Rodrigo Ogalde
La mañana del viernes, la única hija del matrimonio compuesto por Víctor R. y su esposa Norma S., salió desde su casa en la población Sor Teresa rumbo al colegio donde la adolescente de 16 años cursa tercero medio.
La joven tiene la costumbre de caminar hasta la esquina de las calles Salvador Allende y Nápoles, frente a la multicancha de Villa del Mar, para encontrarse con una compañera de curso e ir juntas a clases.
Precisamente, la mañana del viernes la estudiante aguardaba la llegada de su compañera cuando comenzó lo que sería para ella una terrible pesadilla.
De improviso y sin que ella lograra evitar el ataque, un hombre se le acercó por detrás, le puso una mano en la boca y la metió a tirones al interior de un colectivo.
"Mi hija dijo que era un colectivo con patente amarilla, tipo Hyundai Accent. El hombre se le acercó, la agarró de los brazos y en el auto la amarró con el cinturón de seguridad", relató el padre de la víctima.
El vehículo avanzó raudo por las calles del sector alto de Barrancas. La estudiante comenzó a forcejear con el sujeto. "Nos llamaron del colegio para decirnos que la niña no había llegado a clases", agregó Víctor R.
Ambos padres salieron a buscar a su hija. Pensaban que podría haber hecho la cimarra y eso les molestaba mucho. Sin embargo, la joven llegó al colegio pasadas las 11.00 horas.
"Mi señora me llamó para decirme que a la niña la habían secuestrado. El compadre que la secuestró la llevaba hacia a la costa, pero en el sector de Pelancura, él la dejó botada porque ella le movía el manubrio y trataba de soltarse. En ese lugar el hombre paró y le dijo ´¡bájate!´. A mi hija le quedaron los brazos moreteados después de forcejear con él", contó el padre.
Según la versión de la adolescente, el hombre que la atacó es joven, de tez morena, alto, de pelo corto y de color negro y tiene acento extranjero. Se movilizaba en un colectivo negro similar a un Hyundai Accent con un letrero de "fuera de servicio" .
Tras ser liberada, la víctima caminó hasta el centro de San Antonio y de ahí hasta el hospital Claudio Vicuña, donde tomó un colectivo para irse hasta el colegio.
"Yo ya estaba en el colegio cuando mi hija llegó hasta ahí. Estaba enojada porque pensé que había hecho la cimarra, ella me miró y me dijo que no iba a creer lo que le había pasado, se puso a llorar y me contó", reveló la madre de la joven.
Los padres destacaron que gracias a que su hija pudo defenderse, el secuestrador reaccionó y la soltó.
En el hospital local, el médico de turno constató lesiones menores sufridas por la adolescente debido a los apretones en sus brazos.
"Gracias a Dios, el hombre no alcanzó a hacerle nada más", aseveró Norma S.
La afectada está en reposo en su casa. Sus padres creen que el hombre la había seguido días antes de secuestrarla.
Denuncia pública
"Queremos hacer pública esta denuncia para que esto no le pase a otra niña. En el caso de mi hija, ella pudo salvarse, pero a otra joven le puede pasar algo peor", aseguró el padre de la joven, Víctor R., quien junto a su hija hizo la denuncia ante la Policía de Investigaciones. "Yo creo que las intenciones de este sujeto eran abusar, violar y luego matar a mi hija; la gente tiene que estar alerta", afirmó un poco más aliviado.
