como "Campanita".
Pero a comienzos de este año, la salud del capitán se vio afectada, y las miles de visitas que acostumbraban recibir durante la temporada estival, debieron restringirse.
De acuerdo a lo indicado por Rodrigo Parra, su cuerpo somatizó las preocupaciones y tensiones sociales y familiares que mantenía y afectó su hígado. Por ello debió bajar sus revoluciones, concentrarse en recuperarse y de paso pensar en reestructurar su innovador proyecto.
"Con la Escuela Litoral Creativo nos dimos cuenta que además de innovador, nuestro proyecto es escalable y replicable. Esto quiere decir que lo que estamos haciendo se puede agrandar mucho más y además podemos replicar este proyecto en otro lugar donde no existan atractivos turísticos, incluidos todos los servicios asociados al proyecto nave como tal", resume.
Pidió apoyo
Ante esta situación y al verse obligado a tomar un ritmo más lento, Parra se atrevió a visitar a un contralmirante de la Armada en Valparaíso para presentar su proyecto y solicitar su colaboración.
"Lo que destaco de esa entrevista fue el humor, la disposición y por sobre todo el respeto de la autoridad marítima con nosotros. Se me paran los pelos todavía, porque fue una cosa sorprendente lo bien que me recibieron", valora el capitán de la esta embarcación no tradicional.
Otro de los percances que vivieron el capitán y su nave, tuvo que ver con su cuenta de Facebook, ya que al abrirse a la comunidad y compartir su filosofía de vida a través de esta red social, sufrió un hackeo que lo dejó sin poder acceder a su cuenta.
Pero para Rodrigo Parra esto tampoco tiene relevancia a la hora de sumar y restar, puesto que su filosofía de vida y la forma en que quiere compartir las experiencias de navegación, no apuntan a este canal de comunicación.
"Cuando compartimos un video que nos hizo el medio El Ciudadano, se dio una situación muy interesante en que se viralizó mucho, hubo mucho interés, el sitio colapsó y finalmente nunca más pudimos acceder. Pero en buen chileno eso se chacreó y vamos a buscar otros canales", comenta Rodrigo Parra, aclarando que ellos ya no administran ninguna cuenta de Facebook.
Un milagro
En medio de todo este escenario, en el que la nave debió bajar sus velas temporalmente, Rodrigo Parra y su familia -compuesta por su mujer y dos hijos- a la que llama "su tripulación", debieron pensar en "los pertrechos" y las provisiones con las que deben subsistir, puesto que la embarcación es su fuente de sustento. Sin visitantes, no reciben ingresos.
"Teníamos que empezar a racionar los pertrechos para no naufragar, en términos navales", comenta Parra, agregando que mientras meditaba la situación con angustia, surgió lo que para él fue un milagro. Una muestra de cariño que llegó a su hogar cuando más lo necesitaba.
Los alumnos de la promoción del año 1988 del Instituto del Puerto de San Antonio -a la que pertenece Parra- se acercaron hasta su domicilio para entregarle una valiosa donación y regalos para él, su mujer y sus hijos.
"No sé, cómo a mí siempre me ofrecen tanta cosa y yo no estoy acostumbrado a esperar nada de nadie... Cuando llegó un emisario del grupo con una cantidad de dinero y cosas, quedamos tan agradecidos... Fue un gesto espontáneo que nos conmovió profundamente, porque era cariño", afirma Parra.
El gesto fue muy importante para él, porque descubrió que el alumno "raro" que siempre fue distinto, porque le gustaban las matemáticas y la poesía, en realidad era recordado con cariño por parte de sus compañeros.
Estas muestras de apoyo también despertaron otra idea en este emprendedor, puesto que a pesar de que la nave mantenga cerrada su escotilla, permitirá visitas por sus dependencias exteriores y abrirá una muestra de souvenirs y artesanías relacionadas con la embarcación. Son artículos elaborados por él mismo como muebles rústicos, cuchillos de piratas y juguetes de madera.
Recordemos que detrás de esta construcción tan creativa, colorida y mágica, están las manos de Parra, un artista que promueve la vida sana, el amor por la naturaleza y por sobre todo la imaginación.
Quienes quieran apoyar este proyecto y visitarlos pese a su estado de mantención y restricciones de "navegación", pueden coordinar llamando al 993539200.
Para "navegar" en la Nave Imaginaria ya se están agendando expediciones, pero ¡ojo! porque estas comenzarán en octubre.

