El goleador lila no escondió su tristeza
Con lágrimas en los ojos y la voz quebrada Milton Alegre lamentó el término abrupto del sueño del ascenso para el plantel.
La tristeza, la pena y la frustración invadió a los jugadores de San Antonio Unido luego de la derrota con Malleco que terminó con el sueño del ascenso para el plantel de Luis Pérez.
Uno de los más afectados era el goleador del equipo. El argentino Milton Alegre no escondió su pena por el resultado que los dejó fuera de la carrera por llegar a la Primera B.
El santafesino confesó que "pasaron muchas cosas durante la semana, nos encontramos con un golpe fuerte (el castigo) y no sé si se va a solucionar".
El autor de 16 tantos en esta campaña no se justificó y dijo que la sanción "tampoco es excusa para la derrota con Malleco, por el partido que hicimos, sobre todo en el segundo tiempo, no agarramos la pelota, no nos salió el juego, erramos goles en el primer tiempo, para salir con ventaja", dijo luego del partido del sábado.
Lo peor vino tras el partido. "Estamos bajoneados, entrar al camarín y ver ese ambiente que había entre los compañeros es difícil de describir. Son cosas que duelen, no tengo como expresarlo", relató con la voz quebrada y lágrimas en sus ojos.
El miércoles el SAU visitará a Lota en el Federico Schwager y el sábado enfrentará a Naval en el estadio El Morro de Talcahuano. Para el goleador "no queda más que tratar de sacar lo que queda de campeonato, terminar bien con la cabeza en alto. Este equipo dio todo por subir, no podemos bajar los brazos".
Tres partidos le quedan a los lilas para cumplir con su participación en el torneo de la Segunda División. Los dos duelos ante Lota y el otro con Naval serán para la estadísticas, pues ya no pueden dar caza al líder, Melipilla, que está a 12 unidades del SAU en la tabla.
-¿Quién es el responsable de este castigo?
-Ese es ya un tema dirigencial, porque ganamos los puntos en la cancha y si los quitan por fuera esa pelota no es nuestra. Nos hacemos cargo de lo que hacemos en la cancha. Este no fue un buen partido como acostumbramos, más allá del golpe anímico que tuvimos en la semana.