La pasión de Pedro Ramírez por enseñar y difundir cultura
El profesor fue uno de los precursores del museo de San Antonio y sembró las bases de lo que hoy es un orgullo para toda la comunidad. Una campaña en Facebook pretende darle relevancia a su gestión.
El profesor Pedro Ramírez Fuentes observa detenidamente con una lupa los detalles morfológicos de una mariposa perteneciente a la especie Vanessa carye, también conocida como mariposa de la tarde o mariposa colorada.
En un viejo cuaderno escribe de su puño y letra todos los aspectos que a simple vista puede apreciar. Toma mediciones, se fija hasta en los más mínimos indicios y deja constancia de todo.
A un costado de su mesón de trabajo, desempaca un embalaje especial llegado desde Argentina y en cuyo interior se encuentra un ejemplar de Isoca de Alfalfa (Colias lesbvia), una de las mariposas más comunes del país trasandino. Los colores delicados, verdosos y amarillos, llaman la atención de Ramírez.
Después de escribir todos los antecedentes, ambos insectos pasarán a ser parte de su prolífica colección privada de mariposas, considerada una de las más importantes del país y que reunía a especímenes de diversos lugares del mundo.
Ramírez era así, detallista al extremo cuando de insectos se trataba. No por nada, se preocupó desde muy joven de continuar con la afición de su padre, el reconocido entomólogo Pedro José Ramírez, quien a los 15 años de edad le regaló su primer insectario.
Esta pasión por aprender más y más la cultivó por años, coordinando los tiempos con su trabajo como profesor en colegios sanantoninos.
El profesor era un serio investigador de todo lo que a él le parecía interesante y que podría ser expuesto. Era un amante de las ciencias naturales.
Ramírez era conocido por su amplia colección de mariposas, la que continuó acrecentado por amor. Sí, así mismo. Su señora Violeta Carreño disfrutaba con la belleza de las mariposas y él, correspondiéndole, le propuso dedicarse de lleno a esa pasión. Fue casi como una dedicatoria.
En eso estaba cuando fue contactado por representantes del municipio sanantonino -que dirigía el alcalde Jorge Domazos- quienes le plantearon la posibilidad de sumarse a la iniciativa de crear el primer museo de la ciudad.
Su colección de mariposas, caracolas, minerales y otros artefactos, serían el punto de partida de una muestra que daría vida al nuevo establecimiento cultural.
Una tarea complicada si se piensa que debió empezar desde cero.
Ramírez, además de tener una gran colección de minerales, fósiles, arqueología, paleontología, huevos y nidos, caracoles, filatelia y numismática (colecciones de monedas y billetes), cajas de fósforos, cajas de cigarrillos y naipes entre otras; trabajó conjuntamente con el Museo de Ciencias Naturales de Santiago y de Valparaíso. Fue integrante de la Asociación Malacológica de Chile (entidad que reúne a personas que sienten un interés especial por el estudio, conocimiento, conservación o mantención de colecciones de moluscos) y de la Asociación de Entomología de Chile. Además trabajó en conjunto con el Departamento de Ciencias de la Universidad de Concepción.
En San Antonio le dio impulso a este aporte cultural y recibió a generaciones de sanantoninos que tuvieron por primera vez un contacto con lo que es un museo.
Campaña
Como una forma de buscar un reconocimiento a ese aporte cultural, el nieto de Pedro Ramírez Fuentes, el joven Sergio Ramírez, impulsa una campaña a través de Facebook, denominada "Reconocimiento a Pedro Ramírez F. como fundador del museo de San Antonio".
En ese espacio virtual decenas de sanantoninos han entregado su opinión favorable respecto del homenaje y de la colocación de una placa en alguna de las nuevas dependencias del nuevo edificio del museo ubicado en el sector de Cristo Rey en Llolleo.
Pero todo comenzó el 10 de octubre de 1980 con la creación del Museo Arqueológico Municipal, el que se emplazó en la antigua Casa de la Cultura, ubicada en avenida Barros Luco 2347.
Javier recuerda que su abuelo fue nombrado director del museo de San Antonio en 1981.
"Un 16 de julio de 1981, un decreto municipal nombra a Pedro Ramírez Fuentes, Profesor Normalista Grado 15 y supervisor de Ciencias Naturales de la Dirección Provincial de Educación, como primer director y conservador del Museo Municipal de San Antonio en cargo ad honorem", se indica en el grupo de Facebook.
Javier comenta que "mi abuelo era una persona muy amable, gentil, un muy buen y querido profesor, muy conversador y conocedor de la naturaleza; muy activo, una persona con muchas ganas de enseñar a los demás y dar a conocer todo lo que el sabía".
Agregó que "en época de vacaciones de verano, por lo general toda la familia íbamos a Cobquecura (comuna litoral de la VIII Región) a descansar y disfrutar de sus paisajes. Nuestro abuelo en más de una ocasión nos tenía en pie a las 7 de la mañana para salir a recolectar insectos al fundo del molino. Siempre se almorzaba a la 1 de la tarde y con el tata siempre llegábamos de nuestra aventura a eso de las 3. La abuelita Violeta se enojaba mucho porque veníamos todos embarrados y sucios y, claramente, por no llegar a la hora acordada para el almuerzo".
A Pedro Ramírez se le recuerda como un conversador innato y buena persona. "Era entretenido conversar con él, sabía mucho, muy bueno para contar historias", recuerda el periodista Eduardo Rodríguez, quien también lo conoció.
Reconocimientos
Consultado, el conservador del museo de San Antonio, José Luis Brito, comentó que estaba al tanto de la campaña y se mostró de acuerdo con destacar la labor de todos los que hicieron algo por dicho espacio cultural.
"Me entrevisté con el nieto de Pedro Ramírez y me comentó de esta iniciativa. Es tradicional que los museos tengan espacios donde se destaquen a algunos personajes. Mi idea es que el nuevo museo tenga salas, bibliotecas, áreas, etc. con el nombre de personas destacadas y será determinación del Concejo Municipal definirlo", dijo.
En cuanto a los nombres, José Luis Brito, informó que "Pedro Ramírez debería tener una sala, al igual que María Teresa Planella y Fernanda Falabella, quienes realizaron investigaciones en la zona para desarrollar su tesis de pregrado denominada "Curso inferior del Río Maipo: Evidencias Agroalfareras", donde destacaron el valor del Complejo Cultural Llolleo, la Cultura Aconcagua y el Horizonte Cultural Bato".
"También hay nombres como Charles Darwin, el alcalde Esperidión Vera, José Segundo Plaza, el abate Juan Ignacio Molina, Nibaldo Bahamonde, quien es el padre de la Biología Marina en Chile; Gonzalo Domínguez, quien donó su colección paleontológica al museo; Juan Grau Villarrubia que le dio un impulso al museo y además colaboró para el nombramientos de los primeros santuarios de la naturaleza de la zona: el islote Pájaro Niño y el islote Peña Blanca donde habitan aves guaneras".